miércoles, 30 de enero de 2013

Francisco Pérez Reina: Un republicano setenileño

La casualidad ha querido que mientras le seguíamos la pista al republicano setenileño Francisco Pérez Reina, tuviéramos noticia de este documento publicado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes donde en su calidad de presidente de la asociación obrera vinculada a la UGT “El Porvenir”, felicita al mismísimo Francisco Largo Caballero tras su excarcelación.
La carta hay que entenderla en el contexto de los hechos de la Revolución de Asturias y los sucesos posteriores, donde muchos de los líderes de los partidos de izquierda que participaron en la revuelta fueron encarcelados por el gobierno republicano.
Así reza la efusiva misiva:
UGT.
Sociedad de Trabajadores de la Tierra
“El Porvenir del Obrero”
Setenil (Cádiz)
Setenil 1 de Diciembre de 1935
Al camarada Francisco Largo Caballero Estimado camarada; sabemos por la radio y la prensa, su libertad mal quitada desde luego, y al dar la noticia la radio no puede imaginarse con cuanto júbilo fue acogida por los afiliados de esta organización. Ahora le vamos nosotros a decir lo que V. nos reitera con mucha frecuencia: ¡A trabajar! Mucho y fuerte por nuestra causa y la de todos los esclavos. En nombre de esta organización de que soy secretario, le mando un abrazo de todos sus afiliados y mío, por recobrar su libertad. Hágalo extensivo al camarada Jiménez Asua, por su brillante defensa para la que V. le designó.
Firmado: Francisco Pérez Reina
Fuente; Archivo Histórico Nacional.
F.C. Causa General 837, exp. 1 Nº 58 Archivos Estatales. Ministerio de Educación, Cultura y Deportes
Como podemos comprobar, la carta está archivada dentro de la documentación de la Causa General, proceso que durante décadas sirvió a la justicia franquista para encausar y procesar a los vencidos en la Guerra Civil.
En breve y gracias a su nieta Antonia, conoceremos más datos de Francisco Pérez Reina, su actividad sindical en Setenil, sus hijas Germinal y Libertad, su huida a Málaga y la tragedia de la devandá republicana por la carretera de Almería hasta su exilio definitivo en Portugal. Una trágica y emotiva historia que nos llevará a conocer mejor aquellos terribles años en Setenil y España.
Para saber más: Francisco Largo Caballero. Wikipedia.

 

lunes, 28 de enero de 2013

Olimpiada solidaria

Olimpiada Solidaria a beneficio de nuestro amigo Blas

Otra historia de bandoleros en Setenil


Cencerrito. Foto cedida por un sobrino nieto del bandolero a un paisano nuestro.

