miércoles, 29 de junio de 2011

Diez razones para visitar Setenil de las Bodegas

Panorámica del Bar Zamudio entre los dos puentes
Pues nada amigos, que hoy salimos en Canal Sur a eso de las 21:30 horas, en "Diez razones para visitar..." un programa formato tipo "Andaluces por el Mundo" y otros por el estilo, y aunque como siempre se incidirá en los mismos tópicos, supone desde luego una estupenda plataforma desde la que promocionar nuestro pueblo, que de eso se trata, que como dice Juan Gutiérrez de Turismo de Setenil, el minuto en televisión está carísimo.
El día que rodaron en el pueblo, Sebastián Bermúdez Zamudio y yo mismo estábamos citados con la gente del programa para contarles algo sobre las Cuevas de la Sombra, pero por problemas técnicos no fue posible, así que dejaremos mi segunda experiencia televisiva para otra ocasión (y eso que teníamos hasta una canción ensayada a dúo, una sevillana concretamente). Sebastián me pregunta si la productora se puede hacer cargo de los Gin-Tonics que nos bebimos esa tarde esperándolos. Al menos nosotros pasamos una tarde muy agradable.
Ya lo saben, no dejen de ver hoy Jueves en Canal Sur a las 21:30horas "Diez Razones para conocer Setenil de las Bodegas", seguro que nos gustará a todos, y si la empresa se quiere hacer cargo de la factura de los Gin-Tonics pregunten en el Bar Zamudio, a su servicio desde 1957.

Para saber más:

Diez razones para visitar Setenil. Canal Sur.

Cómo hacer un Gin-Tonic perfecto. Cajón de Sastre

Sobre el Hospital de Santa Catalina en Setenil


Gracias a la respuestas dadas por la Villa de Setenil a las Preguntas Generales formuladas en el Catastro de la Ensenada, tenemos algunos datos sobre el Hospital Real de Santa Catalina. Sabemos entre otras cosas que tenía asignadas unas rentas originadas por la Huerta de los Llanos, así como un mesón propio y quizás una expendeduría de jabón, aunque esto último no lo tengo claro. Testimonios orales de nuestros abuelos nos hablan de un antiguo edificio, en ruinas ya a principios de siglo, en la Villa junto a la iglesia, y que ocuparía hoy el solar que va desde los salones parroquiales a la antigua biblioteca. Se trataba de un edificio enorme, con amplias salas y que además de ofrecer atención hospitalaria podía haber tenido otros usos asistenciales.
En las respuestas a las preguntas del catastro, concretamente a la número treinta, se dice que "...Hay un Hospital con la invocación de Santa Catalina Mártir, el cual fundaran los señores y santos Reyes Católicos Don Fernando y doña Isabel, con las rentas y emonumentos que se constata de los libros de su administración que están a cargo de Don Francisco Gómez, vecino de esta villa".
La historiadora Dolores Segura del Pino nos ofrece algunos datos, gracias al anticipo que nos hace de sus estudios sobre este antiguo Hospital Real de Setenil, y nos manda el primer folio del "Pleito entre el concejo, justicia y regimiento de la Villa de Setenil, con el fiscal de su majestad, sobre nombramiento de administrador del Hospital de santa Catalina", fechado en el año 1744. Así mismo nos habla de otro pleito donde el Fiscal Real, Don Rodrigo Guijarro Vázquez, administrador del Hospital Real de Setenil, justifica las cuentas de los años 1725 a 1740.
Estos documentos y muchos más están en La Real Chacillería de Granada y de su estudio depende el conocimiento de este importante hito de la historia de Setenil. Que una persona tan cualificada como Doña Dolores se interese por un tema setenileño es un motivo para sentirnos orgullosos.
Respuesta nº 30 Catastro
Para saber más:
Dolores Segura del Pino. Es Doctora en Historia y miembro del Ilustre Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Granada, Almería y Jaén. Es autora de diversas publicaciones sobre historia medieval con varios premios en su haber a su labor investigadora y divulgadora.

