lunes, 29 de noviembre de 2010

Algunas anécdotas de las de antes


En este otoño antiguo, ya casi olvidado, de agua, frío y viento, de bufanda y mesa camilla y de escolares con botas de plástico, me vienen a la cabeza viejas historias que pasan de boca en boca, de memoria en memoria, que nos hablan de la vida de nuestros mayores en un mundo en blanco y negro que ya parece extinto.
Nos repiten los viejos que ya no llueve ni hace frío como antes, cuando por el mes de diciembre"llovían cuarenta días y una semana en la vará de Santa Bibiana". Era entonces, cuando las gentes del campo, a la espera de que el cielo se abriera y se pudieran reanudar las labores, se recluían en los cortijos al calor de la lumbre y el amparo de unas migas y un mosto corriente. En las chimeneas de estos lugares ardía noche y día el fuego del puchero, para preparar el guiso, el café o simplemente para calentar la casa. En aquellos entonces, la puerta de la vieja casona del campo permanecía entreabierta y el candil, como si de un faro se tratase, quedaba encendido para guiar a la hoguera a los que allí trabajaban, los que estaban de paso o la pareja de guardias que hacían la ronda nocturna. Se me viene a la cabeza la dureza de la vida de antes; el hambre y el frío de aquellos inviernos, las penalidades en los trabajos en el campo, las condiciones de vida de los mayores, los enfermos y los niños sin recursos de una España rural y pobre de la que parece que sólo recordamos los momentos alegres y divertidos, como si se tratase de un resorte que tuviéramos en nuestro cerebro que nos hace olvidar y desechar lo amargo y triste. Necesaria y narcotizante desmemoria que nos ayuda a pasar por la vida.
Como siempre hicieron los hombres en las frías y largas noches invernales, se imagina uno esas veladas alrededor del fuego entre bromas y risas, contando historias divertidas y sonadas, otras quizás de misterio, y luego, cuando la cosa se fuera despejando, rijosos y explícitos relatos de amoríos. Muchas de las anécdotas que todos conocemos han sido transmitidas de esta manera, exageras lo más seguro y distorsionadas por el boca a boca. Todas desde luego nos dan idea de las formas de vida de nuestros antepasados, como aquella repetida hasta la saciedad por generaciones de setenileños que cuentan de un hombre empleado en un cortijo, que era flamenco y zalamero como pocos. Trabajaba como tantos por la comida y poco más, y tanta hambre y necesidad pasaba la criatura que bien podría pasearse por las páginas y recovecos de El Buscón o El Lazarillo sin dar mucho la nota y sin dejar que nadie fuera más pícaro ni gastara más idea que él mismo. Andaba nuestro carpanta sentado en la mesa del amo frente a una rebanada de pan y una alcuza de aceite, que bien podría tratarse de desayuno, almuerzo o cena, o lo más probable, todo junto en uno que no había más de comer en el día que ese humilde y sencillo condumio. Con arte y maña vaciaba la alcuza de aceite en la rebanada, a lo que el amo, viendo que la terminaba le reprende:
"¡Alto!"
El desaforado comensal, siempre obediente, cumple y sube bien alto la alcuza sin dejar de escanciar aceite. El amo, viendo que con el "alto" no terminaba el expolio, le vuelve a reprender;
"¡Buenooo!"
Y nuestro hambriento amigo, conminado a responder, interpela sin dejar de verter aceite que parecía un venenciador;
"No es malo"
Cuentan que este hombre, fue el mismo que despedido por su amo con la consabida coletilla de que ya podía coger la manta, echársela sobre el hombro y salir del cortijo, le respondió;
"Pos ahora me voy, pero la manta me la llevo arrastrando..."
Menos agilidad mental quizás y sin chispa de gracia ni duende como el otro, había un hombre en Setenil al que todos recordaremos; Pepe el Mosco, grande y corpulento, impresionaba verlo ya de mayor en la puerta de la Cervantes, que parecía un coloso de las películas de romanos.
Sobrevivía Pepe en mil y un trabajos de poco lustre donde cumplía sin rechistar. Cuentan que un día lo llamaron para recoger un mulo muerto de una finca y llevarlo al muladar que distaba un buen trecho.
Pepe, amparado en su extraordinaria fuerza física acepta el encargo, y enganchando la bestia por el rabo la arrastra hacia el barranco donde tenía que despeñarla. Después de un ímprobo esfuerzo, se vuelve en busca del amo del mulo finado para cobrar la faena, con la desagradable sorpresa de que no recibe el salario convenido. No me imagino a Pepe el Mosco cogiendo al labriego por la solapa y zarandeándolo en el aire como si fuera un muñeco, aunque bien hubiera podido hacerlo y mucho lo mereciera el otro. Tampoco lo veo discutiendo, porque nuestro Goliat era de pocas palabras. Lo que si hizo fue salir en silencio de la finca, bajar al profundo barranco donde muy posiblemente ya estuvieran los buitres empeñados en su almuerzo, recoger los restos del mulo y arrastrándolo cuesta arriba, dejárselo a su legítimo dueño en la puerta de su casa. Cada uno se tomaba la justicia como bien podía, con las luces, con el ángel y una viveza fuera de lo común o con una fuerza y unos cojones desmesurados. Era lo que había, que como los desarrapados hidalgos de las novelas de pícaros de las que antes hablábamos, la pobreza y la miseria no estaban reñidas con la dignidad.
Sigue la lluvia cayendo con fuerza y mojando los cristales de la ventana, y el ronroneo del agua que baja por las canales parece querer arrullarme en esta triste tarde de otoño. Se imagina uno esos arrieros arreando bestias por los caminos. Tiras de mulos con los serones cargados de mil y un productos por veredas y trechos, para Ronda, Málaga o Sevilla, con la escopeta y el revólver como en las películas del Oeste, al cuidado de una emboscaba en alguna cañada o recodo. La capa ceñida y el sombrero enroscado en la frente capeando el temporal en una arboleda donde les sorprendió el aguacero.
Un viaje a Sevilla era un acontecimiento en Setenil, tanto para el que lo realizaba como para aquellos que necesitaban de algo que no podían encontrar en el pueblo. Para el que viajaba los encargos se multiplicaban; Un medicamento para el enfermo, algún libro, telas, cartas para los parientes, unos documentos que entregar en cualquier oficina; Multitud de papeles en definitiva que el viajante sopesaba en la mesa del casino. Algunos hacían el encargo con el dinero, otros con el sobre vacío, a lo que nuestro protagonista, haciendo causa común y metiéndolos todos en su sombrero, los tira al aire diciendo;
"A ver quien viene conmigo a Sevilla"
Los sobres vacíos caen al suelo, y los que pesan, los que contienen monedas, permanecen dentro del hongo. Este hombre, del que aún se conserva su capa y su revolver, lo tenía claro, encargos sin dinero... Así se cuenta en el chascarrillo donde una mujer le encarga a un vecino que iba a la ciudad que le trajese unas cremas y que ya se las pagaría a la vuelta. Cuando vuelve al pueblo la mujer le reclama el encargo, y el viajante le responde que el caballo tropezó y se rompieron los frascos. La mujer respira aliviada; "anda que si te lo pago", y el hombre responde; "anda que si te lo traigo". Pues lo mismo, que este bisabuelo o tatarabuelo mío que viajaba cada cierto tiempo a Sevilla en busca de lozas para las solerías y zócalos de las casas grandes setenileñas, que me imagino yo la cantidad de bestias que tenía que fletar para transportar tal cantidad de material.

