domingo, 31 de enero de 2010

Una de zorros en Setenil

Setenil, como el resto de los pueblos vecinos de la Sierra, guarda una gran riqueza en literatura popular, que ha perdurado en el tiempo por la transmisión oral de padres a hijos.
Hace años, una profesora de la Universidad de Cádiz dio una conferencia en Setenil sobre el Romancero y la recopilación que había hecho años antes para su tesis doctoral en nuestro pueblo. Recuerdo que comentó que en Setenil existían romances que habían perdurado desde los años de la reconquista, y que como auténticos fósiles vivientes, había gentes que aún los recitaba de memoria. Comentaba esta Profesora, que eran las mujeres las que lo transmitían, incluso a modo de cancioncillas, y que los hombres pese a conocerlas por haberlas aprendido de sus madres, sólo la recitaban. Se trataba en su mayoría de personas bastante mayores.
José Domínguez era uno de estos hombres. Muchas poesías son de su invención, pero otras tienen una clara influencia en el romancero y en la literatura popular. En Setenil había más gente conocedora de este ancestral folclore popular y muchos fueron los estudiantes que andaron por aquí recopilando muestras del mismo.
Dejaremos el tema de los romances para otro día y vamos a fijarnos en el género de la fábula, es decir, cuentos que tienen a los animales como protagonistas, aunque con rasgos y capacidades muy humanas.
En el libro Cuentos Populares de la Sierra de Cádiz de Antonio del Río Cabrera y Melchor Pérez Bautista, publicado por la Diputación de Cádiz, tenemos varios ejemplos de esto.
Me llama la atención que de los cuatro o cinco cuentos que proceden de Setenil, al menos tres de ellos tienen como protagonistas al zorro, como representación de la sagacidad y la viveza. Entonces busqué algunos poemillas de José Domínguez con los mismos personajes. Vean el resultado;


Estando en mi choza un día
Gobernando mi zamarra
Ví un zorro venir
De los Frontones a la Mata.

Traía pasos muy lentos
Las ideas disfrazadas
Con mala leche a la vista
Se dirigió a la manada.

Que disfrazada de humilde
Paso a paso se acercaba
Y en un descuido de madre
Se lleva una cordera blanca.

Y al grito de la cordera
Tres turcos me la acorralan;
“Suelta, suelta mi cordera,
Que puede salirte cara.”

“Si tu tienes tres perros turcos
Y una loba endemoniada,
Yo tengo mis propios dientes
Que cortan como navajas.”

“Andar perrillos con ella,
Andar perrillos de fama
Que si matáis a la zorra
Más tranquilos de alimaña.”

Y que su pellejo sirva
Para hacer propaganda;
Que todo aquel de este mundo
El que mal anda mal acaba.

El Zorro. Setenil 15 de Julio de 1970
José Domínguez. El poeta que no pudo aprender a leer.

"Yo que nací en el campo
Y de los pueblos muy lejos
Y me persiguen los hombres
Porque les quito conejos.

Yo que no tengo tierras
Ni fábricas ni trabajo
Si así me hizo a mí, Dios
Decirme yo que le hago.

Si Dios hizo a los hombres
También a los animales,
Los hombres tienen sus leyes
Y la nuestra quién la sabe.

Por Dios pido a los hombres,
Que no persigan más,
Que me digan de qué como
Que no tenga que robar. "

Setenil 10 de Noviembre de 1982
José Domínguez. El poeta que no pudo aprender a leer.


Es curioso en estos dos poemas con doce años de diferencia, que mientras en el primero el zorro es una malvada alimaña, en el segundo es un ser digno de compasión.
Ambos poemillas son del libro de José Domínguez, pero en Cuentos Populares de la Sierra de Cádiz hay algunas fábulas suyas. Esta que a continuación transcribimos es de otro setenileño, y me pareció la más divertida:

Esto era una zorra que vivía en los Frontones y tenía cinco zorritos, y todas las noches les traía un testarazo de uvas a los zorritos. Y los zorritos locos de contentos.

- Mamá, ¿de donde trae usted esas uvas?

Dice:
- Comed u callad.
A la otra noche, otro viaje de uvas. Hasta que los zorritos se hacen grandes y dicen:

- Mama, pues esta noche vamos a ir con usted a la viña.

Dice.
- Hombre…esta noche no. Tengo yo que hablar con los dueños. Como la he comprado, para hacernos las escrituras y eso.

Pues la zorra se arranca y dice:
- ¡va! Pues esta noche vamos a ir.

Y se arrancan los animalitos todos, y cuando estaban dentro de la viña, los pilla el guarda. Se lía a tiros con ellos, y los zorritos se quedan agazapados por aquellas cepas.
Pero la zorra se quita de en medio, y se mete en su zorrera.
Y llegan los zorritos:
- Mama ¿pues no decía que la viña era de usted?
Dice:
- Hijo, pero todavía no habíamos hecho la escritura.

Narrado por José Becerra (Cf. Cuento Nº7)
Recogido en Venta de Leche. Setenil de las Bodegas. (Del Río y Pérez Bautista)
Cuentos Populares de Animales de la Sierra de Cádiz. Publicaciones de la Universidad de Cádiz. Diputación de Cádiz. 1998.

Para estos setenileños, criados y trabajados en los oficios del campo como rezan sus curriculum, la naturaleza formaba parte de sus vidas y estaban inexorablemente ligada a ella. Ponerle voz y vida a los animales debía de resultarles de lo más natural.
Ignoramos si esta zorrita ladrona de uvas y criada en Los Frontones de la que nos habla José Becerra, es la misma que le trató de robar la cordera blanca al bueno de José Domínguez en La Mata.



De Naturaleza

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