domingo, 29 de noviembre de 2009

Setenil en el Catastro de la Ensenada




Con el nombre de Catastro de la Ensenada se conoce a una relación estadística pormenorizada, que desde 1749 hace un recuento de las propiedades habidas y por haber en los 15.000 lugares del Reino de Castilla, y confeccionar así un proyecto de Contribución Única en todo el reino.
El impulsor de este magno proyecto fue El Marqués de la Ensenada, ministro de Fernando VI, que siguiendo las ideas de la Ilustración, pretende una regeneración a todos los niveles de España y su monarquía, empezando por gravar las actividades relacionadas con la agricultura y la ganadería, para incentivar de esta manera las actividades industriales y comerciales.
Conocer el Catastro es una manera de viajar a la sociedad española del Antiguo Régimen, sus peculiaridades jurídicas y las formas de vida. No en vano es un instrumento de primer orden no sólo para historiadores y otros estudiosos sociales, sino también para conocer la evolución de los ecosistemas, la naturaleza, las prácticas, usos y costumbres de las gentes y las singularidades de cada lugar.
Setenil entra de lleno en este catastro; son 77 páginas que nos sumergen de lleno en el siglo XVIII de una manera sobrecogedora.
Para la realización de esta magna obra, no se escatimaron en costes ni personal (a fin de cuentas era como una inversión a largo plazo), desplazándose los peritos, escribanos y jueces a las mismas localidades donde se realizaban las pesquisas. El Catastro funciona a modo de interrogatorio, es decir, se formulan unas 40 preguntas aproximadamente que las autoridades del lugar deben de responder. Entiendo yo que algunas de estas preguntas son bastante complicadas, por lo que las pesquisas durarían semanas e incluso meses.
Los interrogados además debían jurar ante la cruz la veracidad de las respuestas, y la mentira u omisión de detalles importantes estaba penado con la cárcel y la confiscación de los propios bienes.
La Curia Catastral inicia los trabajos en Setenil el 24 de Septiembre de 1752, comandados por Don Juan de Perea, juez subdelegado del Marqués de Campoverde, Intendente General del Reino de Granada. Por parte de la villa juran ante la cruz los siguientes setenileños: Don Bartolomé Villalón Delgado y Don Alonso Pasillas Guija, ambos Alcaldes Ordinarios, Don Fernando Cabrexas y Andrade, Alguacil Mayor del Santo Oficio de la Inquisición. Los Regidores Perpetuos Don Julián Molinillo y Don Francisco Villalón Delgado, el Regidor anual Don Joseph Montero, el Alguacil Diego Antonio de Almagro, además del Concejo de la Villa; Don Juan Joseph de Mesa, Don Francisco Joseph de Molinillo, Don Juan Sánchez Zamorano, Don Laureano Vicente Gamero y Don Lorenzo Vastida.
Como vemos un amplio grupo de hombres que tuvieron la complicada labor de presentar ante los servidores del Rey los pormenores económicos y jurídicos de Setenil.
Se buscaba una gran cantidad de declarantes para evitar el fraude, ya que poner a toda esta gente de acuerdo para exponer una falsedad era muy difícil. Además, el acta final era leída en público, con lo cual le ponían la cosa peor a lo defraudadores. Pese a todo, resulta conmovedor ver como los interrogados responden a todas las preguntas del fisco, aunque de vez en cuando sueltan la coletilla de lo pobre que es la villa y de la miseria que están padeciendo. El asunto era declarar lo menos posible para pagar menos impuestos (vamos, como hoy mismo).
De esta manera, los encuestados responden minuciosamente el cuestionario; Aclaran la situación jurídica de la villa, nos hacen una delimitación del término, incluso con un sencillo mapilla donde se distingue el río, determinan las lindes, definen los diferentes sistemas de pesos y medidas usados en el pueblo, aportan datos sobre las diferentes plantaciones del término, la productividad de las fincas y dehesas, los derechos que sobre las mismas existen, sus propietarios. Ofrecen un recuento de los diferentes oficios y las personas que los ostentan. Nos hablan de las Iglesias de la villa, del Hospital de Santa Catalina, de donde proceden sus fondos, los molinos harineros, los hornos de pan, las rentas, los diezmos e impuestos que se pagan en la villa; un resumen en general de la situación económica y social del Setenil de 1752.
Resulta muy curioso que unas personas, por muy autoridades locales que sean, declaren sobre el patrimonio de un pueblo. Eso en la sociedad del Antiguo Régimen era muy normal, ya que existían una serie de entidades jurídicas que hoy no existen, tales como los señoríos jurisdiccionales y los bienes comunales, es decir, que pertenecían al común, así como los diferentes derechos que sobre un mismo bien existen. Veamos por ejemplo este extracto del texto:
“…A la [pregunta] veinte y tres, dijeron que el común disfruta por propios de todos los pastos de las tierras y montes que enzierra en sí el término de esta villa, a excepción del fruto de bellota, que es propio y peculiar del que con justo título y verdadero instrumento lo posee…” Se aprovecha además para hacer antiguas reclamaciones; “… Así mismo posee esta villa todas las tierras fructíferas e infructíferas que injustamente poseen diferentes hacendados que como poderosos se han introducido en lo que no les pertenecía…”
Una característica de la propiedad en el Antiguo Régimen, es la duplicidad de derechos por un mismo bien, ya que como vemos las cosechas de unas tierras pueden ser de un propietario determinado, pero el derecho a usar los pastos era de todos los vecinos. La complejidad de esta duplicidad de derechos queda clara en ese otro fragmento:
“…Y que la dehesa del Texarejo que es de tierra y sementera, fue destinada para pasto caballar, y la del Burgo para Boyal y demás ganados de todas las especies en sus tiempos, ambas dehesas las cuales fueron compradas por el Común y su Concejo, y hoy las posee el Sr. Marqués de Casatavares, vecino de la ciudad de Cádiz, y sólo le queda el uso de los pastos de dichas dehesas al Común y vecinos de esta villa privadamente, sin que vecinos de otra jurisdicción puedan entrar a comérselos sin incurrir en pena…”
Este último ejemplo viene a representar muy bien el sistema de la tierra del Antiguo Régimen, donde un rico propietario poseedor de unas tierras recibe unas rentas fijas anuales por las mismas, pagadas por un labrador que las gestiona, existiendo otros derechos añadidos a las mismas por parte de los vecinos.
No sólo la nobleza era poseedora de tierras, también había tierras de la iglesia, heredades familiares propias de los vecinos y otras propiedad del Común, además de los derechos residuales que ya hemos visto.
La historia nos dice que el catastro no pudo conseguir los objetivos para los que estaba destinado, existió mucho fraude tanto por los encuestados como por los funcionarios, como es el caso del Juez Subdelegado Juan de Perea, que será encarcelado por supuestos delitos de corrupción, pero hoy día representa un elemento valiosísimo para conocer la España del Siglo XVIII, y por lo que a nosotros respecta, el Setenil del Antiguo Régimen, aquel que evoluciona desde la conquista cristiana de la villa por los Reyes Católicos hasta la enorme complejidad que acabamos de ver.
Por otro lado, el Catastro de la Ensenada es el punto de partida para comprender los cambios que un siglo más tarde desmoronan las bases del sistema, y la dinámica de las variaciones que ineludiblemente sacudirán el Setenil del siglo XIX.
Leyendo las 77 páginas de Setenil en el Catastro de la Ensenada, no sólo disfrutaremos de una deliciosa descripción de ese Setenil rodeado de encinares, viñas y huertas que se ofrece al mundo después de casi 200 años de letargo, si no que además empezaremos a comprender la historia y porqué las cosas suceden de una manera u otra. Todo está anotado en el catastro, simplemente hay que leer entre líneas. La tierra, siempre la tierra.
Hoy simplemente hemos hecho una somera introducción al catastro. Pronto trataremos de sacar algunos datos y conclusiones, así como algunas curiosidades, sirva como adelanto las vicisitudes que el Juez Subdelegado pasó por unas denuncias de corrupción y regalos...
Para saber más:
Archivos Españoles; El Catastro de la Ensenada. Buscador por localidades (marcar Setenil y pinchar en buscar para acceder al archivo íntegro)