lunes, 27 de junio de 2011

Diccionario Setenileño (VIII): Una fábula setenileña


Baja el gandano Umbría abajo por entre olivos y encinas, buscando un trechillo entre los tajos que sólo él conoce y que le llevará a las Cuevas de Román. Un calí que en el cielo aletea atisbando el suelo se posa en una rama y lo sigue con la vista. A la altura del Charco de los Caballos se detiene para darse un trago de agua fresca, cuando un rucho que allí se solanaba le interpela: ¡Qué pasa hermano! ¿cómo que andas por estos parajes a plena luz del día?
El gandano, que ya hacía tiempo que había visto al rucho pastando entre las cañas y los juncos, le responde:
- Pues de visita que voy compadre, que me enterao que mi pariente el jopuo que vive por donde el Arroyo de Trejo ha sido padre de cuatro jopuitos y me llego a conocerlos.
- Cuantos peligros hay en el campo para unas criaturas tan pequeñas; si no le pica una bicha o un alicante se los come una bicha pelua, cuando no un aguililla o un hirsuto cárabo se los lleva por los aires.
- No seas agorero rucho que los gandanos sabemos cuidarnos a nosotros y a nuestras crías.
- Pues ten cuidado hermano gandano por estos andurriales, que pasas por la tierra de los hombres, no dejes el curso del agua y ve a reguardo entre las hierbas y los chopos.

- Así lo haré hermano rucho, que no quiero encontronazos con los hombres ni sus galgos, que verdaderamente son a estos a los que temo; a sus escopetas y sus trampas, que con un odio feroz nos hostigan sin cuartel. Nos achacan que nos comamos las rabonas y las nidadas de las patirrojas y no hay desmán que ocurra en sus casas del que no nos echen la culpa.
- Así es hermano gandano, esa es la fama que tenéis. Cada criatura lleva su propia cruz. Al menos ustedes sois libres, cuando yo ando aquí trabado y nadie me libra de duras jornadas de trabajo. Sigue tu camino con cuidado.
- ¡Ea! Hermano rucho, aquí te dejo en tu charca.
Y el gandano reanuda su camino serpenteando por entre juncos y chopos, sigiloso y vigilante a los ruidos y olores de los hombres. El calí, aleteando en el cielo, vuelve a escudriñar el suelo en busca de alguna presa a la que hincar el pico, los alegres y ruidosos zirgueros comen semillas en los cardos borriqueros y una cagajonera grazna entre los espinos majoletos.
A estas horas de la tarde las criaturas del campo saben que pueden andar tranquilos pues los hombres se resguardan del calor del estío en el interior de sus moradas.

Notas: Aquí os dejo el significado de algunas de las palabras que aprecen en esta pequeña fábula. Unas son de uso corriente en muchas zonas pero otras son netamente setenileñas, y todas tienen en común que siguen siendo usadas en gran medida por la gente del campo.
Gandano: Manera arcaica de nombrar al zorro, que aún perdura en Setenil.
Jopuo: Zorro en Torre-Alháquime, haciendo alusión al precioso rabo que le cuelga del jopo.
Rucho: Más contento que un rucho en un verde ¿No sabes lo que es un rucho?...¡Un borriquillo hombre!
Zirguero: Jilguero
Cagajonera: Abubilla, ave muy bonita y llamativa. Su nido sirve para asimilar algo mal hecho o con un olor desagradable: Está más mal hecho que el nido de una cagajonera, se suele decir.
Calí: Cernícalo primilla, por la onomatopeya de su llamada, como ya hemos visto en otras entradas.
Alicante: Víbora o serpiente venenosa, aunque en mucha gente lo asocia con un lagarto sin extremidades. El siguiente refrán hace alusión a la creencia de que estas peligrosas criaturas no oyen: Si la víbora viera y el alicante oyera, no habría hombre que al monte subiera.
Espino o pino majoleto: Espino majuelo, arbusto espinoso muy duro y resistente.
Bicha: Serpiente
Bicha peluda: Meloncillo con sus crías, que andan en fila india, cabeza con jopo, a gran velocidad.
Aguilillas: Todas las rapaces diurnas de mediano o pequeño tamaño.
¡Salud amigos! y perdonen no avisar de las improvisadas vacaciones que me he tomado.