Cuentan en mi casa, y sigo con historias familiares, que mi abuelo a modo de coletilla cuando algo le contrariaba terminaba con un sonoro "me cachis en los moros", que supongo que cuando no tuviera niños delante exclamaría "me cago", como todo el mundo, y queda además más natural. Pues esta expresión que tanto gustaba de usar al padre de mi madre pudiera venir de cuando la guerra, que unos moros de las tropas de regulares, con tanta hambre supongo como el paisano de la anécdota anterior, al olor del pan que se horneaba en el horno bajaron a la panadería y decidieron por su cuenta y riesgo confiscarlo sin pasar por caja. Mi abuelo, con veintipocos años no entendió de guerra ni de moros y se aprestó a la defensa de su pan. Los rifeños, acostumbrados quizás a sus razzias, casi lo degüellan allí mismo en su casa de no ser por la intervención de un oficial que los largó de la panadería a bastonazos. Y es que el pan, el caballo y la mujer de uno ni tocarlos ¿eh?
Perdonen lo insustancial de la entrada de hoy; Simples chascarrillos con visos de verosimilitud muy probablemente exagerados una y otra vez hasta el paroxismo. No se trata de historias ni acontecimientos importantes para la vida social y económica de Setenil, pero más allá del valor que queramos darle, son parte del acervo cultural de un pueblo. Historias que nos dicen como se vivía antes y que demuestran como el hombre nunca ha dejado de fabular, crear, inventar o exagerar las vivencias propias o extrañas, aunque sólo sea para amenizar una fría y lluviosa noche de otoño como esta.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Setenileños en la Junta de Energía Nuclear

En anteriores entradas hicimos mención a la cantidad de setenileños que había repartidos por todo el mundo, y nos comprometimos a contar muchas de sus historias.
Para esta entrada aprovechamos un emotivo artículo de Don Manuel Pardillo nos tenía prometido, donde se cuenta como medio centenar de setenileños se colocaron en la Junta Nuclear, gracias sobre todo a la intervención y el buen hacer de Don Juan Marín Ortega.
Todo un ejemplo de solidaridad y cariño por la gente de su pueblo.

