miércoles, 23 de febrero de 2011

El Club Nudion en la Ruta de los Bandoleros

Mapa topográfico de la ruta
Este pasado fin de semana, unas 28 personas del club de senderismo Nudion, organizaron una marcha por La Ruta de los Bandoleros entre las ruinas de Acinipo y Setenil. Ángel Pinto, el coordinador del grupo, nos comenta que eligieron esta ruta por la posibilidad de conocer una parte de la Serranía menos frecuentada que la zona de Grazalema.
Hicieron el recorrido a la inversa de como nosotros lo señalamos en el blog, es decir desde Acinipo a Setenil, con la intención de terminar en el pueblo y comer aquí. La impresión generalizada es que es una buena ruta, aunque se deberían mejorar aspectos como la señalización del recorrido y algunos tramos complicados. Así nos lo cuenta el propio Ángel:
Hola Rafael
Te comento: Somos un club deportivo de Sevilla llamado Nudion de su sección de senderismo, soy vocal y responsable de poner y organizar las rutas.
El motivo de hacer la de los bandoleros fue por casualidad, pues la vi en tu blog ya que estaba buscando unir Olvera con Setenil, y visitar así los dos pueblos blanco de esta zona de la provincia de Cádiz menos visitada ya que todo el mundo tira para la sierra de Grazalema, esa era en principio la idea, pero vi mas interesante esta otra, a parte que ya estaba señalizada.Salimos de Sevilla 28 de 30 que estábamos apuntados, aunque solemos salir una media de 45 personas, llegamos a Acinipo sobre las 10,45 después de sortear las grietas y desprendimiento de la carretera por las ultimas lluvias, (todo un peligro hasta subir a las ruinas), una vez llegado allí se fue al microbus para Setenil y nosotros nos fuimos a visitar Acinipo, una vez vista las ruinas preguntamos a la persona encargada de aquello por la ruta, que por cierto aquí ni esta señalizada ni la conocía, una vez que le enseñamos el mapa topográfico donde estaba la ruta dibujada reconoció el camino y nos lo indicó (este esta entrando a la derecha a unos 30 metros junto a un poste eléctrico de cemento (creo recordar) aquí hay una pequeña angarilla cerrada con alambre y mas abajo un palet que hace de puerta amarrado también con alambre, una vez abierto se baja por una pequeña torrentera hasta llegar a la carretera, en este punto se ve los resto de un panel explicativo de la ruta Los Bandoleros, también veremos un gran abrevadero o pilón (en el mapa dice pozo). Ahora lo que queda es seguir las indicaciones que nos encontremos, teniendo encuenta que las estaremos viendo en sentido inverso y es fácil perderse en algún cruce. También recordar que por el vado del río es imposible pasar sin mojarse con el río crecido, así que tomamos la orilla derecha y a unos 50 metro hay unos troncos cruzando el río con precaución podemos pasar sin mojarnos mucho, y mas adelante nos volveremos a encontrar con el río, pero si se sigue el río por la orilla un poco veremos que es mas fácil de pasar que por el vado, una vez pasado retomar el camino a Setenil ya sin problemas.
Enlaces:
Les recomiendo que le echen un vistazo a las estupendas fotos que el grupo tomó de la ruta, tanto del camino, como de su visita final a Setenil. Esperemos que su estancia en nuestro pueblo haya sido agradable. ¡Hasta la próxima!

lunes, 21 de febrero de 2011

Tráfico en el Pecho de la Plaza años cincuenta


Tengo que agradecer a mi amigo Francisco González Troya y a su familia que me dejaran esta preciosa foto, donde un grupo de personas posa junto a un vehículo en el Pecho de la Plaza, concretamente junto a la puerta de su casa. En el grupo aparecen Frasquito González y Enrique Morales que yo conozca, una niña que enseña una especie de billete de lotería o algo parecido, y otros hombres además del conductor del coche.
El vehículo hacía el servicio de taxi, por lo que ahora comprendo el uso que tenían esos ensanches que hay en La Calle Ronda junto al Sindicato y en Las Cuevas de la Sombra a los que llamamos Las Paradas, pues servían para que vehículos como este pudieran estacionar sin dificultar el tráfico de personas y bestias mientras los pasajeros subían las maletas o se despedían de sus familiares.
¿Quién les iba a decir a estas personas el cacao tan monumental que puede suponer el tráfico en Setenil a determinadas horas, cuando por aquellos entonces se estacionaba el vehículo en mitad de la calle para hacerse una foto sin que nadie pusiera ninguna objeción?