En alguna otra ocasión hemos hablado en este blog de la obra y milagros de Cencerrito, alegre e indómito bandolero que ejerciera sus labores por los pueblos y campos de Andalucía la Baja allá por las postrimerías del siglo XIX. Quedó claro en aquel repaso a su vida que Cencerrito era tan setenileño como los tajos que lo vieron nacer, condición esta que sacaba a relucir con pedantería y orgullo en cualquier fechoría en la que se viera envuelto.
Prueba de su origen es sin duda la devoción del bandolero por el Santísimo Cristo de la Vera Cruz de Setenil, hecho que queda constatado por esa anécdota que no por vieja deja de ser desconocida para la mayoría, de haber portado en alguna ocasión esa sagrada imagen en la procesión del Silencio.
Corría la última década del siglo XIX, no sabemos el año exacto del suceso, pero sabiendo que Cencerrito murió en 1894 más o menos nos podemos ubicar temporalmente. Imaginamos esa procesión bajando el Jueves Santo desde la ermita de San Sebastián en busca de la Iglesia de la Encarnación. El rito, la esencia, la liturgia de la ceremonia no debía de ser muy diferente a la imagen que podemos ver hoy día, pero el escenario de ese Setenil del siglo XIX sumido en la más absoluta oscuridad, iluminado únicamente por la tenue luz de la luna llena nos permite evocar la atmósfera más evocadora y primitiva.
En algún lugar del recorrido, un hombre formido y con el rostro tapado se acerca a alguno de los portadores de la cruz. Con voz segura y gesto amenazante lo invita a que le ceda su lugar, cosa que el atemorizado portador realiza de mala gana. Como todos sabemos, portar la cruz del Cristo en la procesión del Silencio es privilegio que, por una razón u otra, detentan algunas familias en Setenil, tradición que se transmiten de padres a hijos y que salvo contadas excepciones se mantiene inalterable. Así pues, ceder el puesto en la cruz a un extraño no deja de resultar una anomalía. El caso es que el enmascarado portó ese año al Cristo durante gran parte del recorrido mientras el legítimo cargador le seguía de cerca malhumorado pero resignado.
Al llegar a la iglesia y tras la preceptiva ceremonia religiosa, el penitente usurpador se dirigió a ese que le cedió su puesto y tras quitarse el antifaz le pregunta:
¿Acaso no me conoces? Soy Cencerrito, el bandolero.
Imaginamos la cara de estupor que pondría el pobre hombre al saber quién era el enmascarado, aliviado quizás de no haber osado enfrentarse al famoso bandido setenileño, que como cuentan las crónicas, hacía honor a su oficio de pendenciero y perdonavidas.
Resulta la imagen del bandolero devoto de un cristo o una virgen tan tópica y manida como la de que se echara al monte por un asunto de faldas o la de que repartían el dinero entre los pobres, pero entre las viejas anécdotas que podemos sumar a la historia de Setenil deberíamos anotar esta, la del año en la que el bandido Cencerrito llevó al Cristo del Silencio.
No sabemos si cumpliría penitencia para expiar alguno de los muchos pecados que se le achacaban o para pedirle al Cristo el pulso firme a la hora de manejar su Winchester.
Conociendo al personaje...
Para saber más:
Cencerrito, un bandolero de Setenil. Setenil Rural

martes, 22 de enero de 2013

Lecciones de lengua de Antonia Sánchez

Comienza Antoñita su diario con algunas lecciones de gramática, lengua y ortografía. Dilucida entre las palabras “aijada” y “ahijada”, distingue entre el “ala” de los pájaros y el de los flancos con la interjección castiza: “Ala, probad que sois españoles y como tales valientes”.
Luego, para fijar conocimientos la maestra propone un ejercicio en forma de carta donde se reflejen las palabras aprendidas en la lección:
Setenil, 7 de Marzo de 1923
Srta. Dolores Domínguez.
Querida amiga, te escribo para decirte que cómo has escapado de tu viaje pues aunque recordé que a ti te tocaba habernos escrito, me he visto precisada por el mucho cariño que te profeso. Yo quisiera que hicieses el favor de preguntar a como están las aijadas pues el otro día me vino Francisca Guzmán y me dijo que hiciera el favor de preguntártelo, pues tiene varios bueyes y como necesitan muchas y aquí está muy caras.
No se si te habrás enterado de que tu tía Rosario tiene una ahijada más, pues la otra noche se bautizó y fuimos casi todas las mayores y Doña Josefa y nos divertimos mucho pues hubo baile, y nos estuvimos allí hasta el día siguiente, pues como era en el campo nos tuvimos que quedar. Sin más que decirte, recuerdos de todas las amigas y de Doña Josefa que siempre me pregunta por ti.
Tú se lo dices de mi parte á tu hermana y lo recibes de tu amiga que no te olvida
Antonia Sánchez
De esta manera tan original Antoñita aprende ortografía y aprovecha para escribir a su amiga Dolores que debe estar fuera de Setenil.
Luego sigue el diario con otras lecciones donde distingue entre un cereal que se denomina “alaga” y el verbo “halagar”, entre “alhaja”, “alaja” y “alojar”, entre "rebelar" y revelar", entre "savia" y "sabia" y otras muchas palabras.
Para finales de mayo, la niña prepara una redacción algo más interesante; las actividades en la escuela para celebrar el mes de María. En fin, imagino que las cosas normales de una estudiante rural en la España de los años veinte.