La Junta de Energía Nuclear (por Manuel Pardillo Dorado)


La historia de la energía nuclear en España comenzó en octubre de 1948 cuando un grupo de militares y científicos españoles se reunieron en el LTIEMA (Laboratorio y Taller de Investigación del Estado Mayor de la Armada) con el objetivo de constituir un organismo denominado Junta de Investigaciones Atómicas.
Dentro de la Junta se puso en marcha la actividad extractora de mineral de uranio, necesaria para las investigaciones iniciales de la sociedad. Se seleccionó una zona de la Sierra Albarrana, en el término de Hornachuelos (Córdoba). Además se incorporaron otros distritos mineros en las provincias de Burgos, Zamora y Salamanca. Esta ampliación de actividades en las áreas geológicas y mineras llevaron a considerar que no debían ocultarse por más tiempo las actividades de la sociedad.
Mediante Decreto Ley de 22 de octubre de 1951 se crea la Junta de Energía Nuclear (JEN), a partir de esa fecha las investigaciones nucleares comienzan a hacerse públicas y el desarrollo de los trabajos científicos españoles se lleva a los foros internacionales. El 28 de noviembre de 1951 se acordó que el emplazamiento de la JEN sería en Madrid, en la Ciudad Universitaria, así nace un nuevo organismo investigador.
En los difíciles comienzos de los años 50 muchos españoles encontraron un grave obstáculo en el tema laboral y la zona de la Serranía de Cádiz no era exenta a esos problemas. La emigración al extranjero y a ciudades como Madrid, Barcelona y Bilbao, resultó ser el destino de muchos andaluces, la salida a muchas inquietudes.
Juan Marín Ortega, a finales de los 40, estaba haciendo el servicio militar en Algeciras, destinado en transmisiones, y uno de sus mandos le propuso la integración en el equipo de prospección de uranio de la Junta de Energía Nuclear, una vez finalizado su servicio militar.
Quizás nadie preveía el giro que esa propuesta cobraría en un pueblo como Setenil, y lo importante que fue para un numeroso grupo de gente.
La seriedad de Juan Marín, el buen hacer en las responsabilidades que contraía y las necesidades de ampliar los equipos de personal obraron el resto. Los jefes de Juan Marín le encomendaron la tarea de nuevas contrataciones de personal, y él pensó enseguida en muchos jóvenes de su pueblo.
Muchos hijos de setenileños viven ahora en Cáceres, Salamanca, Madrid y Barcelona, hijos de esos prospectores de tierras y minas, que estuvieron en Ciudad Rodrigo (Salamanca), Don Benito (Badajoz), Cardeña (Córdoba), Andújar (Jaén), Albalá (Cáceres), Alburquerque (Badajoz), Molina de Aragón (Guadalajara) y Calaf (Barcelona), por citar los más importantes yacimientos de nuestro país.
La prospección creó un grupo de personas que compartieron vivencias y se sintieron como una gran familia, cualquier momento difícil era menor, cualquier alegría era de todos. Los traslados eran participativos, en el embalaje de los muebles y los trastos, el corazón se llenaba de nostalgias de unos que se marchaban o de otros que llegaban. Y en medio, la casa de cada uno era la fonda de paso de otros, hacia Setenil, o de vuelta, de nuevo al destino, un rato de descanso, una comida compartida, “¿cómo están por el pueblo?”.
No se puede calcular lo que representó para aquellos jóvenes y sus familias la estabilidad laboral y los sueldos generosos que suponían para aquella época.
Siento nostalgia de Juan Marín, de mi cuñado Antonio Fernández, de cada uno de los que ya no se encuentran entre nosotros, sirva como homenaje especial a todos ellos mi recuerdo y mi cariño, y ya que no tengo hermanos ellos han formado parte de mi familia, así los he sentido.

Manuel Pardillo Dorado (Funcionario retirado e la Junta Nuclear)

Relación de las personas que D. Juan Marín Ortega llamó para ser contratados en la Junta de Energía Nuclear:
Juan Fernández Pérez.
Francisco Linares Ordóñez.
José Marín Ortega.
Antonio Fernández Pérez.
Pedro Guzmán Ortega.
Manuel Pardillo Dorado (Alcalá del Valle)
Diego Morales Gutiérrez.
Juan Marín Hormigo.
Sebastián Aguilera Anaya.
Francisco Aguilera Anaya.
Antonio Aguilera Anaya.
José Aguilera Anaya.
Sebastián Torres Villalón.
José González Sánchez.
Marcos Melgar Pimentel (Arriate).
José Luis Gallego Sánchez.
Francisco Guzmán Ortega.
Pedro Andrades Porras.
Rafael Carmona Arévalo (Pozoblanco, Córdoba).
Antonio Carmona Arévalo (Pozoblanco, Córdoba).
Juan Luna Peña.
Enrique Guzmán Ortega.
Francisco Gil García.
Juan Luis Porras Ortiz.
José Ortiz Andrades.
Juan Ortiz Andrades.
Juan Ramos Hormigo.
Francisco Guzmán Batmale.
José García Fernández.
Juan Hernández Aguilera.
Jesús Martín Fernández.
Juan Martín Fernández.
Diego Aguilera Domínguez.
Miguel Oliva Fernández.
Santiago Marín Ortega.
Jesús Marín Ortega.
Jesús Lao Guzmán.
José Avelino Lao Guzmán.
Antonio Menacho (Olvera).
José Parras Aguilera.
Eduardo Hidalgo Delgado.
Antonio García Martínez (¿?).