viernes, 18 de febrero de 2011

Historias de cuando chico en Setenil (VII)

Mitología

Van los niños por el Almendral dispuestos como una partida de caza. Avanzan en paralelo campo a través, sin perder en ningún momento el contacto visual. Entonces, en el silencio del campo se oyen voces: ¡Eureka! ¡Eureka! ¡Lo encontré! (Fíjense la preparación que teníamos por aquellos entonces que usábamos algunos vocablos en griego clásico. Quizás fuera por lo de la serie de Ulises 31, Una Odisea en el Espacio....) El caso es que alguno de nosotros dio con la encina mítica, aquella que denominábamos Eureka y que daba las bellotas más dulces de esa maravillosa dehesa.
Allí mismo, bajo sus extensos brazos, nos ponemos a comerlas como una piarilla de gorrinos mientras nos llenábamos los bolsillos para el camino. De vuelta nos pasamos por el Cañuelo. Entre zarzas, atravesamos la pasarela y la angostura de roca para acceder a la bóveda de aquel templo ancestral, donde manaba un chorrito de la misma piedra. Todos bebimos de esa agua sagrada que nos supo dulce como la limonada.

Un perrito manga en la Calle Ronda:

Ese perrillo era especial, tenía carácter y dejaba huella, como dirían algunos, y si no, qué se lo pregunten a esa legión de perritas seducidas y abandonadas a su suerte por este donjuán canino. Luego volvían las muy tontas una y otra vez, y es que no escarmentaban.
Así, que en la calle no había más rey que Koji, que le puso su dueño Pedro como al piloto de aquel Marzinguer Z de los ¡puños fuera!, que nos tenía a todos los niños rayados. Además el perrito tenía una especie de antifaz negro y las patas blancas que parecían unas botitas. Pedro decía que era un perro moro, a saber por que razón, pero yo creo que Koji como el Koji Kabuto de la serie, era japonés.

Antiguos símbolos

Nos quedaba el torreón de la Villa algo fuera de nuestro radio de acción, lejos quizás de las rutas habituales de excursiones y vagabundeos por el pueblo, así que no es de extrañar que hasta entonces nunca hubiera subido a la torre.
Contaban los niños la historia de que en un recodo se apostaba un guerrero de hierro con una hacha que se accionaba al paso de algún incauto para cortarle la cabeza. Imaginaba yo, como en las fantasías de Washington Irving, que en la parte superior de la fortaleza hubo en su día un harén donde bailaban bellas moras cautivas bajo la atenta mirada de un sultán sentado sobre las cabezas de aquellos que se atrevieron a subir.
Una tarde en que la puerta estaba abierta, pudimos ascender a la planta superior de aquellas venerables ruinas donde comprobamos que no había ni vigía, ni cráneos cercenados ni bellas moras cautivas, únicamente, apoyado contra la tosca piedra y oxidado por el tiempo, un gigantesco yugo de hierro atravesado por un haz de flechas rojas.

jueves, 17 de febrero de 2011

Un almuerzo en el campo


Tiene esta foto una curiosa historia: Me la regaló un señor hace algunos años en la puerta de la Iglesia de la Encarnación, cuando se enteró que yo era hijo del cabo Vargas, amigo suyo de cuando estuvo destinado en Setenil. Quizás en la copia no se puedan ver las pequeñas cruces que adornan las cabezas de los comensales, distinguiendo a aquellos que estaban vivos de los que ya habían fallecido. Luego en el reverso de la foto, bajo la fecha (1963 creo recordar) los nombres y apellidos de todos.
Me contó que ese día, trabajadores del ayuntamiento y amigos celebraron una comida en el campo donde dieron buena cuenta de un borriquito, un manjar de lo más exclusivo por aquellos entonces.
Cuando este anciano señor me la entregó, todas las cabezas lucían ya esa triste cruz salvo la suya y la de los niños. Me habló algo de lo rápido que pasa la vida y la gente que va quedando atrás. Pocos meses después yo mismo puse a lápiz una cruz sobre su cabeza y su nombre.
Me quedo de esta instantánea con el melancólico semblante de mi padre, sus ojos tristes y un cierto aire ausente, como desvanecido en la imagen, ajeno quizás en ese momento a la vida y la muerte, al paso inexorable del tiempo, a la simbólica cruz que cualquier día alguien dibujaría sobre su cabeza y a que sería su propio hijo el que cerraría ese ciclo, colocando la última algunos años después.