viernes, 27 de noviembre de 2009

Iglesia de la Encarnación. Setenil


"Eterna mole de piedras superpuestas
en gótica eyección,
sobre la ciudadela de la Villa;

Iglesia de la Encarnación".

Desde la Calle Jabonerías o quizás desde el parque alguien ha sido capaz de plasmar todo el encanto y misterio de nuestra Iglesia Mayor recortada en una noche de luna llena.
Pronto hablaremos algo sobre la Iglesia de Setenil; su estilo, su advocación, su historia, lo que se ha escrito de ella. Hoy simplemente nos quedamos con lo que trasciende de estas piedras centenarias majestuosamente levantadas sobre La Villa, la desnudez de sus muros, la ruina quizás que se abate sobre esos tejados, su decadencia en definitiva;

"...eso en ti me conmueve;
eterno testigo de piedra,
fedatario de la vida y la muerte
soporte del musgo y la hiedra".

Foto: Lina Marín Villalón

martes, 24 de noviembre de 2009

Gibraltar Español; una calle de Setenil


En estos terribles momentos, cuando las huestes de la Pérfida Albión ultrajan nuestros más preciados símbolos nacionales, cuando la patria se ve sometida al chantaje y la extorsión de los bárbaros del norte (y del sur también, porque lo de los piratas somalies tiene miga), es cuando desde Setenil se rompe una lanza en protesta por la indignidad del Peñón...¡que es broma hombre!, que no se ha colado Martínez el Facha en esta Blog, simplemente reivindicamos en esta entrada lo peculiar de una de las calles más famosas de Setenil; Gibraltar Español, en la subida al Barrio del Cerrillo, creo que una de los rótulos más fotografiados de España. Seguro que a más de uno le saldrán ronchas cuando lo lean, pero a la mayoría nos encanta. ¿Se imaginan poner en su dirección de remite C/Gibraltar Español? Que pasada.
Nota: las fotos son de Setenil69 (ver seguidores)
Pd: Es que hay gente que no soporta que España sea campeona de Europa. Digo yo que será por eso.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Enlace con el Blog Turismo de Setenil

Colocamos hoy un enlace directo a Turismo de Setenil, un blog dedicado a opinión, noticias e información turística, editado precisamente por Juan Gutiérrez Montesinos, propietario de la Oficina de Turismo de Setenil.
Destaco de esta página la estupenda galería fotográfica que presenta, así como las noticias de actualidad publicadas sobre nuestro pueblo. Recomiendo además una visita a la Oficina de Turismo, ubicada en la subida a la Villa, y donde además de recibir información sobre Setenil visitaremos la Antigua Casa Consistorial, uno de los principales monumentos del pueblo, y donde podremos observar un fantástico artesonado mudéjar, donde los setenileños del siglo XVI dejaron constancia de la conquista de Setenil por sus padres y abuelos. Un auténtico tesoro.

Turismo de Setenil

domingo, 22 de noviembre de 2009

Paro del campo en Setenil


Bajo el lema, "El campo se arruina, movilízate", las principales organizaciones agrarias convocaron para el pasado sábado manifestaciones y paros en toda España, en protesta por el dificilísimo momento que pasa el sector. Os pongo un enlace que podrá explicar mucho mejor que yo las causas de estas protestas, pero resumiendo diremos que la agricultura y ganadería setenileña, andaluza y española en general, agonizan ahogadas por las prácticas oligopolísticas de la cadena alimentaria, que hacen que mientras un kg de tomates se le pague al agricultor a 0,3 €/kg, se venda en las grandes superficies al más de 3 €/kg, lo que sumado a la bestial subida de los costes, las excesivas demandas administrativas y la competencia de productos importados, hace que los costes de producción de los productores esté por debajo de lo que reciben en pago.
Está claro que la política agraria está en manos de la CE, mediante la Política Agraria Común, y que los gobiernos nacionales son meros tramitadores de subvenciones, pero no por eso han de bajar los brazos como si la cosa no fuera con ellos. Así las cosas, muchas empresas están cerrando y el sector es incapaz de generar empleo en un momento que sería de gran ayuda ante la avalancha de trabajadores expulsados de la construcción.
Sería necesario que desde las ciudades se conociera la problemática del sector, y de la tendencia que se da en nuestra sociedad hacia un monopolio de grandes multinacionales de los canales de producción y distribución, que por supuesto repercute negativamente tanto en los productores como en los consumidores finales del producto.
Queda claro, que ante la pasividad de los gobiernos, a los agricultores y ganaderos sólo les quedan dos opciones; el asociacionismo para defender el precio final de sus productos, y la calidad para competir con la importación de productos foráneos que no soportan los costes de producción exigidos aquí.
En este blog hemos enarbolado siempre nuestro adjetivo de Rural, como un medio de realzar los valores tradicionales, económicos y naturales, en este caso de nuestro pueblo, Setenil de las Bodegas, siempre desde la defensa del medio ambiente y el desarrollo sostenible. Agricultores y ganaderos son imprescindibles para garantizar el suministro de materias primas a todos los hogares, ¿se imaginan su cesta de productos básicos importados de China? Su labor es de primer orden, siendo necesario por tanto que reciban un precio justo por sus productos. ¿Por qué se da la paradoja de que las grandes multinacionales de la distribución no les pagan como corresponde y en las estanterías de los supermercados los precios son abusivos?
Por otro lado, agricultores y ganaderos son los vertebradores del paisaje de un país, pues entre pueblo y pueblo, ciudad y ciudad, hay campos, ríos, bosques que son cuidados por manos expertas, y gestionados en pautas generales de una manera ponderada y en términos de rentabilidad. ¿Se imaginan que esa limpieza necesaria fuera costeada por las arcas del estado?
En un momento de crisis económica como la que vivimos, el sector primario y sus asociados deberían de actuar como un colchón, ya que somos una potencia agroalimentaria, pero no, la agricultura y la ganadería son unos enfermos heridos de muerte. Es el momento de exigirles a todos nuestros políticos, algo más de coherencia y lógica.
Por lo pronto, ayer en Setenil, agricultores y ganaderos realizaron un paro generalizado,así como las empresas agroalimentarias vinculadas al sector, como la Cooperativa El Agro. Esperemos que sirva para algo.