Nota: he estado haciendo ejercicio de memoria para nombrarlos a todos, pero mi memoria ya no es tan buena como antes y sentiría haberme olvidado de alguno. En el homenaje que le tributamos a Juan Marín Ortega cuando se jubiló acudimos los que vivíamos en Madrid y alrededores, y él, como siempre lleno de generosidad, nos obsequió con un cuadro que representaba la entrada a La Villa de Setenil.

Homenaje a Juan Marín Ortega. Junio 1988
Homenaje a Juan Marín Ortega. Junio 1988
De setenil

Los números se corresponden con el contorno de la persona a la que le corresponde.

HOMENAJE A JUAN MARÍN ORTEGA. 25 de junio de 1988
Nº en foto Nombre y apellidos Origen
1 Pepín García Fernández Setenil
2 Jesús Martín Fernández Setenil
3 Águeda Martínez Escalante Teba (Málaga)
4 Pedro Guzmán Ortega Setenil
5 Juan Hernández Aguilera Setenil
6 Diego Morales Gutiérrez Setenil
7 Carmen Rubio Espejo Dos Torres (Córdoba)
8 Ana Laos Guzmán Jaén
9 Diego Pérez Cano Belmez (Córdoba)
10 Santiago Marín Ortega Setenil
11 Lourdes Orense
12 Jesús Marín Ortega Setenil
13 Casilda Morales Núñez Alburquerque (Badajoz)
14 Isidoro Santos Vázquez Belmez (Córdoba)
15 Dolores Porras Ortiz Setenil
16 Paco Aguilera Anaya Setenil
17 Juan Martín Fernández Setenil
18 Josefita Jiménez Molinillo Setenil
19 Mª Carmen Domínguez Rodríguez Cáceres
20 Ascensión Ruiz Arroyo Pozoblanco (Córdoba)
21 Juan Fernández Pérez Setenil
22 Francisca Gámez Anaya Setenil
23 Josefa (Pepita) Corral Hormigo Setenil
24 Josefa Romero Fregenal de la Sª (Badajoz)
25 Juan Luis Porras Ortiz Setenil
26 Francisco Orden Palomino El Carpio (Córdoba)
27 Antonio Fernández Pérez Setenil
28 Juan Marín Hormigo Setenil
29 Pedro Andrades Porras Setenil
30 Francisco (Paco) Gil García Setenil
31 Ceferina Marín Hormigo Setenil
32 Dolores Mena Andújar (Jaén)
33 Carmela Ortiz Setenil
34 María José Aceituno Muñoz (Navalmoral Mata) (Cc)
35 Mercedes Porras Ortiz Setenil
36 Isabel Moreno Aguilar Setenil
37 Paco Linares Ordóñez Setenil
38 Sebastián Aguilera Anaya Setenil
39 Miguel Oliva Fernández Setenil
40 Milagros Ramos Márquez Valencia de Alcántara (Badfajoz)
41 Valeriano Larrubia El Carpio (Córdoba)
42 Teresa Revuelto Delgado Encinasola (Huelva)
43 Carmen Gómez-Bermúdez (Jerez de la Frontera)
44 Diego Aguilera Domínguez Setenil
45 Juan Marín Ortega Setenil
46 Manuel Pardillo Dorado (Alcalá del Valle)



domingo, 21 de noviembre de 2010

Por la ermita de San Sebastián

Cartel realizado para el evento
Como todos sabemos, la ermita de San Sebastian, aquella que ordenaran construir los Reyes Católicos para el auxilio espiritual de los cristianos que quedaban en Setenil tras la conquista a los moros, se encuentra en grave peligro. En estos momentos tiene la bóveda apuntalada, pero sus viejos muros parecen estar cediendo y un invierno de agua como el del año pasado puede ser fatal.
El pueblo parece estar concienciado en no permitir la pérdida de un elemento tan importante del patrimonio monumental setenileño, un edificio que, no hay que olvidar, tiene más de cinco siglos de antigüedad y que se trata de la construcción cristiana más antigua de Setenil.
Esta ermita tardo gótica, reducto aún de estilos arquitectónicos medievales, puede parecer humilde y sencilla, quizás por el hecho de que su construcción por aquellos años se hizo a prisa y corriendo por los avatares de la guerra de Granada, pero no deja de resultar un edificio soberbio, evocador e imprescindible en la historia de nuestro pueblo.
Los eventos organizados, además de servir para recaudar fondos, son también una manera de reivindicar una mayor implicación de las autoridades civiles y eclesiásticas en la mejora de nuestro patrimonio, no sólo para empresas tan colosales como una restauración, sino para la conservación y el mantenimiento de los monumentos, con el fin de evitar situaciones de este tipo.
La celebración se realizará el próximo fin de semana, con la colaboración de El Exmo. Ayuntamiento, La Parroquia, todas las hermandades, muchas asociaciones y la inestimable ayuda de empresas y particulares de Setenil.