martes, 15 de febrero de 2011

Los Documentos del proceso al maestro represaliado Sebastián Aguilera Villalón

Es un placer publicar esta entrada de hoy relativa a la historia del maestro setenileño Sebastián Aguilera Villalón, fusilado en Jerez durante la guerra y cuya historia ya conocemos en este blog, pero que hoy podemos completar gracias a los documentos relativos a su proceso y al extracto que el historiador Carlos Barcala nos ha cedido.
Es de agradecer esta importante aportación, porque la historia sin pruebas carece en cierto modo de valor cientítico, así como el gesto de ofrecernos el fruto de su trabajo con el sólo interés de que el máximo número de personas puedan conocerlo.
Todo aquello que ayude a entender mejor nuestro pasado debería hacerse público, y no permanecer guardado en un cajón o en un CD como si fuera una vieja reliquia.
Reitero mi agradecimiento a este historiador gaditano.

Hola Rafael. Procedo a mandarte las fotografías prometidas. Son fotografías que realicé para un trabajo de investigación que tuve que hacer cuando cursaba la carrera de Historia. Me hubiera gustado hacerles fotocopias pero los responsables sólo me dejaron hacer fotos a los documentos con la cámara digital. El caso de este maestro me impactó mucho porque fue fusilado sin juicio previo en Jerez de la Frontera. Lo más grotesco es que el Ministerio de Educación Nacional le confirmó en su cargo (tal y como podrás ver en una de las fotos) aun sabiendo que llevaba varios años muerto. Si tienes algún tipo de dudas en los documentos, no dudes en formulármela. Quizás lo más llamativo sean los documentos escritos a mano, en los que se reconoce su condición de "fusilado" (generalmente las autoridades franquistas solían emplear eufemismos como "fallecido", "fallecido como consecuencia del Movimiento Nacional", etc. Me falta el documento de la Alcaldía de Jerez, el único que le acusa de "disparar a las Tropas Nacionales"; para más señas, te diré que ese documento se encuentra en el Archivo Municipal de Jerez de la Frontera, la pega es que ese día no me traje la cámara y no pude hacerle la foto. Para conocer mejor el mecanismo de depuración del Magisterio, te recomiendo el libro que citas de Pettengui.
Quedo a tu entera disposición para cualquier duda que te surja.

Un saludo

"Represión del magisterio jerezano desde la Guerra Civil hasta 1945"
Sebastáin Aguilera Villalón:

Pese a no haber desempeñado nunca su profesión en Jerez, el hecho de que Sebastián Aguilera Villalón[1] fuera fusilado en esta ciudad, así como las circunstancias que rodearon su asesinato, son dos motivos que me han llevado a rescatar la historia de este maestro.

Los informes que he manejado no reflejan datos biográficos de Aguilera Villalón, tan solo que era oriundo de Setenil y que, según el informe de la Guardia Civil, podría haber sido fusilado en Octubre de 1936 “sin que se puedan precisar las causas”. Pettengui describe que era hijo de un zapatero y murió con 23 años[2].

Un documento de la Junta Municipal de Setenil le exculpa de haber desempeñado el cargo de interventor del Frente Popular, acusación que generalmente, como ya hemos visto, implicaba una sanción automática al expedientado.

El resto de informes de las autoridades locales no solo son favorables sino que presentan a Aguilera Villalón como un individuo “ejemplar”. El Padre de Familia describe que se le tenía “en muy buen concepto; socialmente era muy bien considerado y políticamente no se le conocía que perteneciera a ninguna agrupación política por dedicarse solo a la enseñanza”.

El esperpento llega en cuanto leemos el informe de la Alcaldía de Jerez, que contradice fulminantemente todos los anteriores:

Maestro Nacional en Setenil, donde estaba considerado como comunista, teniendo referencias de que se hizo fuerte a las Tropas Nacionales a las que hizo fuego y siendo por ello detenido”.