miércoles, 15 de junio de 2011

Una noticia intrascendente


El 25 de Abril de 1893, el periódico jerezano El Orden, diario político, literario y de intereses generales, publica esta escueta e intrascendente noticia:
"Desde Cádiz
(De nuestro Corresponsal)
La Guardia Civil de Setenil capturó el sábado último a dos vecinos de aquella villa, Ana Pérez y Francisco Gómez, que en la noche anterior agredieron a pedradas a otra pareja, causándoles heridas de gravedad".
¡Que notición! ¡Cuanto interés general! ¡Que labor la de ese Corresponsal!
Al menos, unas columnas más arriba, la publicación nos brinda esta poesía:



"Bautismos que no bautizan

Cierto cura en Torrevieja
bautizó a una niña un día
con el agua que cabía
en una concha de almeja.
La poca agua bautismal,
obró en la niña de modo
que no le borró del todo
el pecado original.
La dejó mal bautizada
el cura porque sabía
que así la niña sería
un furia en forma de hada.
Furia de instinto tan fiero
que mató a muchos de amor.
Atrae al hombre el dolor
como el imán al acero...
Pensando en esta conseja
mil veces me he preguntado:
¿Si a tí no te habrá bautizado
el cura de Torrevieja".

Lo siento, no he podido evitarlo, pero no me digan que la coplilla no es genial..Quizás vaya necesitando unas vacaciones.
¡salud amigos!

viernes, 10 de junio de 2011

Ronda La Vieja en 1913


Comentarios a la Memoria escrita por D. Antonio Madrid sobre Acinipo para el Boletín de la Real Academia de la Historia