Pasado San Sebastián, patrón de esta antigua y noble Villa de Setenil, podemos decir que enero con su cuesta y todo está casi finiquitado. En medio nos ha pillado una cortita campaña de aceitunas, la visita de los amigos de lo ajeno que han robado en algunos comercios de la localidad, una ciclo génesis explosiva que es como llaman ahora a un temporal de invierno que entra por el Atlántico y alguna que otra tormenta más.
Instalada y ya sin pillarnos de sorpresa, una de las mayores crisis económicas que hemos conocido en los últimos tiempos y que amenaza con volver a mandar setenileños por esos mundos de dios a ganarse la vida. De hecho, estas navidades hemos vuelto a ver una imagen que parecía de otras épocas, la de paisanos pasando las vacaciones en su pueblo tras una larga temporada en el extranjero.
Vente pa Alemania Pepe...
Estas aguas que caen hoy y vienen cayendo en los últimos días hacen malo ese refrán que dice que enero poco agua y helaero. Fríos heladores para matar parásitos y limpiar la atmósfera que dicen los viejos. Aún así las lluvias casi siempre son buenas, que ya vendrán los meses secos donde miraremos al cielo en busca de alguna nube preñada de agua.
La inestabilidad ambiental nos deja imágenes tan bonitas como estas; Un grupo de grajillas en las secas ramas de un nogal, los dorados haces de luz que iluminan la mesa de Acinipo, densas nieblas que barren El Quinto y La Mata, la inconfundible silueta de los leonados surcando los cielos grises.
Imágenes de un invierno gris de frío y viento. Nostalgia de días tibios y azules.







lunes, 21 de enero de 2013

Aquellos vehículos de entonces





Me contaba un buen amigo que hace años, cuando era camionero, viajaba con su Pegaso cargado de frutas desde Málaga a Francia. Al tratar de cruzar los Pirineos por la frontera de Irún, una densa niebla le hizo perderse y cuando se vino a dar cuenta subía por una carretara estrecha por un puerto de montaña.
No había posibilidad alguna de girar o cambiar de dirección, su única alternativa era seguir subiendo hasta  donde le llevara el camino que, poco a poco se estrechaba y hacía más angosto. La niebla lo cubría todo, ni siquiera sabía hacia donde iba hasta que de buenas a primera entra en un pueblo. Los lugareños no daban crédito a lo que veían; ¡un camión en su pueblo! Algunos de ellos le aplaudían a su paso y él, sorprendido, se dedicó a responderles haciendo sonar el claxon de su Pegaso.
¡Como el Bahamontes me sentía, quiyo! Me explicaba, mientras con las manos hacía requiebros en el aire con un volante imaginario.
Al final llegó a una especie de plazoleta donde pudo a duras penas dar la vuelta y enfilar el camión de vuelta. Antes se bajó un momento para hablar con los paisanos que le comentaron que nunca antes un camión había subido hasta su pueblo.
Quizás  parezca algo exagerado pero me aseguran que la instantánea de arriba representa el momento en el que un camión grande  bajó por primera vez a las Cuevas. No lo sé, no parece muy antigua y conocemos a algunos de los protagonistas, pero desde luego no resulta muy habitual ver vehículos tan grandes por estas calles de Setenil.
En la otra imagen vemos a un grupo de trabajadores posar ante los vehículos de lo que parece ser una empresa de butano, quizás una marca que tuviera un concesionario en el pueblo, el caso es que resulta curioso la pose delante de coches, furgonetas y camiones en las Cuevas del Sol, calle que ya por los sesenta y setenta se había convertido en zona de almacenes y cocheras, como una especie de rudimentario polígono industrial urbano.
Aquellos vehículos representaban el progreso y el futuro desde luego, lo cual contrasta con la ancestral y primitiva imagen de un Setenil cubierto de tajos y piedras. 

miércoles, 16 de enero de 2013

Antonia Sánchez en el día de San Sebastián



Por las fechas que corren, en vísperas de la celebración del día de San Sebastián patrón de Setenil, me adentro en el diario de esta pequeña setenileña que con tanto énfasis redacta las vivencias del día de San Sebastián en aquel lejano enero de 1924.
Misa, procesión, música, cohetes, comilonas, baile y día de fiesta en definitiva. Así lo cuenta la propia Antoñita:

Setenil 24 de enero de 1924
Este día me levanté a las siete pues como era el día del patrón tenía que ir a misa. A las ocho vino la (música), la Banda Militar de Ronda para tocar en misa y en la procesión pero antes de ir a la iglesia tocaron en la puerta del Sr. Alcalde y después siguieron tocando por varias calles.
Cuando dieron el segundo toque me fui a misa con mi hermana, y cuando llegamos a la iglesia ya estaban las autoridades y el Sr. Delegado del partido. Hubo manifiesto y sermón.
Cuando terminó la misa salió la procesión con el patrón y tiraron muchos cohetes. Cuando llevaron al patrón a su ermita dio el Sr. Alcalde un banquete como es costumbre todos los años.
Después, cuando almorcé me fui de paseo con mis amigos a la carretera. Cuando se fue el sol nos vinimos a la calle Ronda y allí me estuve de paseo hasta que me fui a comer, después vinieron mis amigas y me estuve de paseo hasta que empezó el baile en el Círculo de Labradores y me fui a él. Cuando llegué estaba aquello muy animado y me divertí mucho y me vine a las once y así terminó el día del patrón en el que tanto me divertí.
Antonia Sánchez.

Esperemos que en la fiesta del patrón de este enero de 2013 podamos pasar un día casi tan divertido como este que pasó Antonia Sánchez hace casi noventa años.

¡Salud amigos!

martes, 15 de enero de 2013

El diario de Antonia Sánchez

Antoñita Sánchez es una niña de Setenil aplicada y religiosa. Tiene muchas amigas, le gusta vivir en su pueblo, tiene un gran cariño por su profesora y le encanta leer, bordar y sobre todo escribir. En el colegio, quizás incitada por la maestra, Antonia escribe un diario donde entre lecciones de historia, religión y gramática, inserta cartas a sus amigas y familiares así como preciosas descripciones de su vida en Setenil. Sus cuadernillos comprenden un periodo de tiempo que va del 7 de marzo de 1923 al 27 de septiembre de 1924. Conocerlos es conocer a esta pequeña setenileña y algunos aspectos de la vida del Setenil de los años veinte. Dejemos que sea ella misma la que nos lo cuente;

Setenil 9 de julio de 1923
Una servidora se llama Antonia. He nacido en Setenil que es del partido judicial de Olvera y de la provincia de Cádiz. Mis padres se llaman Francisco Sánchez Naranjo y Leonor Barbero Delgado, tengo cuatro hermanos que son Francisca, Isabel, Paco y Pepa.
Setenil es un pueblo que a mí me gusta mucho aunque comprendo que Ronda es un pueblo más importante y muy bonito. Hay cuatro iglesias que son la Parroquia, que es la Encarnación, San Sebastian, San Benito y el Carmen que son ermitas. Hay muchos tajos y el Carmen está encima de uno donde se divisa todo el pueblo. Para ir a San Sebastián hay un tajo que le dicen El Peñón de los Enamorados desde donde se divisa también el pueblo. Entre este tajo y el del Carmen está el pueblo. Por Setenil pasa el río Guadalporcún que atraviesa casi todo el pueblo. Hay varias fuente que son Los Caños, El Bañuelo, el Alambique, el Cañuelo y otras. Hay tres fábricas de aceite, una es de D. Blas Camacho y se llama santa Luisa, otra es de Don Augusto Ponce de León que se llama Santa Mariana y la otra es de Don Francisco Guzmán y se llama Las Arenas.
El patrono de Setenil es San Sebastián y ese día se celebra aquí mucho. Hay misa a la que asiste el Ayuntamiento que cuando termina la misa sale en procesión desde La Encarnación hasta San Sebastián que es la ermita del patrono, y va la música y todos los que han asistido a la función religiosa. Después que llevan el patrón a su ermita el Sr. Alcalde da un banquete, este año ha estado muy bonito y vino el Ayuntamiento de Olvera y había unas cintas en La Calle Ronda y en las Cuevas. Al medio día cuando se iban a ir fueron a despedirlo la música hasta el Alambique.
El 24 de Agosto es la feria de aquí y este año va ha haber muchas cosas que ver; toros, cucañas, fuegos artificiales, tracas y baile. Van a poner arcos con alumbrado eléctrico desde la calle Moreno de Mora hasta la Calle Ronda, vienen las barcas, los columpios y los caballitos y varias puestos de dulces y juguetes, también se regala mil pesetas al que obtenga el número igual a la lotería nacional que se juega el primero de septiembre del año actual y viene la Banda Militar de Ronda.
Hay dos escuelas nacionales, una de niños y otra de niñas, la de niños tiene un maestro auxiliar y la de niñas no, y mi profesora está sola y se llama Doña Josefa Vela Girón. La escuela de niñas está en la calle Sagasta y ahora se va a mudar a la Calle Vega porque en invierno no se puede parar de frío y además porque pasa por la puerta el río Guadalporcún y en el invierno o cuando hay tormenta está expuesto a que llegue el agua al colegio.
Antonia Sánchez.
Vean de que forma más infantil y conmovedora esta niña nos habla de su pueblo, su familia y su colegio.
He empezado por la mitad de este pequeño diario porque es justo en este ejercicio de redacción donde se presenta y ubica geográficamente. En próximas entradas conoceremos, a través de sus lusionadas e inocentes palabras, más sobre la vida de esta niña que pasó su infancia en el Setenil de los años veinte.
Desde luego un verdadero tesoro este que ha llegado a nuestras manos.