Sin embargo, el posterior acta de la Comisión D) del día 6 de Noviembre de 1939 se referiría al caso de Aguilera Villalón en los siguientes términos:

Vistos los informes de este Maestro en que no aparecen cargos concretos y hay algunos en que se estiman cualidades profesionales y sociales y que correspondía a los años de mil novecientos treinta y siete y treinta y ocho es criterio de esta Comisión no proponer sanción alguna por considerarlo en cierto modo como víctima de un proceso no bien esclarecido que determinó su muerte”.

Si la propia Comisión reconoció la inocencia de Aguilera Villalón ¿qué decir del informe de la Alcaldía de Jerez que le acusaba de disparar a las tropas franquistas? ¿Qué hay de cierto y de mentira? Desgraciadamente el secretismo que ya mencioné al comienzo de este apartado dedicado a los maestros fusilados nos impedirá conocer la verdad acerca de las causas de su fusilamiento. Por lo tanto considero muy arriesgado aventurarse en establecer hipótesis al respecto.

Posteriormente el Ministerio de Educación Nacional le “rehabilitará” en su puesto el día 27 de Mayo de 1940, es decir, cuatro años después de su asesinato.

[1] Archivo Histórico Provincial de Cádiz, Sección Instituto Columela, caja 29.998 y Archivo Municipal de Jeres de la Frontera, leg. 560, exp.13.224.

[2] PETTENGUI, JOSÉ: La escuela derrotada: depuración y represión del Magisterio gaditano en la Provincia de Cádiz (1936-1945), QUÓRUM Editores, Cádiz, 2005.
, p.112.

Carlos Barcala, Licenciado en Historia por la Universidad de Cádiz. El fragmento pertenece al trabajo "Represión del magisterio jerezano desde la Guerra Civil hasta 1945".

Enlaces:

viernes, 11 de febrero de 2011

EL hombre más feliz de Setenil se hace famoso

¿Se acuerdan del hombre más feliz de Setenil? Claro que sí. Pues hoy he tenido la oportunidad de volver a verlo cuando a primera hora de la mañana he parado a tomarme un café.
Allí estaba, con el codo apoyado en la barra del bar y una mano en la sien, como pensando o meditando. Al verme me hace una señal para que me ponga a su lado mientras avisa al camarero para que me sirva.
Le pregunto cómo le van las cosas, y me responde que tirando, que este frío no es bueno para la reuma y que anda fastidiado con la patingola, que ya ha sembrado las habas y está preparando la tierra para las papas, y que ha arrancado los espárragos porque ya no puede trabajarlos. Por lo visto la perrilla parió a finales de verano y se ha quedado con un cachorrillo. Es blanco pero tiene una manchita en la frente y es más vivo que un conejo.
Me pregunto si le gustaría lo que escribí sobre él, aunque pienso que ni siquiera lo leyó pese a que un hijo tiene Internet en casa. No es hombre al que le guste el protagonismo y quizás no le haga gracia que se aireen sus cosas, pero no creo que me reproche nada.
Trato de pagar el café pero no me deja:
-De ningún modo, soy yo quién te ha invitado.
Guardo la cartera y me despido, y él me invita a que me pase por lo suyo:
-Allí tienes tu casa. Te vienes y te convido a unos mostillos con chicharrones, que te voy a dar unos huevos de los de verdad, los de la yema amarilla.
Allí lo dejo, con el vaso de café vacío y aún humeante. Quizás ahora, cuando yo salga, se tome una copita de aguardiente.
Salgo de un Setenil sumido en la niebla y la oscuridad cuando las primeras luces del alba despuntan ya por El Higuerón. Paso por la Ventosilla y aún no se ve el pueblo, sólo la tenue luz de las farolas y pienso que sería bonito acechar la salida del sol desde La ladera, ver como ese fondo blanco se difumina y plasmar un bonito amanecer que insertar cualquier día en estas páginas.
Por el camino, peligroso por la poca visibilidad y las placas de hielo en las umbrías, pienso en ese hombre y en sus cosas, en su vida cadenciosa y sin prisas, en la sabiduría de aquel que habla consigo mismo en la soledad del campo. Hoy lo he notado más meditabundo que de costumbre; Puede que sea el frío, lo más seguro es que de verdad le duela la pierna, quizás tenga uno de esos días tontos en que nos da por recordar ¿quién sabe?
A la hora del desayuno cojo el periódico y mientras espero mi mollete, ojeo la sección de artículos donde veo que uno de los columnistas, Antonio García Barbeíto, también conoce a nuestro amigo:
"...Todo sin prisas, todo haciéndose pero sin empujones, sin atropellos; despacio, como se canta un cante reposado. Todo con el mismo ritmo que lleva el pulso de la tierra por las ocultas venas del agua que, aunque no la vemos, corre en veneros subterráneos camino del pozo. No sé qué estaba haciendo cuando llegué, pero, esté haciendo lo que esté haciendo, resulta que siempre tiene más tiempo que yo, y todo lo hace con un son que no es el mío, un son que a veces me desespera, por mis prisas, no porque él sea lento. Crecen hermosas las matas de habas, el mosto, siempre a punto en la botella, y las aceitunas en el plato, el sol en su sitio, el viento posándose en las ramas más altas y él, el más rico del mundo. Ser rico es esto: sentirse libre —y serlo— hollando el campo en un territorio de luz. Este hombre vive todos los días un año de cualquiera".
ABC de sevilla. 11 de Febrero de 2011
Parece que Don Antonio se ha pasado no hace mucho por su finquita y se dejó convidar a uno de esos mostillos con chicharrones.
El más rico. Antonio García Barbeito. ABC de Sevilla.
Nota: Si tienen oportunidad, no dejen de leer los artículos de este periodista sevillano. Un remanso de nostalgia, sabiduría y sensaciones. Son las palabras de un hombre cabal que aportan algo de sensatez y reflexión a nuestra vida diaria, muy necesario ahora que el ruido hueco y la crispación parecen adueñarse de todo.