Para saber más

De Setenil Rural

jueves, 19 de noviembre de 2009

Setenil al atardecer


Setenil al atardecer; tenues luces alumbrando los tajos. Recupero esta foto de Maria del Carmen Bermúdez Zamudio, que publicó en un almanaque de la asociación de jubilados de Setenil. Un precioso conjunto donde destaca el ocre de tejados y tajos entre el blanco de las casas, mientras la luz se difumina entre la caída del sol y el cielo encapotado. Sólo falta el piar de golondrinas y vencejos surcando los cielos.

martes, 17 de noviembre de 2009

Un universo micológico


Ya me gustaría hablar hoy de que las lluvias y el frío han propiciado el nacimiento de setas, champiñones y crespillas por los campos y montes de Setenil. Ya me gustaría hablar de que ha llegado la temporada de setas y que los campos están repletos de manchones blancos, y que ya tenemos un aliciente más para la rica gastronomía otoñal setenileña. Pero no; no ha llovido nada en lo que va de otoño y hace bastante calor, con lo que la tierra está bastante seca y agostada, ha nacido poca hierba y las setas hay que buscarlas en riveras húmedas y sombrías.
De todas formas, la naturaleza es agradecida y con un poco de sustancia y la rociá matinal podemos encontrarnos cosas tan curiosas como la de esta foto; un auténtico universo micológico en Setenil.
Mientras tanto seguimos esperando las ansiadas nubes.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Los encinares de Setenil


