Ya me gustaría hablar hoy de que las lluvias y el frío han propiciado el nacimiento de setas, champiñones y crespillas por los campos y montes de Setenil. Ya me gustaría hablar de que ha llegado la temporada de setas y que los campos están repletos de manchones blancos, y que ya tenemos un aliciente más para la rica gastronomía otoñal setenileña. Pero no; no ha llovido nada en lo que va de otoño y hace bastante calor, con lo que la tierra está bastante seca y agostada, ha nacido poca hierba y las setas hay que buscarlas en riveras húmedas y sombrías.
De todas formas, la naturaleza es agradecida y con un poco de sustancia y la rociá matinal podemos encontrarnos cosas tan curiosas como la de esta foto; un auténtico universo micológico en Setenil.
Mientras tanto seguimos esperando las ansiadas nubes.
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