martes, 21 de septiembre de 2010

La escuela derrotada: represión y muerte de un maestro de Setenil

He tenido ocasión en estos días de ojear "La Escuela Derrotada. Depuración y represión del Magisterio en la Provincia de Cádiz- 1936-1945", y digo ojear porque sólo lo he tenido el libro en mis manos unos minutos, tiempo suficiente para lanzarme a internet y buscarlo en Google y encontrarme con que podemos leer algunos extractos de la obra.
Sabía que era inevitable ver algo sobre la represión de los maestros setenileños, y así fue, ya que me encuentro con la historia de Sebastian Aguilera Villalón, profesor setenileño duramente represaliado por el régimen franquista.
Cuando me propuse escribir algo sobre los trágicos acontecimientos de la Guerra civil en Setenil sabía que me estaba metiendo en un berengenal, más que nada porque la historia se me podía quedar coja, al omitir algunas cuestiones. De esta manera, teniendo claro que queda pendiente un análisis de los hechos de armas y movimientos militares que se produjeron en los primeros meses de la contienda, me propuse contar como se desarrolló la represión.
Así, leyendo las actas de la Causa General, pudimos entender estos mecanismos, comprobando como existió una represión en caliente durante los primeros meses, es decir, una eliminación material del supuesto enemigo casi al instante, ejecutado normalmente por las tropas regulares a su llegada al pueblo y por falangistas posteriormente, y que dejaron las cunetas y las afueras del cementerio repletas de cadáveres, y también una represión en frío, más metódica y calculada, cuyos efectos se prolongaron incluso después de terminada la guerra.
De la primera, la represión en caliente, es muy difícil cuantificar las víctimas. El secretismo fué y sigue siendo la norma imperante, y ya quedan pocos setenileños que hayan vivido esa época. Testimonios orales hablan de ejecuciones instantáneas en el Callejón , en el mismo momento de la entrada de las tropas regulares en Setenil, para luego continuar durante algunas semanas las ejecuciones más selectivas por elementos locales. En este caso se desconocen incluso quiénes lograron huir para no volver nunca y quiénes cayeron bajo las balas de los soldados, sorprendidos quizás en plena noche y sacados a culetazos de sus casas.
En el caso del terror frío, cuantificar los fallecidos es algo más fácil, pues sus nombres y lugar de procedencia aparecen en listas de diferentes sumarios, aunque en la Causa General referida a Setenil no se dan nombres de "rojos" setenileños
El caso del maestro Sebastián Aguilera Villalón es uno de estos, donde diferentes atestados se entrecruzan incluso hasta cuatro años después de su muerte.
Los datos biográficos aportados son escasos, y sólo se sabe que este maestro nacional era natural de Setenil e hijo de un zapatero de la localidad.
Los informes como decimos van y vienen en su proceso, pues mientras las autoridades locales hablan de un ciudadano ejemplar, y al que se le tenía “en muy buen concepto; socialmente era muy bien considerado y políticamente no se le conocía que perteneciera a ninguna agrupación política por dedicarse solo a la enseñanza", incluso se le exculpa de haber sido interventor del Frente Popular en las elecciones, otros informes como el de la Alcaldía de Jerez contradicen lo expuesto por las autoridades setenileñas, argumentando que era “Maestro Nacional en Setenil, donde estaba considerado como comunista, teniendo referencias de que se hizo fuerte a las Tropas Nacionales a las que hizo fuego y siendo por ello detenido”.
Según estos documentos, Sebastián fue detenido en el mismo momento de la entrada de las tropas, y mucho me temo que si hubiera tenido la osadía de hacer frente a los regulares, su caso hubiera acabado no ya en una cuneta del camino, sino en el mismo lugar donde se hubiera parapetado. Luego, las autoridades setenileñas trataron de evitar su muerte en Jerez enviando informes favorables sobre su conducta y su falta de compromiso político, aunque en Jerez, quizás desde instancias más altas, estaba claro que era un elemento a eliminar. Así Sebastian fue fusilado en Jerez en Octubre de 1936 a los 23 años de edad e irónicamente la guardia civil informa de su muerte: "sin que se puedan precisar las causas".
Posteriormente, en 1939, una comisión trata de esclarecer los hechos que acontecieron en su muerte; Vistos los informes de este Maestro en que no aparecen cargos concretos y hay algunos en que se estiman cualidades profesionales y sociales y que correspondía a los años de mil novecientos treinta y siete y treinta y ocho es criterio de esta Comisión no proponer sanción alguna por considerarlo en cierto modo como víctima de un proceso no bien esclarecido que determinó su muerte”.
El informe sirve para que el 27 de Mayo de 1940, ¡¡¡cuatro años después de su muerte!!!, Sebastián Aguilera Villalón fuera rehabilitado en su puesto.
Nada se dice sin embargo de los informes negativos de la Alcaldía de Jerez, su fuente y su oscura procedencia, y que a la postre significaron la principal justificación para que este maestro setenileño fuera fusilado en el lóbrego patio de la cárcel jerezana.

"La Escuela Derrotada" Depuración y represión del Magisterio en la provincia de Cádiz. 1936-1945. Jose Aquiles Pettenghi Lachambre. Quorum Editores 2005

4 comentarios:

  1. Sé por familiares mayores que yo, que los culpables de aquellos asesinatos fueron soplones del pueblo. La gente de fuera, léase falangistas, o tropas regulares, venian a realizar el trabajo sucio. ¿Como va a saber un forastero, quien es "rojo" y quien "azul" si no conocen a nadie?. Hubo chivatos, con nombres y apellidos, auténticos fascistas, y gente del pueblo que ademas de a los rojos, señalaba a quien pongamos por caso, le caia mal. O sea la mano ejecutora fueron los falangistas, o tropas regulares pero el delator o delatores eran vecinitos del alma. Yo se de uno en concreto, que no sé si vive aún, que tampoco me importa y cuyo nombre no voy a desvelar, pero que cualquiera que tenga 80-90 añitos lo sabe. Ojala nunca mais se vuelvan a reproducir aquellas atrocidades. Saludos Rafael, quizás aquel desdichado maestro, tenga alguna relación familiar contigo?. Villalon de segundo, igual que tú, aunque en el pueblo hay tantos apellidos repetidos...

    ResponderEliminar
  2. Supongo que algún parentesco debemos tener, pues mi abuelo se llamaba Bartolomé Villalón Aguilera, justo al revés que este maestro.
    Su historia me parece trágica y terrible, pues es evidente que alguien quería su muerte, y apretó para pasar por encima de los testimonios favorables de las autoridades locales de Setenil, que lo podrían haber exculpado.
    Muy posiblemente existan más historias como estas.
    un saludo

    ResponderEliminar
  3. Perdón, quise decir mi bisabuelo. Mi abuelo, su hijo, se llamaba José Villalón Ramírez, pero todos, hasta sus hermanas,le llamaban Villalón.
    Mi abuelo era propietario del Horno de la Calle Ronda, uno de los negocios más antiguos de Setenil.

    ResponderEliminar
  4. Hace un par de años realicé una investigación sobre los maestros represaliados en Jerez de la Frontera para un trabajo de la Universidad. También abordé el caso de Sebastián Aguilera, pues terminó sus días en Jerez. En el Archivo Histórico Provincial de Cádiz hay documentos de la Comisión Depuradora del Magisterio referentes a este maestro. Dispongo de fotografías de estos documentos, si quieres te las paso. También he leído el libro que citas en la entrada, recomiendo que te hagas con una copia. Mi correo electrónico es kingcarlos666@hotmail.com. Un saludo.

    ResponderEliminar