Después de la visita que hicimos a El Quejigal, quedó claro que Setenil y la Serranía de Ronda es tierra de montanera, donde se crían cochinos a base de las bellotas que encinas, quejigos y en menor medida alcornoques, nos regalan por los meses de otoño.
El clima serrano, la orografía y el suelo calizo poco propenso a los encharcamientos, favorecen la proliferación de los llamados encinares de ladera, donde se crían árboles de una talla considerable y una productividad muy alta.
Los hermanos De Las Cuevas, en su ya comentada monografía sobre Setenil, dejan un apartado para la montanera: "Desde el Siglo XVII, de la misma manera que Motril era famosa por su azúcar, y Vélez-Málaga por su batata dulce, Setenil lo es por su ganado de cerda".
La bibliografía respecto a los famosos encinares setenileños es amplia, referida a la serranía en general o a sus particularidades mismas, que son muchas, y podemos buscar ejemplos en crónicas antiguas, relatos de viajeros y ensayos de geografía, historia o ciencias naturales.
Recomiendo a los aficionados a todos estos temas una colección imprescindible para la historia de nuestro pueblo: Ronda y su Serranía en tiempo de los Reyes Católicos, de M.Acien Almansa. Málaga 1979, un ensayo histórico sobre nuestra comarca durante los siglos XV y XVI, que además cuenta con una transcripción íntegra de los libros del Repartimiento de Setenil. Debido a la magnitud de esta obra, prometemos una entrada específica. Hoy sólo mencionar el apartado al medio físico que se hace en la introducción, donde se da una visión global del relieve, el clima, la hidrografía, flora y fauna de la Serranía, aportando datos tan precisos como la pluviometría de los años relativos a la conquista.
"La Serranía, con respecto a las áreas circundantes, se configura como una gran reserva de pastos atrayendo a ganados cristianos y musulmanes, pero junto con esto será la riqueza de sus bosques lo que haga apetecible a sus vecinos en busca de madera de construcción, siendo continuas las rivalidades a lo largo del siglo XV por este motivo, pero cuya fama como centro exportador, provenía de siglos anteriores...Esta riqueza forestal era fácil de suponer a la vista de los rasgos físicos antedichos; sin embargo hemos intentado aproximarnos más e intentar construir la vegetación clímax de la zona a finales del siglo XV; para ello hemos utilizado los propios datos de repartimientos pero, sobre todo, las delimitaciones que se suceden después de la conquista entre las diversas jurisdicciones, provocando pleitos en cuyas ejecutorias se encuentran abundantes descripciones paisajísticas...con un fuerte predominio de las especies fagáceas: alcornoque, encina y quejigo principalmente..."
Es decir, M.Acien Almansa nos hace un estudio de la flora y fauna de la Serranía en el siglo XV mediante un estudio de los pleitos que aparecen en los archivos, donde las descripciones físicas son constantes. Así, en el apéndice documental del libro podemos encontrarnos con los siguientes documentos: "Merced de una dehesa capaz para cinco mil cabezas de ganado menor en término de Setenil a Bernal Francés, por lo que se nombra a Juan de Alcaraz para que la delimite y se suprimen las caballerías de tierra que puedan tener allí vecinos de Ronda o Setenil". 1492, mayo, 18, Granada.
Se trata de un documento donde se ordena que se le quite la dehesa de Tomillos a los vecinos de Setenil y se la den a este Bernal Francés.
Después tenemos otro donde "La Villa de Setenil pide que sea medida la dehesa dada en su término a Bernal Francés, y que este vendió al conde de Benavente, para que reintegren al concejo lo que habían usurpado, pues de tener pleito con tales caballeros saldría perjudicada la villa." 1501, Septiembre,25.Granada. Es decir, Setenil trata de recuperar para su concejo la dehesa de Tomillos, hoy como todos sabemos en término de Alcalá del Valle.
Como digo, la alusión en esta obra a las dehesas de Setenil y su comarca es constante.
Leí hace algún tiempo, un documento donde se relata como los encinares de la parte occidental del Reino de Granada eran arrendados por los musulmanes a ganaderos cristianos, para engordar cerdos durante los meses de la montanera. Creo recordar que esta dehesa de Tomillos era propiedad particular de los reyes nazaritas y el beneficio de esta transacción comercial con los cristianos repercutía directamente en las arcas reales (trataré de dar con este documento). Sería lógico pensar que este tipo de situaciones donde todos salían beneficiados serían muy comunes; los cristianos podían apacentar de ricas bellotas setenileñas a sus guarrillos, sacando los musulmanes más rentabilidad a sus tierras, ya que por su religión y costumbres rechazaban la cría y consumo de cerdos. Después, cuando llegaban las guerras, las talas eran un arma desmoralizadora y tenaz. Encinas, olivos y viñas eran el pan de estas gentes.
Mucho más antiguas son las referencias a la riqueza forestal de Acinipo, donde se sabe de la existencia de morteros de piedra para la fabricación de la harina de bellota, un ingrediente culinario de primer orden en la Bética. En Conversaciones Históricas Malagueñas, de Cecilio García de la Leña, Málaga 1789, encontramos este párrafo; "pueblos célticos como Acinipo, despoblado junto a Setenil, abundante en trigo, vino, higos y bellota, tan celebradas de los antiguos, de las que la industria de los españoles, sacaba mucha ganancia, haciendo harina y pan de ellas... las bellotas ibéricas que llevaban al Lacio con mucha ganancia de los Turdetanos."
En otros textos geográficos y científicos, nos dan algunos datos sobre los encinares setenileños;
"...en los montes de Setenil, donde hemos recogido los principales datos para esta información, la bellota se afora a ojo. La montanera no comienza hasta principios de Noviembre, y aún más tarde, cuando en las demás dehesas la fecha es Septiembre. Los cerdos entran con 6 ó 7 arrobas y para el 10 de Enero ya tienen 10 ó 12. Se ha calculado que cada cerdo consuma su buena media tonelada de bellota dulce." Estudio sobre la Vegetación forestal de la Provincia de Cádiz. Ceballos y Martín Bolaños.1930. Como vemos, el sistema de engorde no es muy diferente del que vimos en El Quejigal.
En otra obra dedicada a este tema; La Montanera Extremeña, de Luis Romero Candau. 1959, se compara el sistema de vareo típicamente extremeño con la montanera setenileña, ¡nada más y nada menos! "los años buenos son los años en que la bellota cae lentamente y el cerdo no las estropea al escoger entre las mejores. En Extremadura, donde el porquero varea, cosa que no se hace en Setenil, se procura varear al final las encinas de fruta más madura y dulce, para que el cerdo engolosinado siga comiendo. La montanera extremeña comienza en Octubre y cada cabeza suele pesar ocho arrobas en tres meses. La montanera puede dar de cuatro a seis arrobas, bien aprovechada".
Los Hermanos de las Cuevas prosiguen con esta lección teórico-práctica: "Las mejores montaneras son las mojadas, pero tampoco con demasiada agua, sino en un término medio de humedad para que regule la caída del fruto. Aquí (en Setenil), no se acostumbra a varear, como no sea los árboles próximos al camino. De cualquier forma, es breve el moco de los árboles. Moco son los elementos masculinos que crecen sobre las metidas de dos años y que no disminuyen por tanto el fruto. En Setenil se decía: Encina con moco, en la montanera da poco."
De la riqueza forestal y ganadera de nuestro término se hacen eco, como no podía ser de otro modo, los viajeros que recorren la Serranía entre los siglos XVIII y XIX. Tenemos prevista la descripción de una ruta que engloba varios caminos y trazados, vías pecuarias todas que desde antiguo cruzan magníficas dehesas. Nos referimos al enlace que desde Setenil hacemos con la Ruta del Viajero, pasando por Escalante. Como se lee en el cartel que señala esta ruta; "Famosos son los viajes de los franceses Jardine, el barón de Bourgoing, Madame de Aulnoy, o de los ingleses Towsend, Beawes, Cumberland y el Mayor Dalrymple, quién viajó por este camino que conduce desde Ronda hasta Osuna y nos describió la riqueza de la ganadería y el frondoso monte de encinas y alcornoques que poblaban el término de Setenil de las Bodegas". (Mapa de caminos Siglo XVIII. Atlas de la Historia del Territorio de Andalucía).
Este patrimonio forestal y ganadero ha significado desde siempre la principal riqueza de las gentes de Setenil, como bien responde Don Pedro Guzmán en 1905 a la pregunta de un periodista tras ser asaltado por el Vivillo; "...Iba yo a la feria de Villamartín para comprar cerdos, a fin de engordarlos en los bellotares de la sierra, industria que ejercemos y que es la base de nuestra vida."
Las referencias bibliográficas a los montes setenileños son constantes.
Tengo mucha curiosidad por conocer como afectaron las desamortizaciones liberales a la propiedad de la tierra en Setenil, y la repercusión que llegó a tener en la calidad de vida de su población.
En líneas generales, las desamortizaciones pretendían la expropiación de las tierras improductivas, de propiedad comunal o de la iglesia (denominadas manos muertas), y su venta a capitalistas para incentivar una mayor producción. Esta política, que en apariencia parece positiva, tubo efectos devastadores para la población andaluza, que vio como tierras de carácter público pasaban a manos de unos pocos, que en la mayor parte de los casos roturaban los terrenos para su cultivo, e impedían el paso a sus fincas. Perdían las gentes de los pueblos los bosques donde en podían apacentar un número determinado de animales, donde podían recoger la leña necesaria para el invierno y aprovechar en definitiva la riqueza que la tierra les otorgaba.
No tengo datos para concretar este asunto particularizado a Setenil, pero mucho me temo, que la miseria, la pobreza y el bandolerismo que se dan por estas tierras durante todo el Siglo XIX, tenga algo que ver con esto.
Hay que tener en cuenta lo que significaba para la gente llana del pueblo, con pocos o escasos recursos, el poder acceder a los montes comunales y poder criar tres o cuatro cochinillos, coger espárragos, setas, bellotas, leña, cazar incluso, todo regulado por el cabildo. La eliminación de este privilegio llevó a la pobreza absoluta al sector de la población más vulnerable.
Además, la dehesa requiere un cuidado, porque ojo, muchos encinares de Setenil están labrados, la limpia era obligatoria todos los años y el oficio de carbonero ha dado de comer a muchas familias en nuestra villa.
El caso es que los montes de Setenil siempre han significado riqueza. Ya a finales de los años 70 del Siglo XX, los hermanos de las Cuevas se lamentan de la tala de los encinares setenileños, donde "los labradores empobrecidos piden créditos para repoblar los encinares por olivos y vivir mientras del carbón". El arboricidio ha llegado prácticamente hasta finales de los ochenta, donde se han desmontado algunos maravillosos encinares que por el Puerto del Monte o el Higueron se asomaban hasta las mismas puertas de Setenil. Del antaño monte de Setenil, hoy sólo se encuentran dehesas en La Mata de Vargas, Escalante, La Preciada, El Almendral y algunas otras manchas salteadas, además de La Mata del Marqués, con una arboleda mucho más densa.
Hoy día existen leyes que protegen a las centenarias encinas, pero, ¿son estas leyes eficaces? Se da la paradoja de que mientras se promueve por parte de la Junta de Andalucía el Pacto Andaluz por la Dehesa, los montes se siguen talando con la indiferencia de los poderes públicos. En los Merinos, término de Ronda junto a Cuevas del Becerro (a 7 u 8 km de Setenil), unas 1500 encinas han sido arrancadas para hacer los viales de una futura macrourbanización. Ante tamaño desastre, ¿qué futuro le espera a nuestros montes?
He querido con todas estas referencias bibliográficas hacer un repaso histórico de la relación de Setenil y los Setenileños con sus bosques, relación algunas veces tormentosa, pero siempre beneficiosa para las poblaciones humanas que han sabido aprovechar los recursos que la naturaleza nos ofrece. Sería imposible hoy día hacernos una idea de lo que es Setenil de las Bodegas sin sus encinares, tanto como imaginarnos la Villa sin la torre y la iglesia, o nuestras calles sin tajos.
Esperemos que la majestuosa encina que este verano se ha secado en el Alambique junto al colegio nuevo, no sea una metáfora de lo que les espera al resto de sus hermanas. Sería un desastre no ya para nuestra economía, sino para nuestra propia dignidad como pueblo.
Para saber más:
Pacto Andaluz por la Dehesa. Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía
Reportaje Canal Sur sobre Los Merinos. Ronda. Blog Grupo Gavilán.
Reportaje La Sexta Noticias; Los Merinos, una de las mayores barbaridades de la historia ecológica de España.
Para terminar con buen sabor de boca; Encinares Castellanos, de Don Antonio Machado.