Cúpula apuntalada
Tres siglos de urnas del Cristo
Antigua casa de la santeral
el piso de la ermita
De Setenil
De Setenil
De Setenil
Antigua entrada a la ermita
Parte trasera de la ermita

martes, 16 de noviembre de 2010

Inscripciones en las paredes del campanario

Si alguien me preguntara que opino sobre hacer inscripciones en las paredes de un monumento le diría que se trata de un acto de vandalismo como otro cualquiera, además de una guarrada y una estupidez. Si me preguntan por la inscripciones que hay en las paredes de la ciudad romana de Ponpeya diría que se trata de una reliquia del pasado, de un instante en la vida cotidiana de unas gentes que vivieron hace dos mil años, y que por su antigüedad tienen un gran valor histórico. Lo mismo ocurre con los famosos laudes de las portadas de las universidades renacentistas, donde los estudiantes mostraban con excelente caligrafía su alegría por terminar los estudios, o los vivas de los quintos en los rincones y paredes de algunos pueblos castellanos, algunas con más de un siglo de antigüedad.
Así pues, las inscripciones que hay en el campanario de la Iglesia de la Encarnación abarcan todo el abanico de catalogaciones, desde burdas fanfarronadas o groserías, hasta algunas notas con detalles históricos tan significativos como puede ser la toma de Setenil por las tropas nacionales. Otras sin embargo, la mayoría, pertenecen a ese catálogo de proclamas, rúbricas, el típico ¡aquí estuve yo! y demás simpleces que recuerdan su visita al campanario años, décadas atrás, que no dejan de representar una nota curiosa.
Veremos un pequeño muestrario de algunas de ellas;

De Setenil
"Juan Anaya Villalón, sacristán de Setenil entró el día 5 de abril de 1948 siendo monaguillo desde el año 1938 dejó de ser por tener que ir al servicio.
Setenil marzo de 1955"

De Setenil
Aquí tenemos varias notas; "Antonio Jiménez (Marín) Setenil 4 de agosto de 1926". Luego, dos años más tarde, alguien se tomó la molestia de subir al campanario y escribir que su compañero , amigo o conocido había muerto, poniendo incluso una línea que une ambas notas; "Antonio Jiménez (...) falleció el 1 de Julio de 1928"
De Setenil
"(...) Jiménez Anaya falleció el 14 de Junio de 1930, sacristán de esta parroquia, a los 54 años de edad
De Setenil
"Paquito Sánchez (Cantero)
este niño tiene 6 años de edad. 1953

De Setenil
De Setenil
Soy incapaz de traducir estas largas inscripciones, y la verdad es que me da mucho coraje pues parecen comentar algo verdaderamente interesante (Posteriormente he creído leer en estas estrofas el "Cara al Sol" de la Falange. Ver comentarios).
Luego tenemos algunas notas que escribieron los centinelas apostados en el campanario durante los días previos a la toma de Setenil por las tropas nacionales, durante la Guerra Civil;

De Setenil
"F.E (y el escudo de Falange dibujado)
Se toma este pueblo el 18 de Septiembre
Sin Novedad"

De Setenil
De Setenil
Adrian Domínguez Mellado
natural de Villamartín de la 2ª escuadra de la 14 falange columna.......
Setenil a 21 de Septiembre de 1936. 1ª guardia de la torre
Setenil a 23 de Septiembre de 1936 2ª guardia de la torre
De Setenil
"Gabriel Rodríguez Herrero
3-11-36
F.E. de las J.O.N.S
2ª F 1ª E 3ª F de Arcos de la Frontera"
De Setenil
"Jose Borrego
Olvera
21 de Septiembre de 1936"

Estas últimas inscripciones pertenecen a falangistas que hacían guardia en el campanario, durante los días previos a la toma el 18 de Septiembre, que ya tiene guasa la cosa que coincida con el día de mi cumpleaños. Esta (o estas) columnas estaban formadas por militantes de los pueblos de la Sierra de Cádiz. ¿Se tratará de la famosa columna Zamacola de tan funesto recuerdo? No me digan que no tienen un cierto aire de superioridad y grandilocuencia.
Por último tenemos una larga serie de notas más modernas, mucho peor escritas y algunas de pésimo gusto, que pueden quedar encuadradas por derecho propio en el mero atentado al patrimonio histórico artístico, aunque alguna desde luego, se pueda salvar por un cierto carácter transgresor y surrealista;
De Setenil
De Setenil
Bueno, piensen que estamos en el campanario de una iglesia, y estas dos últimas tienen miga.
Seguro que en cualquier otro sitio de estos viejos muros hay más inscripciones de este tipo, algunas como nos contaron, del siglo XIX. Puede que estén tapadas por la pintura o incluso estas que hemos visto estén sobre otras que el tiempo se ha encargado de difuminar. A mi desde luego me resultan curiosas, aunque cada uno debe sacar sus propias conclusiones.

