lunes, 14 de enero de 2013

Desastre cultural en Setenil (II)

Bueno, ya ha pasado casi una semana desde que en este blog nos hicimos eco de la quema de papeles en el antiguo edificio del sindicato. Quizás sea el momento de analizar el asunto algo más fríamente.
Lo más seguro es que nunca sepamos con exactitud que es lo contenían los archivos que ardieron o se "perdieron" durante aquellos días. Fuentes municipales hablan de papeles sin importancia; documentación de las fiestas de los años ochenta, propaganda, periódicos y poca cosa más.
Personas que conocen esos archivos por motivos profesionales hablan de que allí se custodiaba la historia sindical de Setenil desde los años treinta hasta bien entrada la democracia, además de muchos papeles relativos a los antiguos servicios agrarios, de los seguros sociales, registros de propiedad, sellos de vehículos, tallas de quintos y otros datos administrativos, aunque desde otras instancias consultadas me aseguran que gran parte de este archivo, una vez en desuso el edificio, se llevó a Alcalá del Valle o se perdió tras sucesivas limpias.
Según testimonios directos de personas que trabajaron allí durante esos días, los archivos, ordenados en carpetas, llenaban una habitación de gran tamaño. Entre otras cosas ardieron la documentación de las tallas de quintos, con fotografías incluidas, de los años cincuenta, sesenta y setenta, registros de propiedad de tierras y casas, solicitudes a la seguridad social, innumerables documentos con el membrete de Falange, documentación relativa a la UGT y CCOO, muchas fotografías antiguas. Testigos directos de la quema hablan de que han tenido en su manos papeles fechados en los años treinta y cuarenta, dándonos incluso el nombre de las personas que firmaban los documentos.
Por suerte se han podido salvar de la quema y del expolio algunas carpetas y fotografías que atestiguan la importancia y antigüedad de la documentación que allí había, aunque en estos momentos es imposible su recuperación. Llama la atención de las personas que participaron en la quema, la pena que les daba la destrucción de gran cantidad de libros y periódicos antiguos. Cuentos destinados a las escuelas o bibliotecas locales que al abrirse armaban imágenes de cartón, piezas desde luego de museo, así como antiguas máquinas de escribir, muebles e incluso ¡una chimenea! Bueno, quizás todo esto sea anecdótico.
El caso amigos, y ya no se trata de mi opinión sino de lo que dice la Ley, es que los archivos públicos pertenecen a todos los españoles y compete a las autoridades públicas su custodia y conservación. Independientemente de que lo que haya ardido haya sido la historia sindical de Setenil o las actas de las fiestas de los años ochenta, la quema de documentos no parece ser la mejor solución para limpiar un edificio, lugar por cierto, tétrico y lúgubre donde los haya donde se desarrolló gran parte de la acción represora de las fuerzas franquistas recién terminada la guerra.
Ha sido una pena no habernos enterado antes de lo que estaba ocurriendo pues imagino que hubiéramos llamado la atención a los responsables y no se habría consumado la total destrucción del archivo. Yo desde luego no tenía ni idea de que allí estuvieran haciendo nada, y cuando me enteré ya había desaparecido todo. Hay mucha gente en Setenil interesada en la historia e incluso gran parte de lo que allí ardió o se perdió hubiera servido para vestir las desnudas salas de algún museo ¿quién sabe? No hablo ya de que se ha podido perder una información vital para conocer la historia de Setenil en el siglo XX, si no de una falta de sensibilidad absoluta que no deja en buen lugar a aquellos que lo han permitido.
Sinceramente, ha sido una semana algo difícil para mí pues no es mi estilo estar en el ojo del huracán. La densa humareda que nubló Setenil durante unos días no sólo ha quemado gran cantidad de documentos, sino muchos de los anhelos e ilusiones que teníamos en Setenil y su patrimonio cultural .
En fin, un nuevo desastre que sumar a otros tantos.
¡Salud amigos!

2 comentarios:

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  2. Por razones profesionales he entrado bastantes veces allí y había dos cosas que siempre me impactaban al entrar: una era el impresionante frío y humedad de su interior y otra la gran cantidad de documentos que habia por todos lados, documentos que por su apariencia serian bastantes viejos y llevaban muchos años sin tocar por nadie. Intuyo que esos documentos guardaban mucha historia de Setenil, mucha. Lastima. Un saludo

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