martes, 10 de noviembre de 2009

Setenil en L' Andalusie et le Royaume de Grenade

No tengo ni idea de francés, pero está claro que el título de esta obra cartográfica es "Andalucía y el Reino de Granada", del Francés Pierre Du Vall (1619-1683), que llegó a ostentar el título de Geógrafo del Rey. El mapa fue publicado en París en 1688, dando una amplia visión del suroeste de la península, el Estrecho y norte del actual Marruecos (Reino de Fez). Destaca la posición de Setenil, nombrado como Settenil, entre Villamartín, Martos, Monda y Alcalá de los Gazules, enclavado desde luego, en la Serranía de Ronda y dentro de lo que fue el antiguo Reino de Granada (no creo que Napoleón usara este mapa para conquistar Andalucía más de cien años después, pues las posiciones de los pueblos y ciudades parecen algo desubicadas).
De todas formas, como ya vimos en el Civitatis Orbis Terrarum, sería curioso conocer el criterio que siguieron para colocar unas u otras localidades.
Aquí os dejo unos enlaces para conocer más sobre la obra y la vida de este eminente geógrafo del siglo XVII;

Datos técnicos de la obra.
El Juego de Francia. Pierre Du vall
Acceso directo al mapa. Biblioteca Pública de Andalucía (para poder interactuar sobre la imagen)

jueves, 5 de noviembre de 2009

Cencerrito; Un bandolero de Setenil

Cuando conocimos las andanzas del Vivillo, nos dimos cuenta de que el bandidaje y la delincuencia fueron durante todo el siglo XIX y principios del XX, un mal endémico de Andalucía. Leyendo detenidamente la cantidad de información que se hace eco de noticias de robos, secuestros y otras fechorías, vemos como son pocos los periodistas que se atreven a entrar en el origen de un problema que hunde sus raices en la historia de nuestra tierra.
La delincuencia del campo andaluz de estos años, tiene su origen en el empobrecimiento paulatino de las clase humildes que sufrieron como nadie un desastroso siglo XIX repleto de guerras, pronunciamientos y de nefastas políticas de gobiernos inoperantes. De hecho, la creación de La Guardia Civil por El Duque de Ahumada, obedece "...a la necesidad que tenía el Estado Liberal Español, de disponer de una fuerza de seguridad pública y hacer frente a la alarmante situación de inseguridad generada por el bandolerismo que desde La Guerra de la Independencia azotaba los caminos y campos del país."
(Fuente: La Guardia Civil. Ministerio del Interior)
En lo que a nosotros respecta, Setenil queda enclavado en el ámbito de acción de estos bandoleros, que quizás echados al monte por su pobreza, tienen su radio de acción en nuestra Serranía (que por su especial orografía ofrece buen refugio a los forajidos).
Son muchos los bandoleros que han tenido relación con Setenil, tanto en la primera época como en la segunda, pero en el caso que vamos a ver hoy, el del bandido Cencerrito, puede que se trate de un nativo setenileño.
Al contrario que del Vivillo, de este Cencerrito se tiene poca información sobre su vida y antecedentes personales, debido quizás a que su fama fue efímera y no logró la popularidad que la prensa dió al de Estepa. De todas formas, los teletipos de diferentes periódicos de tirada nacional hablan de sus fechorías por los campos de Sevilla, Málaga y Cádiz.
Así el 27 de Febrero de 1894, La Vanguardia publica la siguiente noticia:
"Hoy se ha confirmado la noticia que anticipábamos ayer relativas al encuentro de la Guardia Civil con la partida de Cencerrito. El parte oficial... que Cencerrito fue herido en la mano izquierda y que la herida del guardia civil es leve". Siguen llegando los teletipos a la redacción del periódico y sigue así: "Un vecino de Setenil, el Señor Castaños, a quién una partida secuestró hace tiempo y quedó después en libertad después de compromiso de pagar en varios plazos, a dejado de pagar uno á su vencimiento, y los bandidos le han amenazado con secuestrarle de nuevo." Ignoro si esta segunda noticia guarda relación con la primera, pero aparece en la misma columna.
El asunto comienza a generar gran interés mediático, y el periódico El Liberal, presenta el 2 de Marzo algunos pormenores de la noticia, así como unos rasgos de la forma de actuar del bandido. Lo titula, como no; El Bandolerismo en Andalucía, ¿quién coge al Cencerrito?, ¿Cómo fue la herida?, Un guardia civil valeroso, Cencerrito y el gobernador. Había morbo por el asunto.
El periodista Santomé, como suele ser habitual en este tipo de relatos, cuenta pormenorizadamente los hechos, donde resulta que todo el mundo es osado y valiente. De esta manera, avisado Cencerrito de la proximidad de la Guardia Civil, le comenta a un subordinado: "mejor, porque quiero dar un susto a los de los tricornios", y mientras un grupo de agentes persigue a la partida, el se defiende a tiro limpio de otros dos, disparando con un Winchester primero y una escopeta después, resultando herido uno de los guardias de balas y perdigones. El bandido también recibió candela, como confirmaron unos testigos que lo vieron por el término de Algodonales, con la camisa ensangrentada y un brazo vendado. El bandolero, escapa de esta batida, y se refugia por los pueblos de la sierra; Coripe, Grazalema, Cortes, incluso se comunica que se oculta en Gibraltar.
Lo más curioso del caso es que el bandolero, en una muestra más de chulería, sigue la comitiva del gobernador que visita la zona, teniendo al ilustre mandatario más de una vez a tiro de su fusil.
El periodista realiza a continuación la tópica semblanza romántica del personaje: "Las simpatías del Cencerrito, el bandido generoso: El Cencerrito, a más de lo que llevo dicho, tiene todas las simpatías de la gente de la sierra. En el término de Algodonales sobre todo, es muy querido por la gente del campo, por su generosidad con todos. Por un poco de jamón, huevos y chorizos, dio cinco duros a un ventero de aquel término. En un vadeo entregó dos caballerías que habían robado unos y recuperó el. A la señora del labrador Fantoni, con la que se toparon los bandidos y que se desmayó al verlos, la auxilió el Cencerrito diciendola:
- ¡No tema usted señora, que los de Setenil no hacen daño a sus paisanos!"
Por lo que se desprende de estas palabras, tanto la señora como el bandolero eran setenileños.
El periódico sigue publicando teletipos de su corresponsal en Cádiz, que se ve que envía varios correos al día, según recopila información. Por un labrador que vuelve de la sierra se entera de que Cencerrito, además de ser un gran fanfarrón, tiene muy buena puntería, haciendo alarde por los campos al descabezar gallos a balazos. De esta manera atemorizaba al personal.
Por un ventero de Algodonales, el periodista se entera del porqué de su vida bandolera: "Toda la culpa la tiene la gente del tricornio, que me hicieron salir de Setenil porque les había cobrado, pues no me dejaban vivir desde que mi hermano El Choricito contrajo deudas con ellos."
Bueno, quedan claro dos cosas; La primera es que, evidentemente, Cencerrito era natural y vecino de Setenil de las Bodegas. La segunda, que el asunto del bandido con la Guardia Civil era algo personal, que aparecían los tricornios por el monte y le daba un subidón al tío de no te menees.
Termina el periodista Santomé explicando el modus operandi del bandolero; como asaltaba los cortijos y extorsionaba a los propietarios.
Pese a este tropiezo con la benemérita, la cuadrilla de Cencerrito se presenta el día 25 de marzo en Morón de la Frontera, según da fe La Vanguardia, que cuenta como en un acto de arrojo, se asienta en el pueblo cometiendo una serie de fechorías. La guardia Civil sale en busca de la partida de bandoleros, compuesta en esta ocasión por once miembros, sin que se llegue a entablar contacto entre ambas partes. El periodista comenta la noticia: "Este rasgo de osadía de Cencerrito de penetrar en un pueblo tan importante como Morón, ha causado inmenso pánico, hasta el punto que nadie se atreve a salir a las afueras de la población, ni aún de día. Censurase al gobierno que no adopte enérgicas medidas y no mande numerosas fuerzas para la captura de estos criminales que hoy campan libremente por sus respetos."
Como vemos, nada más y nada menos que un pueblo como Morón en estado de sitio por la visita del terrible bandolero setenileño Cencerrito.
Finalmente, el 7 de Abril de 1894, La Vanguardia publica dos teletipos que dan la noticia de que Cencerrito ha aparecido muerto en un arroyo de Coripe; "El cadáver tenía la cabeza machacada, una herida en la nuca, y dos terribles heridas en la sien derecha. (quien lo mató quería asegurarse que estaba bien muerto) Al lado del cadáver se han encontrado dos escopetas rotas y varios cartuchos. El cadáver ha sido identificado por muchas personas, y ha sido expuesto en la plaza pública de Coripe. Es grande la alegría del vecindario de aquellos pueblos, al saber muerto al terror de aquellos campos. Supónese autores del asesinato al Rondón y a Jose María, compañeros de Cencerrito y de su misma cuadrilla, disgustados tal vez por el poco dinero que entregaba del que robaban."
Acaban aquí los hechos y milagros de este bandolero setenileño apodado Cencerrito, del que desconocemos su nombre y la mayor parte de su vida, y cuya popularidad dura apenas unos tres meses. En las páginas Web de Alcalá del Valle y Torre Alháquime lo nombran junto con su hermano Choricito, como unos bandoleros muy populares y queridos en esos pueblos, de lo que da fe la tradición oral. Hoy podemos constatar que era de Setenil y alardeaba de ello.
No es el único de su gremio natural de nuestro pueblo, ya que en algunos textos el famoso Pasoslargos también era tosquito. Quizás el apodo de diablillos que daban de antaño a los habitantes de Setenil (satan-il- diablillo), tenga algo de razón. Gentes bravas se criaban entre estos tajos. Quizás fuera el agua.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