Inscripción de una campana de la iglesia de La Encarnación

De Setenil
Las campanas son un elemento imprescindible en la cultura cristiana occidental, pues así como el canto del almuecín es la señal que avisa a los fieles en el mundo musulmán, para nosotros significan la voz que llama a los fieles a la oración, la que da la hora, la que informa de un fallecimiento o la que avisaba a los lugareños de algún peligro o emergencia. Siempre se ha dicho que antiguamente, cuando sonaban las campanas de la Iglesia de la Encarnación, se podían oir desde todos los puntos cardinales del término de Setenil, y no había setenileño, por muy lejos que se encontrase arando, que no las escuchase.
Hoy, evidentemente, mucha campana tenía que ser para que se oyese desde tan lejos, debido sobre todo a la mecanización de la vida diaria.
Esta campana que aparece en la foto es una de las cuatro que hay en el campanario, y está orientada al sureste más o menos, aunque tampoco me fiaría mucho de esta apreciación mía.
Está fabricada con el bronce fundido de alguna de las campanas antiguas de Setenil, aquellas que sonaban incluso en los campos de Ronda la Vieja y que servían de referencia a los setenileños de otros tiempos.
No puedo leer el año de su fundición, aunque tiene que ser de los años setenta. La transcripción viene a decir más o menos esto;
"San Sebastián, patrono de setenil. En el año post conciliar vaticano, siendo papa Pablo VI, arzobispo de Sevilla Bueno Monreal, cura párroco (Jesús) González Ramos se fundió esta campana en los talleres del hijo de Manuel Rosas Serrano y los (...) con la colaboración de las hermandades de Nuestro Padre Jesús y de la Santa Veracruz".
Seguro que hay gente que puede aportar más datos o referencias sobre la historia de nuestras campanas
¡Salud!

lunes, 15 de noviembre de 2010

Desde el campanario de la Iglesia de La Encarnación de Setenil

De Setenil
De Setenil
Hacía tiempo que no tenía la ocasión de visitar con detalle la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, y la verdad es que no podía desaprovechar la ocasión de subir al campanario, disfrutar de las vistas y ver in situ el terrible deterioro en el que se encuentra nuestro templo mayor.
Subir al campanario es una auténtica experiencia de la que han disfrutado generaciones y generaciones de setenileños, como bien indican las inscripciones que hay en las paredes y a las que dedicaremos una entrada en exclusiva. Todos conocemos esas escaleras enroscadas sobre si mismas, las cuatro campanas, la bóveda, el caminito de la reina. Recuerdo que cuando pequeño lo hice para recorrer todo el perímetro, y hoy la verdad es que me hecho las manos a la cabeza. Desde luego que los niños no tienen ningún sentido del riesgo.
En próximas entradas, como digo, veremos algunos aspectos menos conocidos de nuestra iglesia; las inscripciones de las paredes, el antiguo reloj, los frescos de los muros primitivos, la historia de esas campanas que se escuchaban desde los campos. Esperemos que sirva para dar a conocer el elemento patrimonial más importante y representativo de Setenil, y quizás también el más amenazado por el paso del tiempo y el abandono.
¡Salud!
De Setenil
De Setenil
De Setenil
De Setenil
De Setenil
De Setenil
De Setenil
De Setenil
De Setenil
De Setenil
De Setenil
De Setenil

jueves, 11 de noviembre de 2010

Recuerdos del viejo Torreón

Setenil desde la Cantarería. Foto: Ismael Robles
Presentamos en la entrada de hoy un artículo de nuestro amigo Ismael Robles, al que conozco entre otras cosas por compartir aficiones comunes como el baloncesto y el interés por las cosas de nuestro pueblo. Trata sobre El Torreón de la Villa, colofón visual de la antigua fortaleza nazarí y uno de los monumentos más importantes del patrimonio artístico y monumental setenileño, en cuya restauración se está trabajando en estos momentos. Esperemos que este proceso restaurador se extienda al resto del patrimonio artístico de Setenil, amenazado gravemente por el estado ruinoso en que se encuentran La Iglesia de la Encarnación y la ermita de San Sebastian, como veremos en próximas entradas.
Un saludo Ismael y muchas gracias


“RECUERDOS DEL VIEJO TORREÓN”