lunes, 14 de enero de 2013

Desastre cultural en Setenil (II)

Bueno, ya ha pasado casi una semana desde que en este blog nos hicimos eco de la quema de papeles en el antiguo edificio del sindicato. Quizás sea el momento de analizar el asunto algo más fríamente.
Lo más seguro es que nunca sepamos con exactitud que es lo contenían los archivos que ardieron o se "perdieron" durante aquellos días. Fuentes municipales hablan de papeles sin importancia; documentación de las fiestas de los años ochenta, propaganda, periódicos y poca cosa más.
Personas que conocen esos archivos por motivos profesionales hablan de que allí se custodiaba la historia sindical de Setenil desde los años treinta hasta bien entrada la democracia, además de muchos papeles relativos a los antiguos servicios agrarios, de los seguros sociales, registros de propiedad, sellos de vehículos, tallas de quintos y otros datos administrativos, aunque desde otras instancias consultadas me aseguran que gran parte de este archivo, una vez en desuso el edificio, se llevó a Alcalá del Valle o se perdió tras sucesivas limpias.
Según testimonios directos de personas que trabajaron allí durante esos días, los archivos, ordenados en carpetas, llenaban una habitación de gran tamaño. Entre otras cosas ardieron la documentación de las tallas de quintos, con fotografías incluidas, de los años cincuenta, sesenta y setenta, registros de propiedad de tierras y casas, solicitudes a la seguridad social, innumerables documentos con el membrete de Falange, documentación relativa a la UGT y CCOO, muchas fotografías antiguas. Testigos directos de la quema hablan de que han tenido en su manos papeles fechados en los años treinta y cuarenta, dándonos incluso el nombre de las personas que firmaban los documentos.
Por suerte se han podido salvar de la quema y del expolio algunas carpetas y fotografías que atestiguan la importancia y antigüedad de la documentación que allí había, aunque en estos momentos es imposible su recuperación. Llama la atención de las personas que participaron en la quema, la pena que les daba la destrucción de gran cantidad de libros y periódicos antiguos. Cuentos destinados a las escuelas o bibliotecas locales que al abrirse armaban imágenes de cartón, piezas desde luego de museo, así como antiguas máquinas de escribir, muebles e incluso ¡una chimenea! Bueno, quizás todo esto sea anecdótico.
El caso amigos, y ya no se trata de mi opinión sino de lo que dice la Ley, es que los archivos públicos pertenecen a todos los españoles y compete a las autoridades públicas su custodia y conservación. Independientemente de que lo que haya ardido haya sido la historia sindical de Setenil o las actas de las fiestas de los años ochenta, la quema de documentos no parece ser la mejor solución para limpiar un edificio, lugar por cierto, tétrico y lúgubre donde los haya donde se desarrolló gran parte de la acción represora de las fuerzas franquistas recién terminada la guerra.
Ha sido una pena no habernos enterado antes de lo que estaba ocurriendo pues imagino que hubiéramos llamado la atención a los responsables y no se habría consumado la total destrucción del archivo. Yo desde luego no tenía ni idea de que allí estuvieran haciendo nada, y cuando me enteré ya había desaparecido todo. Hay mucha gente en Setenil interesada en la historia e incluso gran parte de lo que allí ardió o se perdió hubiera servido para vestir las desnudas salas de algún museo ¿quién sabe? No hablo ya de que se ha podido perder una información vital para conocer la historia de Setenil en el siglo XX, si no de una falta de sensibilidad absoluta que no deja en buen lugar a aquellos que lo han permitido.
Sinceramente, ha sido una semana algo difícil para mí pues no es mi estilo estar en el ojo del huracán. La densa humareda que nubló Setenil durante unos días no sólo ha quemado gran cantidad de documentos, sino muchos de los anhelos e ilusiones que teníamos en Setenil y su patrimonio cultural .
En fin, un nuevo desastre que sumar a otros tantos.
¡Salud amigos!