La montanera en Setenil




El Quejigal es una preciosa dehesa de encinas y quejigos que se encuentra cerca de Acinipo, a mitad de camino entre Setenil y Ronda, perteneciendo al término de esta última. Pese a tener un pequeño apartado para la cría de vacas retintas, la finca está dedicada casi en su totalidad al engorde del cerdo ibérico.
Aprovechando la amistad con su propietario, hemos realizado una visita a estas tierras vecinas (están a 15 minutos del centro de Setenil, con quien comparte linde), para conocer in situ la montanera.
Es Juan Zamudio Marín, ganadero por tradición y vocación, y aunque estudió Perito Agrónomo, es en el campo donde ha adquirido la pasión y conocimientos necesarios para gestionar correctamente su explotación. Representa mi amigo Juan, un ejemplo del nuevo ganadero-agricultor, que debe compaginar la faceta tradicional de las labores de campo, con las nuevas tecnologías y un conocimiento exaustivo de la complicada legislación ambiental, lo cual hace su trabajo más complicado que el que se realizaba en décadas anteriores. De esta adaptación no sólo depende su éxito profesional, sino el mantenimiento de la dehesa, un ecosistema único e indispensable.
Las tierras de el Quejigal están densamente pobladas de encinas y quejigos, con ricos pastos y agua en abundancia, lo cual convierte a esta finca en un paraíso natural para el cerdo ibérico, como podemos ver en las fotos. El negocio de Juan consiste en engordar a base de ricas y nutritivas bellotas, los cochinos ibéricos que la empresa de Jabugo Sánchez Romero Carvajal le vende con tres arrobas, para llevárselos con cerca de doce arrobas y unos catorce meses de edad. Mientras tanto, los cerdos son criados con piensos naturales hasta que tienen unas siete arrobas, pasando cuando llega la montanera, a alimentarse única y exclusivamente de pasto y bellotas. Viene a llegar la montanera por el mes de noviembre, cuando el fruto de la encina cae al suelo maduro y las lluvias propician el crecimiento de la hierba.
Las condiciones que el concejo regulador de Jabugo impone a las explotaciones con las que trabaja, son muy exaustivas, con controles antes, durante y después del proceso, continuas visitas a las fincas y complicados procesos de certificación, pero la finca El Quejigal las reune con creces. Así, todos los cochinos deben de tener papeles que certifiquen que son auténticos pata negra, con la tipología propia de esta raza, y deben de aumentar casi la mitad de su peso con bellota y en condiciones de semilibertad, para que cuando sean sacrificados den los niveles de grasa en sangre y obtener la categoría de Ibérico de Bellota (el auténtico 5 J).
Juan nos cuenta con orgullo como un directivo de Sánchez Romero Carvajal fue a visitar la finca para comprobar si reunía las características necesarias, dándose la circunstancia de encontrar literalmente a los cochinos acostados sobre camas de bellotas, y es que en pocos sitios de España se pueden encontrar encinares tan productivos. Como pudimos comprobar en nuestra visita, los cochinos comían sólo en el llano y aún no habían subido a las partes más altas de la finca, donde las ruedas del vehículo derrapan ante la cantidad de frutos esparcidos por el suelo. De esta manera, no es de extrañar que El Quejigal tenga otorgado, dos cerdos por hectárea, la cantidad máxima en España para poder cumplir con la legislación ambiental y los requisitos exigidos por la denominación de origen Jabugo.
Además de encinas y otras especies propias del monte mediterráneo, cuenta El Quejigal, como su nombre indica, con gran cantidad de quejigos, reliquias de un pasado más húmedo y fresco que el actual, y que por la toponimia y documentos sobre la Serranía de Ronda, debió de tratarse de una especie muy propia de esta zona. La poca densidad de ganado por hectárea, hace que el suelo se vea verde, pese a las escasas lluvias, y la finca sana en general. Es de destacar, una majestuosa encina catalogada como prototipo de la encina malagueña, pese a perder hace unos años, un tercio por un rayo, siendo considerada además como una de las más grandes de la provincia.
El Quejigal representa un ejemplo de lo que significa desarrollo sostenible, es decir, conjugar actividad económica con respeto a la naturaleza, modelo ideal a mi entender, totalmente opuesto al desastre que a pocos kilómetros se perpetra en Los Merinos, también en término rondeño, donde un maravilloso encinar está siendo masacrado impunemente, en aras de no se que idea de progreso.