Cuando voy entrando en la Cantarería, me encuentro con una de las vistas más bonitas y maravillosas de Setenil, y ésta no es otra que la del “Torreón”, ¿a quién no le llama la atención ver este monumento que posee Setenil?, pero del que desconocía tanto...
Actualmente lo están restaurando, y esperemos que pronto llegue a su fin, después de tantos años, pero no voy a entrar en estos detalles, pues ya se ha hablado de ellos en una entrada en este blog en mayo de 2010, sino que me gustaría, tirando de nostalgia, que se mantuvieran aquellos recuerdos que se tienen del Torreón, el cuál sirvió de cárcel en los años 70 y donde, para aquellos niños de los años 80 y principios de los 90 era un lugar misterioso, de juegos, imaginación, y también, como no, de contacto con la naturaleza a través los singulares “Calices” de Setenil.
Pero este “Torreón” derruido que recuerdo, en nada se va a parecer, afortunadamente, al que vamos a poder visitar en breve, donde incluso, el gran agujero que presentaba en su cubierta, resultado del asedio que sufrió por los cristianos, ha sido tapado con una cúpula visitable, desde donde vamos a poder apreciar singulares vistas de Setenil.
Por otra parte, profundizando ya en el aspecto técnico, dicen los expertos que el Torreón o Torre del Homenaje, como prefieren nombrarla, formaba parte del interior del Alcázar, que hoy conocemos como la Villa, siendo una construcción de estricto carácter militar, y donde el último alcaide nazarí de la Fortaleza Musulmana de Setenil se alojó para defender “Septenilium” de la reconquista de los cristianos. Estaba enlucida y decorada en tres de sus costados con representaciones florales y geométricas, que aún hoy pueden apreciarse, aunque muy debilmente, y que la hacen singular, pues es una de las pocas Torres del Homenaje que han conseguido conservar sus enlucidos y pinturas originales, las cuales tienen más de 500 años. A sus pies nos encontramos con el aljibe, cuya función principal fue la de depósito de agua para la villa, y que actualmente está en un estado deplorable. De este aljibe se decía que formaba parte de un pasadizo que llegaba a los cortinales, y que servía como medio de evasión, pero ésto es algo que no está confirmado, y que supongo que forma parte de una leyenda urbana de finales de la década de los 80.
Con este pequeño artículo me gustaría concienciar de la importancia que tiene el Torreón en sí y el patrimonio de Setenil en general, y me gustaría conservar.
Ya por último, y agradeciendo la magnífica oportunidad que me ha ofrecido el autor de este blog de expresarme, me gustaría reconocer la importante labor que está llevando nuestro amigo Rafa, que además de la intensa labor de investigación y revelación de datos históricos de Setenil, que en él se hacen, también nos permite, a los que estamos lejos, sentir a SETENIL más cerca.

GRACIAS

Ismael Robles

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Setenil en "Grandezas y Cosas Notables de España"

Portada de la Obra
En la anterior entrada hicimos referencia a una cita que Pedro de Medina insertara en un capítulo dedicado a Setenil de su obra "Grandezas y cosas Notables de España", obra general que trata sobre hechos relevantes y curiosos de varias villas del reino. Quizás sean pocos los datos que sobre Setenil se ofrecen; algo sobre el carácter de sus gentes, sus industrias y riquezas, la toponimia derivada de algo parecido a un diminutivo de satán o diablillo, y otros aspectos relativos a su conquista por los Reyes Católicos.
He tratado de transcribir el texto para una lectura rápida, pero aconsejo que le echéis un vistazo al original escaneado y apreciar de esta manera las sutilezas del castellano abigarrado y añejo del siglo XVI.
Esta obra, nacida en la imprenta de Juan de Gracián, se encuentra en el archivo de la biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid, pieza imprescindible del Humanismo Castellano del Renacimiento.
Sobre Pedro de Medina decir que se trató del clásico hombre de ciencias y de letras del Renacimiento, ducho en diversas materias, pero conocido principalmente por su aportación a la geografía, la cartografía y la ciencia naval. En concreto, en esta obra aparece un mapa de la Península muy divulgado donde como nota curiosa, el Reino de Granada y Andalucía aparecen nombrados por separado;
(El sevillano Pedro de Medina, en su Grandezas y cosas notables de España, publicadas en 1549, trata por separado el reino de Granada de Andalucía. Además en la portada del libro aparece un mapa de la península Ibérica en que Andalucía y el reino de Granada, figuran señalados con distinta filacteria, como territorios diferentes, aunque este no es el único caso que se da en el mapa. Fuente: Diferenciación e identificación de las Fuente históricas. Wikipedia.)
Nota: Pedro de Medina escribió esta obra, y muy posiblemente la publicó en 1549, aunque el original que nosotros presentamos es de 1595, corregido y ampliado como se indica por Diego Pérez de Mesa.