En 1913, el historiador rondeño Don Antonio Madrid Muñoz presenta al Boletín de la Real Academia de la Historia una memoria sobre las ruinas de Acinipo, una especie de recopilación de artículos, fruto de sus continuas excursiones por los campos de Ronda la Vieja, que tuvieron gran repercusión mediática en la prensa cultural de la época. El académico Don Antonio Blázquez es el encargado de analizar y comentar esta memoria, para, después de algunos apuntes, consejos y consideraciones, dar el visto bueno a su publicación en el boletín.
Pese a carecer de cierto rigor científico, de lo que en ningún momento presume el cronista rondeño, creo entender que se trata de una de las primeras aproximaciones detalladas al yacimiento de Acinipo, no exenta en ningún caso de connotaciones poéticas y evocadoras y redactada con un delicioso estilo literario. El fin prioritario de la memoria es incentivar un mayor interés por las autoridades y la comunidad científica, y evitar así el abandono y continuo expolio al que se ve sometida lo que antaño fue una majestuosa ciudad.
Para conseguir este propósito, don Antonio Madrid hace una relación de cuantos objetos han sido encontrados en la Mesa de Acinipo y en los campos aledaños, en aquellos entonces y en siglos anteriores;
"Más de cien pedestales y lápidas con letras, habla el erudito rondeño D. Macario Fariñas, se registraban en su tiempo—-¡á los mil setecientos años de la destrucción de Acinipo!—en la Mesa de Ronda la Vieja, unos que soportarían estatuas, otros con dedicatorias Casi todos han desaparecido rotos en menudos pedazos por la ignorancia campesina, que en este país siempre entendió, á vuelta de groseras consejas, hallarse el codiciado tesoro dentro de la piedra, ánfora ú objetos exhumados..."
Piezas zoomorfas iberas (el famoso borrego de piedra), estatuas, restos de edificios, utensilios, lápidas, y sobre todo monedas, capítulo sobre el que hace especial hincapié:
"Monedas de Acinipo con el cuño ya descrito (Esa palabra entre dos espigas, una de cebada y otra de trigo, por el anverso, y por el reverso dos á modo de soles, algunas estrellas y puntos que parecen aludir á una constelación, y quizás también al inmenso firmamento que desde sus muros se abarca, y el racimo de uvas bajo trilobado pámpano, son los blasones de la rica colonia inmune, fertilísima y agrícola, albergue en todo tiempo de tranquilidad y de bienestar...) y otras en cuyo reverso se ve un alacrán, de oro, hace pocos años se encontró un soberbio Nerón como á media legua de la Mesa de Ronda la Vieja, en el paraje conocido por Venta de Leche—según algún grave historiador, el mitológico río Letheus... Ciñéndose á los atributos ó emblemas que se ostentan en esos trocitos de bronce, entiende este Correspondiente, que la palabra Acinipo expresiva de montón o agrupación, tiene que ser común á la riqueza agrícola y á la vinícola de la comarca, como lo prueban las espigas de trigo y cebada y el racimo de uvas abrigado por su pámpano; y que los soles, en algunas monedas, se nota un trazo en forma de media luna, las estrellas, y si se quiere ver en esos puntos una constelación, todo ello es sencillamente alegórico á que la protección de los astros adorados por los pueblos nacientes como símbolo de la divinidad se debía la fertilidad de los campos por el calor y la lluvia; mucho más tratándose de Acinipo, pueblo agrícola por excelencia..."
Nos hace una introducción del teatro interpretando los restos con la ayuda de estas soberbias fotografías, muy posiblemente del famoso Miguel Martín:
"Avalórase (el teatro) con la documentación fotográfica, realmente artística y acabada, del fotógrafo rondeño Sr. Martín Sánchez, que ha llevado á sus placas con exquisita y gráfica precisión lo que de Acinipo aún sobrevive, su precioso teatro, incomparable joya del arte".
Esa inmensa mole del teatro que se divisa desde casi cualquier punto cardinal del término setenileño, quizás el aspecto más llamativo del yacimiento. Es curioso el divertido detalle que Don Antonio comenta de que todos aquellos que visitan por gusto o por estudio las ruinas de Acinipo, de tanto andar con los ojos escudriñando el suelo en busca de restos, coge la costumbre de andar durante días de esta guisa, y me acuerdo yo de esa afición de juventud que comparto con Rafael y Juan Ignacio de rastrear piedras y barros por esos cerros.
No descuida el autor de la memoria su lenguaje y estilo literario, como tratando de paliar con su prosa poética la carencia de datos científicos que aportar a los miembros de la Academia. Así nos brinda algunos párrafos de lograda rotundidad y efecto, fruto quizás del amor que este hombre sentía por esas piedras venerables;
"Su orientación era á la naciente del sol y abierta á todos aires... Desde la Mesa de Ronda la Vieja el panorama que se divisa es realmente espléndido, grandioso, sublime; dilatada porción de las provincias de Málaga, Granada, Córdoba, Sevilla y Cádiz; Sierra Morena y Sierra Nevada aparecen en las lejanías del inmenso horizonte como defumadas con sutil polvillo gris; una faja de indecisa neblina indica el curso del Guadalquivir; los repliegues del terreno ocultan á Carmona, Utrera, Morón y Osuna, cuyos términos se descubren; más cerca, Grazalema (la Lacibula de los romanos), Olvera y Setenil, y las moriscas Torre-Alháquime, Zahara y Pruna, con sus atalayuelas de espionaje y de defensa...;hacia Levante la enhiesta-roca donde se asentó la legendaria Muncía de César y Pompeyo, y á sus espaldas los macizos montañosos de la Axarquía Rondeña, velando el continente africano; con razón puede llamarse ese sitio el Mirador de la Andalucía baja, ¡Qué infinito es el poder divino!, he dicho muchas veces contemplando hermosura tanta como desde la renombrada planicie de la despoblada Acinipo se descubre"
El Señor Madrid se lamenta del abandono del lugar, el destrozo y expolio al que ha sido sometido, y sin embargo no deja de sentirse embargado por la melancolía de esos páramos solitarios y de la embriagadora belleza de la planicie de Ronda La Vieja. Se deja llevar en definitiva por imágenes evocadoras de los tiempos felices de la ciudad "... De Acinipo tiene que decirse es una ciudad destrozada, mejor dicho, despedazada, pero es tan estética la belleza de sus restos, que aún conmueve; porque es indudable que el gusto artístico no fue en ella una aparición fugaz ó de época, sino que vivió y convivió con Acinipo hasta su último latido...embelesadora melancolía, en los que parece olvidarse el presente para vivir como vivió aquella raza poderosa y artística...En esos lugares su imaginación, avivada por los recuerdos, ha exhumado el ser diario de una ciudad trabajadora y bulliciosa, ha asistido á su vida política en sus comicios, á la religiosa en sus templos y á la civil en las ardientes luchas del foro. Las alegres fiestas á Ceres y á Baco, tras un abundante esquilmo no le son desconocidas, ni las representaciones de las licenciosas comedias de Plauto y las finas y discretas de Terencio, alternando con los horrores de la tragedia griega, la del fatal é inexorable destino... La fuerza subjetiva es allí tan poderosa, que basta un momento para sentir el latido de los siglos".
Seguramente todos los que hemos visitado en alguna ocasión Acinipo albergamos la mismas sensaciones que el autor; Una especie de melancolía por el paso inexorable del tiempo y sus estragos en las obras de los hombres. Les aconsejo que lean la memoria completa, verán como les entrarán unas ganas tremendas de visitar la ciudad de la vid y las espigas (para aquellos que no conozcan la zona, las ruinas de Acinipo se encuentran a escasos seis kilómetros del casco urbano de Setenil).