martes, 8 de febrero de 2011

Historias de cuando chico en Setenil (VI)

Un incidente en la Calle Ronda:

Rafael el lechero amarra la mula siempre a la misma reja para poder repartir la leche casa por casa, pero ese día mi abuela, harta de tener que limpiar las boñigas del jumento, desata la cuerda y deja la mula suelta, que a su libre albedrío de pasea por el pueblo. Finalmente el lechero da con ella en Las Cuevas del sol, por donde pensaría el animal que se llegaba antes a su cuadra.

Una buena amistad:

Cuando lo vi por primera vez no me llevé muy buena impresión: A Tuli, un cachorro de Setter Irlandés color canela, lo había pillado un coche y andaba arrastrando las patas. Poco a poco, gracias a los paseos que nos pegábamos por el campo, se fue poniendo fuerte y se convirtió en un perro precioso.
Si íbamos paseando por el río, siempre andaba por el agua y cuando llegábamos a La Molinilla se tiraba desde el puente. Algún cazador me lo pidió, máxime cuando les contaba como me hacía la muestra en las zarzas con el rabo tieso y la patita levantada. En los días calurosos nos echábamos a sestear bajo una encina mientras yo apoyaba mi cabeza en su lomo, y cuando lo llevaba a dormir a su cuadra nos pimpábamos entre los dos media botellita de vino dulce, Tuli en su platito y yo a morro. Éramos inseparables.

Seducción fatal:

Como si se tratase de una corista de cabaret, las máquinas tragaperras fueron desembarcando en los bares de Setenil para seducir con sus llamativas luces y estridentes sonidos a aquellos que se atrevían a invitarlas a bailar. Aquellos rudos hombres, acostumbrados a las arduas faenas del campo o al ensordecedor ruidos de las plantas de producción en Alemania o Suiza, parecían no tener defensa ante las artes y enredos de esas perversas seductoras.
Luego,despechados y humillados,volverían a sus casas para reconocer que perdieron la paga del mes en brazos de otra mujer, mientras las madres de sus hijos, con los ojos rojos, tendrían que tragarse la vergüenza e implorar al propietario para que les devolvieran el dinero.