martes, 8 de enero de 2013

Desastre cultural en Setenil

Hasta ahora todo parecía ser un rumor, pero esta mañana nuestros peores presagios se han hecho realidad; Toda la documentación que había en el antiguo edificio del sindicato ha desaparecido o ha sido pasto de las llamas...así, como lo digo, papeles quemados para servir de combustible a alguna improvisada fogata con la que paliar el helador frío de esos esforzados operarios que trabajan en la calle Ronda.
Ni autoridades, ni encargados, ni responsables, ni ciudadanos, ni asociaciones culturales “¿pro...museo?”, nadie se ha percatado de que lo que se ha quemado ha sido parte de la historia de Setenil, al menos documentación desde finales de la Guerra Civil hasta bien entrada la democracia; actas de juicios, carnets sindicales, tanto de las asociaciones obreras de izquierda de los años treinta, como de la Falange así como de los primeros sindicatos de la democracia, actas municipales, las tallas de los quintos desde los años cuarenta hasta las últimas, libros y periódicos antiguos...datos, fechas, nombres etc. en fin, un nuevo desastre que sumar a tantos otros perpetrados en nombre en quien sabe qué razón.
Hago mías las palabras con las que Santiago Moreno Tello prologa su brevísimo esquema de Setenil en la “Vida y Muerte de los Alcaldes del Frente Popular en la provincia de Cádiz”, publicado por la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía:
"Setenil de las Bodegas, por los motivos que sea, padece de una falta de bibliografía sobre estudios locales como ningún municipio gaditano. A esto hay que sumar problemas con la búsqueda de documentación (ajenos a esta coordinación) para consultar las actas capitulares, cuyo estudio hubiera sido imprescindible, al menos para desentrañar la alcaldía del Frente Popular encabezada por el socialista Manuel Gómez Benítez. El texto que a continuación puedes leer son unas breves pinceladas sobre la política durante la II República en dicho municipio. Se basa en fuentes indirectas, así como en algunos documentos de distintos archivos provinciales”
Si antes, hace unos días, hacer un estudio científico sobre ese periodo de la historia de España en Setenil era difícil, ahora parece imposible, al menos completo como han hecho en todos los pueblos de la provincia de Cádiz, lo cual no deja de ser un desastre y una pérdida irreparable para el patrimonio histórico artístico de nuestro pueblo. Según el propio Santiago, “Setenil de las Bodegas no puede quedar aislada de los estudios que en la última década se están haciendo. Esperamos que este pequeño texto sirva de aliciente para un futuro estudio y publicación sobre la historia de Setenil durante la II República, Guerra Civil y represión”.
Mucho me temo amigo que ya no hay solución. Una auténtica pena.