Dejemos el asunto de Los Merinos y disfrutemos de El Quejigal, con estas idílicas imágenes de cochinillos paciendo en su dehesa, ajenos a su lejano San Martín, y de este hermoso anochecer con luna llena incluida. En próximas entradas daremos un repaso por lo que dicen los libros sobre la montanera en Setenil, (y les aseguro que la bibliografía es amplia). Ya saben, si tienen la suerte de disfrutar las próximas navidades de un buen jamón de Jabugo, piensen que su antiguo poseedor se pudo haber criado en encinares setenileños (o al lado).
¡Salud!
Para saber más:

Sánchez Romero Carvajal. Jabugo.
Jamón de España. Wikipedia.
La encina. Wikipedia
El quejigo. Wikipedia
Los Merinos. (Revista El Observador)

De El Quejigal

De El Quejigal

De El Quejigal

De El Quejigal

De El Quejigal

De El Quejigal

De El Quejigal

De El Quejigal

De El Quejigal

De El Quejigal

De El Quejigal
De El Quejigal

De El Quejigal

lunes, 2 de noviembre de 2009

Santos y Difuntos en Setenil


El puente de Todos los Santos y los Difuntos ha pasado sin que en este blog hayamos tenido una previa, una presentación, ni nada que nos ponga en ambiente , pero es que tras lo del Vivillo y compañía, necesitaba andar un poquillo por esos campos de Setenil y que me diera el aire...
El caso es que vengo del pueblo meditabundo y compungido con esta fiesta tan extraña, que no sabemos muy bien de que trata ni que sentido quieren darle. He visto por las calles de Setenil niños disfrazados de vampiros y cosas de esas; "trato o truco", algo de eso dicen los muy patéticos, y mientras desde algunas instancias públicas aconsejan sustituir las denominaciones de nuestras fiestas tradicionales por otras que no denoten religiosidad, a los pequeños escolares les obligan a celebrar el Halloween ese tan nuestro, con sus murcielaguitos, sus calabazas y toda la parafernalia. En televisión aparece esta fiesta americana como algo de lo más divertido, y sólo hacen referencia a nuestros Santos y Difuntos mostrando las colas en los cementerios y a viejas limpiando lápidas. Desde luego que en este país no tenemos ataero ni por pescuezo.
Sea como fuere, me acuerdo yo de mis fiesta de Todos los Santos y de los Difuntos. Me acuerdo de la representación del Tenorio que hacían esa noche, con el impresionante final de los espíritus llevándose el alma de Don Juan, uno de los mitos de la literatura española y universal. Me acuerdo como no, de las visitas al cementerio y la misa a primera hora de la mañana, con un frío de órdago, y como ese día se solían estrenar las primeras prendas del invierno.
El caso es que con esto de la invasión gótica de Halloween, la pasividad-complicidad de los medios de comunicación y el cambio climático (que hace que vayamos al campo santo en pantalones cortos y playeras), nuestra fiesta de Todos Los Santos y los Difuntos están algo devaluadas, que parece como si fueran de otra época. Quizás sólo se le esté dando un barniz comercial para amoldarla a los nuevos tiempos.
Sería interesante que cada cual en su casa rompiera una lanza en favor de nuestros propios monstruos y fantasmas, que aquí también sabemos contar cosas de miedo. Seguro que si buscamos en nuestra memoria podemos sacar algunas historias de esas que se cuentan de noche a la luz del fuego o de una lumbre. Yo por si acaso os cuento alguna, que aunque un poco simplonas y rústicas, tienen la virtud de ser nuestras:

Una de Fantasmas en Setenil.
"...Por aquellos entonces había en el pueblo dos tipos de fantasmas: Los muertos y los vivos, siendo estos últimos los que de verdad daban miedo, pues por la noche se adueñaban de algunas calles y si no andabas con ojo, podían seguirte hasta la mismísima puerta de tu casa. Siguiendo esta clasificación, podemos hacer un recuento de las almas en pena, espíritus y seres de naturaleza difuminada que poblaban ese Setenil de nuestros abuelos;
Hubo un tiempo no muy lejano en que los fantasmas andaban por las tierras de los vivos como Pedro por su casa, y no era raro saber de historias de aparecidos y espíritus juguetones que gustaban de andar cerca de los mortales. Eran historias que se tenían por ciertas, y quien no quería saber nada de ellas, se santiguaba y negaba con la cabeza, aunque se trataba de algo normal que formaba parte de la misma vida.
Si alguien ve fotos antiguas de pueblo, se puede hacer una idea de lo fácil que podía ser para un fantasma morar y presentarse a los vecinos por entre las callejuelas de la vieja villa, así como por la floresta aledaña, siendo curioso el atractivo que para los fantasmas representa el clásico caño o chorrillo de agua situado a las afueras, donde acaba el pueblo y empieza el campo, lugar sombrío y fresco donde las zarzas devoran las ruinas de algún viejo molino.
De entre los fantasmas muertos o técnicamente llamados almas en pena, contamos con una amplia gama en Setenil, como ahora verán ustedes.