sábado, 5 de febrero de 2011

Muerta de hambre y de frío. Setenil 1910

Ahora que estamos pasando los días más crudos del invierno y amanecemos a diario con el termómetro bajo cero, se me vienen a la cabeza las terribles condiciones de vida que tuvieron que soportar ancianos, niños y enfermos en otras épocas.
En la sección de Informaciones de Provincias de la Correspondencia de España, entre movimientos de barcos del puerto de Cádiz y noticias sobre la crisis obrera que afecta a la provincia, aparece esta escueta pero impactante noticia:
Muerta de hambre
En Setenil, pueblo de esta provincia, ha sido encontrada muerta una mujer, víctima del hambre y del frío.
La noticia se publica a principios de Abril, aunque bien pudo haber ocurrido unas semanas antes y debió de tratarse de una ola de frío, porque a continuación se da la información meteorológica:
El tiempo mejora, habiendo hoy alcanzado el termómetro la altura de 18º . Supongo que este ascenso de temperaturas se daría en la capital, mientras que en la sierra aún soportarían un tiempo invernal.
Insertada entre informaciones y referencias a la difícil situación que vive la provincia, aparece esta frase: La cuestión preocupa hondamente á las autoridades. ¡Gracias a Dios!
Fuente:
La Correspondencia de España
Madrid, 8 de Abril de 1910
Sección: Informaciones de Provincias

miércoles, 2 de febrero de 2011

Historias de cuando chico en Setenil (V)

El Puente antiguo de dos ojos
Ladrones y pedigüeños:

Por aquellos días era muy normal dejar las puertas de las casas abiertas, quizás y no siempre, entornadas y ancladas con una aldabita. Cierto día, una banda de malhechores se pasó por Setenil haciendo fechorías y pidiendo por las calles. En la tienda de Sebastián y Encarna metieron mano en la caja mientras unos niños entretenían a los dueños haciendo cabriolas y juegos. Al mismo tiempo, un hipnotizador entraba en las casas y mirando a los ojos a sus víctimas los atontaba para poder desvalijarlos con facilidad.
Por lo visto entró en la casa de mi abuela con la que se encontró en el salón, pero no pudo con ella y tuvo que desistir. La gente decía que no la dominó como a otros porque tenía gafas, pero yo pienso que muy bueno tenía que ser el ilusionista para poder atontar a mi abuela, una mujer de armas tomar, criada en el campo y que no dudaría en sacar a mamporros al sinvergüenza si fuera menester (¡esa sangre serrana...!)
Desde entonces, la gente del pueblo es algo menos confiada y se lo piensa dos veces antes de dejar abierta la puerta de su casa.

El terror del Río:

Un gallo, ¡un gallo gigante! se lo juro. El gallo más grande que puedan imaginar. Blanco como la nieve y con la cresta y los ojos rojos, que no se me olvida. Gonzalo el del pan tenía el corral justo debajo del puente, y las gallinas pasaban de un lado a otro por el segundo ojo que hay bajo la Calle Ronda. Aquel era su territorio y he de reconocer que nos tenía cogida la medida. Si nos atrevíamos a pasar por allí e interrumpir su picoteo, carrera al canto en busca de la bajadilla, que se nos avanzaba dando saltos con las alas abiertas y lanzando unos aullidos capaces de amedrentar a un león. Así eran los bichos que se criaban en el Río por aquellos días.

El libertador:

Andábamos por esas calles al acecho de cualquier eventualidad que diera ocasión a una situación divertida, cuando el destino quiso llevarnos a aquella preciosa tienda que Sebastián y Encarna tenían en el pecho de la Plaza, allá donde antaño estuviese el antiguo casino. Aprovechando quizás el parentesco que tenía con los dueños, invité a mis amigos a entrar en la casa por la puerta principal, acceder al patio y enseñarles de esta manera una jaula gigante llena de canarios. Pero como a un niño sólo se le ocurren cuatro diabluras, máxime si andan en grupo, Alfonso que era el mayor me instó a que abriera la jaula y dejar de esta manera en libertad a los pajarillos. Así lo hice, mientras desde la calle observábamos el ajetreado voleteo de decenas de canarios de colores.
Pocos días después me encontré con mi primo Francisco, el auténtico dueño de la jaula, y le pregunté si andaba buscando los pájaros. No creo que le cayera muy bien mi observación (sincera y preocupada desde luego), aunque poco tiempo después ya se le habría olvidado porque me regaló para mi cumpleaños un precioso revolver de pólvora que compró en el estanco.