miércoles, 2 de enero de 2013

Francisco y su borriquillo



Conocí a Francisco en Torre Alháquime, hace un par de años. Se llegó a mí cuando tomaba un café en el lugar donde desayunaba habitualmente, aunque prácticamente nos veíamos todos los días. Un buenos días de cortesía y poco más había sido hasta ahora nuestra relación, pero aquella mañana Francisco venía determinado a hablar conmigo.
¿De Setenil dices que eres? me interpeló.
Entonces me preguntó por mi parentesco, más por romper el hielo que otra cosa pues tras una ratillo de charla me dí cuenta de que ya lo había averiguado por su cuenta.
Yo conocí a tu padre y a tu abuelo, y también a los hermanos de tu abuela que vivían en La Viña Alta.
Francisco debía de ser de la misma quinta que aquellos viejos parientes míos, quizás algo más joven, aunque por lo que me contaba debió de tratarlos bastante. Aunque era natural de La Torre, Francisco era uno de esos hombres que por sus labores y oficios había deambulado por todos y cada uno de los pueblos de la sierra y que conocía todos los caminos y veredas. Me habló de que trató mucho con la gente de Setenil, donde incluso tenía familia y que gran parte de su vida la pasó bregando por los campos y cortijos de nuestro término.
Francisco me habló de lo difícil que resultaba el ganarse la vida cuando él era joven, lo duras que eran las labores del campo y siempre por unos jornales de miseria. Me contó entonces que algunos años después de finalizada la guerra, huyendo quizás de las duras condiciones de vida que le esperaban de jornalero, decidió comprarle un borriquillo precisamente a José Tornay, un hermano de mi abuela.
Aunque en un principio la inversión le resultó demasiado grande para sus posibilidades, teniendo incluso que pedir dinero prestado, la compra del burro fue el inicio de una provechosa actividad laboral.
Por aquellos entonces se estaba haciendo alguna carretera comarcal, imagino que la moderna que une Setenil con Torre-Alháquime, aunque no lo tengo claro. El caso es que Francisco se ofreció a los responsables para transportar material de construcción en su borrico, sobre todo arena de unas canteras cercanas. Así, todos los días, aquel borriquillo que comprara en La Viña Alta, daba varios portes al día cargado de arena, primero en los serones y luego tirando de una carreta de madera. El negocio lo completaba llevando pan, tabaco y garrafas de vino que luego revendía a los trabajadores de la obra.
Mientras duraron los trabajos de la carretera a Francisco no le faltó faena, y no sólo devolvió sin problemas el dinero que le prestaran para agenciar aquel rucho, sino que se pudo hacer con otros dos con los que ampliar el negocio. Francisco me contó con orgullo que al finalizar las obras pudo ahorrar el dinero suficiente como para comprar unas cuantas fanegas de olivos.
Francisco se dedicó durante gran parte de su vida al oficio de arriero, menester que le permitió vivir sin necesidad y sacar para adelante a su familia sin problemas. Después de las obras de la carretera, sus mulos y borricos se patearon los polvorientos caminos de la sierra llevando sus productos de aquí para allá, comprando y vendiendo en un pueblo y otro, y trabajando, como no podía ser de otra manera, aquellas tierrecillas que ganara con tanto esfuerzo.
Francisco me contó con orgullo que pese a no ser un hombre rico, la cosa no se le había dado mal en la vida, y que gran parte de esa pequeña prosperidad se la debía a ese pequeño borriquillo que comprara en la Viña Alta cuando aún era un muchacho.
Aquel hombre sencillo y adusto pagó el café que me estaba tomando, cogió el sombrero que dejara sobre la mesa y me dio la mano.
Si necesitas algo en La Torre, ¡aquí estoy yo! Sentenció.
Yo me quedé en la barra viéndolo alejarse con su bastón en busca de la solana de unos banquitos, imaginando lo dura que debió resultar la vida de aquellos hombres y mujeres pero admirado también de la tenacidad y capacidad de trabajo de la gente de esta tierra.