Por la subida hacia Los Frontones, camino de una antigua vereda hacia Ronda, nos encontramos con el fantasma de La Pepa, que se aparece en el arroyo del mismo nombre, es decir, el Arroyo de la Pepa, curioso y sonoro topónimo para un accidente geográfico. Dicen que esta Pepa se presenta allí en las frías noches de invierno a los feriantes y arrieros que se aventuraban por esas veredas. El caso es que hoy día es casi tan difícil que se te aparezca la Pepa como ver un arriero, aunque como dicen por Galicia, "haberlos haylos".
Siguiendo con el muestrario, contamos con un espectro de tradición familiar, cuyo nombre no ha podido ser documentado. Se trata de una mujer que se le presentó a mi abuelo allá por los años treinta, cerca de la Venta de Leches, en la vereda de entrada a la Viña Alta, donde vivía su novia (y que con el tiempo sería mi abuela). Desde el cortijo al camino que baja hacia el pueblo, había una veredita cuajada de chopos que durante la noche puede resultar un sitio bastante lóbrego.
Iba como digo mi abuelo en su yegua de vuelta para su casa, después de rondar a mi abuela, cuando en medio de esa vereda escuchó los lamentos de una mujer. Mi abuelo se apeó y le preguntó el porqué de sus lloros, y esta le contestó que un niño chiquitito se le había caído a un pozo cercano. El muchacho corrió a socorrerlo, y cuando llegó al pozo en ruinas pudo comprobar que estaba seco e inutilizado. Cuando se volvió hacia la mujer ya no estaba allí. Al día siguiente le comentó lo sucedido a su futuro suegro, que le contó la historia de una mujer que se volvió loca cuando se le ahogó su hijo en el viejo pozo. La mujer murió y los entonces dueños de la finca lo cegaron.
Aún hoy, si se pasea por aquella zona, se puede contemplar las piedras blanquecinas de lo que un día fue un pozo, en un estado de ruina y deterioro tal que se confunde con el terreno.
Hay otra leyenda común a todos los pueblos con castillo o fortaleza. Me refiero a la princesa muerta de amor que se presenta en las almenas, o la del guerrero metálico que esperaba al incauto que subiera a la torre para cortarle la cabeza con un hacha, pero estos relatos se pueden atribuir más a mentes infantiles en sus juegos por la Villa, que a verdaderas apariciones.
Sí es de destacar el caso del "Perrito Cadenas", tanto por tratarse de un endemismo propio de Setenil, como por ser el fantasma de un animal, lo cual nos sumerge en el dilema moral y teológico de hablar del alma en pena de un perrito. La cosa tiene miga, y creo que puede ser un buen tema de debate para programas de expertos en lo paranormal (quizás le mande un mensaje a Iker Jiménez).
Se aparece este "Perrito Cadenas" en el Cañuelo junto al río, allí donde termina el pueblo y empieza el campo y donde las zarzas devoran las ruinas de algún viejo molino, como dije al principio.
Quizás fuera en este edificio donde ocurrió el doble asesinato; El del anciano y el de su fiel perrillo, que tratando de defender a su amo, entró en el lote del homicidio. El caso es que del viejo no se sabe nada, pero el perrillo se presenta a los sedientos caminantes, que de vuelta de las labores del campo bajan a tomar un trago de agua fresca. Todavía hoy queda un hombre que dice que lo vio con sus propios ojos, y cuenta como se le puso el pelo cano del susto que se llevó al ver la fantasmagórica imagen de un perrillo blanco arrastrando cadenas, con una puñalada en el costado y emitiendo lastimosos quejidos.
También hay casos de posesiones demoniacas o similares, en las cuales determinadas personas soportan la presencia de determinados entes, incluso de familiares ya fallecidos, que en algunos casos emplean la violencia con la persona poseída. Son estas, historias más notorias y recientes que todas las anteriores, con testigos varios y situaciones de lo más inverosímil, pero no tienen en mi opinión el halo de misterio y romanticismo que rodean al fantasma familiar o al "Perrito Cadenas".
En la linde entre la vida y la muerte están las leyendas o historias inciertas donde el protagonista no tiene una naturaleza clara. Se suelen tratar de bromas, confusiones y malentendidos, que con el paso del tiempo logran la categoría de mitos que se cuentan de generación en generación.
Se habla, por ejemplo, de la Chacha Lisa, cuya etérea presencia se asomaba a las ventanas de una vieja casona, coincidiendo curiosamente con la quema de cal viva.
También se cuenta el caso de la porfía de un grupo de amigos sobre la valentía de uno de ellos, que se apostó que era capaz de subir al cementerio y dejar una llave en la portada. El valiente sube sin percatarse de que sus amigos le siguen, recuperan la llave, y una vez de vuelta la dejan en el bolsillo de su chaqueta. Dicen que cuando vio que la llave seguía con él, perdió la voz de la impresión que se llevó. Esta historieta, aunque no entra en la catalogación de las anteriores, es muy particular, pues representa un claro exponente de lo que en Setenil llamamos "Sangre Gorda", una forma muy particular de ser y de actuar que consiste en tomarse la vida con una mezcla de seriedad aparente y cachondeo interior, y que si no se hace con gracia puede degenerar en chulería barata.
Más en la linde de lo que al principio hablábamos, está el caso de los fantasmas de la Cantarería, empinada calle junto a la cara del tajo y paralela a la principal, aunque muy oscura y solitaria, que en tiempos remotos podía tratarse de una especie de polígono industrial, donde se maceraban al fresco los nobles caldos que se producían en nuestra villa.
Pues bien, era esta calle la elegida por unos seres, que al amparo de la noche, asustaban a todo aquél que decidía cruzarla, y no sólo se conformaban con cagar de miedo al personal, sino que perseguían y maltrataban a la gente. Conocí a un viejo cuya casa casa quedaba no muy lejos de esa calle, y que una noche fue perseguido hasta su misma puerta. A la mañana siguiente se encontró un enorme cuchillo clavado, que al desenclavarlo se llevó el taco de madera. El propio anciano me enseñó la mella de la puerta. Luego, su mujer me contó que La Cantarería era el lugar de encuentro para mantener relaciones prohibidas de todo tipo, y que muchos eran los interesados en que la calle permaneciera solitaria y a oscuras. Lo del cuchillo puede ser un ajuste de cuentas o una palabrilla de más, pero ya se pueden imaginar lo que este relato puede hacer en la mente de un niño. Aún hoy, ya en el siglo XXI y con la calle repleta de farolas, no puedo evitar mirar para atrás cada dos o tres pasos cuando la cruzo sólo y de noche. En mi memoria quedará siempre la calle oscura y llena de fantasmas que era.
El tiempo pasaba y llegó una guerra que dejó muertos y mutilados por todos lados, y por aquellos entonces los fantasmas que de verdad daban miedo eran los vivos. Los que llevaban pistola y no se ocultaban, sino todo lo contrario, se pavoneaban y lucían. Si se presentaban en tu casa a media noche malo, pues ahí no había susto, sino paseillo y pistolón en el monte. En aquellos años se fabricaron más espíritus que nunca, y de toda condición y clase. Luego llegó la Guardia Civil con sus rondas intempestivas, y los fantasmas perdieron el gustillo a aparecerse, quedando sólo para ocasiones muy especiales, como los trajes del domingo. El caso es que uno, que no ha visto a ninguno, los tiene muy presentes, con sus historias y leyendas, y los mantiene en su memoria para que no mueran nunca del todo".

Pues nada amigos, aunque un día tarde, os dejo unos relatos de misterio local, que supongo algunos ya conocíais. Esperemos que el machaqueo calabacero al que estamos sometidos sea una moda pasajera, y esta cursilería de Haloween no acabe por absorver a nuestras Fiestas de Todos los Santos y Difuntos, que aunque vienen a celebrar lo mismo, ¿porqué perder los matices, que nos son propios, para fundirnos en esta anodina honogenización global que nos quieren imponer?

Para saber más:
Don Juan Tenorio de José Zorrilla. Resumen
Don Juan Tenorio de José Zorrilla. Versión descargable
Don Juan, en vísperas del olvido. Algún día en alguna parte. Blog particular (ver enlaces)


De Álbum sin título
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