Para saber más:
Memoria sobre Acinipo de Don Antonio Madrid. Boletín de la Real Academia de la Historia. Marzo de 1913. (es un PDF, así que pinchad y lo podréis descargar. Las primeras 16 páginas son una introducción algo rebuscada del académico Blázquez, para luego empezar la memoria del cronista rondeño)

lunes, 6 de junio de 2011

Una visita al Cortijo del Polear

Pozo del Polear, en la linde entre Setenil y Ronda
Agua potable y fresquita para aliviar el calor
Detalle de la ubicación del Polear

Paseamos hoy por otra parte del término de Setenil, bordeando como siempre la linde con Ronda, y atravesamos cortijos como La Limosna, Los Frontones, Chinchilla o La Mata para coger de esta manera El Cordel del Puerto del Quejigal al Puerto del Monte, ruta de gran atractivo deportivo y paisajístico que presentaremos en breve.
Aún no pega el sol con la fuerza de Julio o Agosto pero de verdad que andar por esos cerros del monte setenileño y sus alrededores ya se va haciendo difícil por estas fechas, así que encontrarnos en mitad del camino un pozo de agua fresca obliga inexcusablemente a parar y hacer un alto, máxime si enfrente tenemos un cortijo tan bonito y pinturero como es El Polear.
Está situado el edificio en el lado rondeño del cordel, mientras el otro lado del pozo queda en término de Setenil. Se trata de un cortijo típicamente serrano, blanco de cal y patio empedrado, rústico, sencillo y perfectamente conservado y habitable, lo cual contrasta con el rosario de construcciones en ruinas que se ven por estos campos. La primera sensación que tiene uno al acceder a su interior es de frescor y sosiego, intuyéndose una clara vocación de lugar de descanso, como en la de esas ventas antiguas de las encrucijadas de los caminos donde aliviaban los pesares del viaje arrieros, diligencias y bandoleros.
En esta casa se siguen haciendo matanzas y en sus vetustas estancias se pisa y moltura la uva (variedad palomino) para que fermente en la bodega, logrando un vino blanco que tomado en fresco nos sabe como el mejor de los caldos del mundo.
Julio y María, los propietarios de este lugar tan singular nos enseñan su casa; salón, salita, habitaciones, bodega, los patios, la piscina con vista al Cerro de las Salinas; Un lugar lleno de historia en mitad de la Serranía, cómodo y acogedor que no pierde su esencia rural y serrana.




Laterales y fachada del cortijo

























Patio interior y estancias de trabajo









Antigua cuadra reconvertida en bodega



Cartel del Festival de Cante Grande de Ronda 1970

Una altesa convertida en mesa





Habitaciones del cortijo



cocina tradicional







La piscina con el Cerro de las Salinas al fondo



Cerro de las Salinas

María y Julio, propietarios del cortijo con unos amigos



Detalles del patio exterior



Salón con chimenea

salita de estar



Prensa para el vino







Entrada a la bodega


Para saber más:
María Guerrero Palmero y Julio Becerra Márquez
C/Ronda 22 Arriate (Málaga)
Tlf. 952165153/654339469