Historias de cuando chico en Setenil (IV)

Calle Ronda Y Cantarerías desde Las Cuevas de la Sombra
El vendedor ambulante:

Con las alforjas de esparto y la romana, el vendedor de frutos secos va pregonando su mercancía con un peculiar y pegadizo musiqueo:
¡arbellaaaaana y garbanzos!
Nosotros le seguimos y le pedimos que nos regale un cartuchito, pero el buen hombre nos dice que no puede, que tiene que dar de comer a sus niños.Cuando pasa de largo nos ponemos a vocear por las calles imitándolo:
¡gurbellaaanaaaa y arbanzos!

Una araña en la Cantarería:

En los días de calor, las arañas peludas salen de sus nidos y caen de los tajos a la calle. Como sonámbulas, deambulan en busca de un escondrijo, hasta que una pandilla de niños la encuentran;
¡Una araña! ¡Una araña! Eso es por lo menos una tarántula. ¡A matarla! Es grande como una mano, y seguro que es capaz de comerse un gato. La araña se defiende con las patas levantadas y dando saltos. Yo salgo en busca de ayuda y cuando vuelvo no están mis amigos, que se los comió a todos, y si no me creen, suban ustedes a la Cantarería y verán como no están allí...(como ya saben, esto último es un recurso estilístico usado de antiguo por un famoso setenileño. La lógica es aplastante).

El Contador de historias:

En Las Cuevas de la Sombra tenía yo un conocido al que no dejaba de saludar cada vez que pasaba por su puerta. Dueño de un lenguaje abigarrado y una gesticulación digna de los antiguos fabuladores, este anciano era capaz de transportarnos a ese Setenil añejo de bandoleros y aparecidos que recordaba de su niñez.
Cierto día, me relataba cómo un fantasma de los que moraban durante la noche en la Cantarería, le persiguió hasta la puerta de su casa donde dejó clavado un cuchillo. El viejo me enseñaba la mella que dejó en la puerta al arrancarlo, mientras la mujer, riéndose y guiñándome el ojo, le decía que dónde se había visto a un aparecido lanzando puñales. Cuando escucho el refrán de que los que de verdad dan miedo son los vivos no los muertos, siempre me acuerdo de estos dos entrañables ancianos.

martes, 1 de febrero de 2011

¡Todos a la escuela!

El grupo escolar al completo
Preciosas fotos de escolares setenileños de finales de los años cuarenta, muy posiblemente de la escuela situada en la Villa. Puedo distinguir, como es lógico, a los hermanos Villalón Tornay; Bartolomé, María Teresa y Filomena, así como a Mercedes, Josefa y Reyes Porras. Al resto de los niños no he podido reconocerlos, pero prometo que si me entero les pongo el nombre en los comentarios. La profesora parece ser que era una tal Doña Sofía, a la que se ve que tratan los niños con mucho cariño y familiaridad.
Por aquellos entonces el profesorado era en mayoría un gremio femenino, resultado de las depuraciones y movimientos de la Guerra Civil :
En la provincia de Cádiz, esa escasez de maestros provocada por las sanciones, los fusilamientos, la huida de muchos y la marcha de otros al frente, hace que surjan muchas vacantes que son ocupadas por maestras. Todas las vacantes dejadas por los fallecidos, Mora (Tarifa), Villalobos, (Grazalema), Abel (Zahara de los Atunes), Sepúlveda (Olvera), Aguilera (Setenil), las ocupan las maestras Juana González, Manuela Gómez Angulo, Juana Fernández, Agüeda del Villar e Isabel de la Corte respectivamente.
Fuente: La Escuela Derrotada. Depuración y Represión del Magisterio en la Provincia de Cádiz (1936-1945) José Aquiles Pettenghi Lachambre.
 
Como curiosidad decir que la maestra que sustituyó al maestro fallecido Sebastián Aguilera Villalón en Setenil es Isabel de la Corte, aunque eso debió de ser a finales de 1936 y estas fotos son de 14 ó 15 años después.
Se ve que el fotógrafo instó a los niños a que pusieran cara de enfadados, que posaran con el ceño fruncido y a que cruzaran los brazos, así como para que vinieran todos de blanco. El fondo es un mapa mundi donde aparecen aún las denominaciones de Antiguo y Nuevo Continente.

Esta preciosidad de niña es mi madre, Mª Teresa Villalón Tornay
Bueno amigos, ya saben, si conocen a alguien que sale en esta foto, no duden en comentarlo para publicar sus nombres.

¡Salud!