Primera y segunda parte de la grandeza y las cosas notables de España, compuesta primeramente por el maestro Pedro de Medina, vecino de Sevilla, y agora nuevamente corregida y muy ampliada, por Diego Pérez de Mesa, catedrático de matemáticas de la Universidad de Alcalá.
Dirigido al muy católico y muy poderoso Rey don Fhilippe, segundo de este nombre, nuestro Señor.
España.
Con Privilegio.
Impreso en Alcalá de Henares, en casa de Juan Gracián, que sea en gloria. Año 1595.
Capitulo de la Villa de Setenil y de sus cosas notables.

"La villa de Setenil es a legua y media muy poco mas de la ciudad de Ronda a quien agora, y quando el reyno fue de moros,era sugeta y dista media legua de la antigua Múnda, que es el sitio de Ronda La vieja. Esta la villa de Setenil en vn río junto a vn arroyo-Su sitio es muy fuerte vltra de lo que por arte esta el pueblo fortalecido. Cogese en la villa de Setenil mucha cantidad de trigo, y cevada.Tiene muchas, y buenas viñas, de que hazen mucho vino.'Cogen azeyte, y muchas frutas: tienen mucho ganado, y hazen mucho tocino muy bueno, Es pueblo muy bien proveydo de todos mantenimiéros y cosas,la gente toda es muy hazendada y rica. Son los de Setenil hombres robustos,de muchas fuérzase las cuales exercitan de ordinario en la labor de sus haziendas, y en otros exercicios y trabajos voluntarios. Son belicosos,arriscados,y de su naturaleza inclinados a las armas y a pendencias y pleytos. De aqui es que de ordinario han tenido,y tienen disensiones y pesadumbres.Por esto dizen algunos moros que se llamo esta villa Setenil, que en arábigo dizen aquellos moros quiere dezir diablillo, o diablo chico, quíriendo por este nombre los moros que le pulieron aquel nombre dar a enteder la inquietud de los naturales de esta villa. Y si esto es verdad no dexa de hazer marauilla, porque aun en el castellano parece tener la misma significación, que en el arábigo:porque Setenil có poca alteracion es lo mismo que Sata* nil,que eslo mismo que dezir cosa endiablada o Satanil es lo mifmo que Satanilio,o satan chiquillo.De manera que los nombres proprios de las cosas muchas vezes significan alguna propriedad, y naturaleza de la cosa,como dezia Platón, y aun lo que es mas extraño vn mismo nombre proprio de alguna cosa suele significar si bit se examina en diversas leguas, o vna misma propriedad, y naturaleza de la cofa, o alo menos propriedades diferentes q no puedan ser sino una misma cosa.lridutiuaméte se pudiera esto prouar en los nóbres proprios de muchos pueblos, perfonas, y de otras cosas, mas pues esta eferitura es diferente de semejante tratado y exame,quedese por agora. Estando en Cordova los lleyes catholicos con vn buen exercito se determino a conquistar y ganar la villa de Setenil puesta casi entre los términos, y lindes del reyno de Seuilla,y del de Granada por ser pueblo muy tuerte y poder desde este pueblo hazer gran daño en la tierra de los moros. Partiendo pues có el campo de Cordoua embio el Rey don Fernando delante al Marques de Cádiz con dos mil cauallos, y conueniente numero de infantería: el qual quiriendo certificarle del estado,en que estauan las cosas de Setenil, hizo a cierta gente de la suya correr la tierra y cápos de esta villa, y que le truxcíTcn algunos hómbres de quien le pudicísen informar. Los caualleros lo hizieron diestramente y boluiendo traxeron al Marques algunos pastores, y otros hombres del campo, de los quales se informo, y supo que ningún presidio , o gente forastera habia dentro del pueblo, saIuo los nanirales, y que ellos creyan ser ellos valientes para defender el pueblo .Llegado pues el Rey don Fernando, a Setenil, y puestas sus estancias en los lugares conuenientes,reconocio luego el lugar,y mando plantar la artillería en aquellas partes,por donde se entendía q mayor daño podía hazer- Salieron los moros del pueblo luego que fue alenrado el cápo,y llegandose en buen orden hazia las cítancias de los chriltianos las acometieron con buen denuedo. Saliera luego a lo ralo grande cantidad de caualleros,Y gente de apie manando con los moros vna escaramuza bien trauada, pero como los chriltianos sufren muchos no pudieron sufrir los moros la gran carga, que con las ballcítas,y escopetas les dauan,y afi se fueron recogiendo hazia el pueblo có alguna perdida-de los suyos. Bien conocieron los moros que era muy inferiores a los chriltianos en las escacamuzas de campo por cito no quificró boluer a falir fuera, principalmente por no apocarse, mas los pocos que eran contentandose con defender las murallas de la villa. A.si se encerraron y fortificaron lo mejor que pudieron prcuiniendoib para los combates subiendo piedras a los muros y cerrado muy bien las puertas de la villa.Y aun no se contentaron con cerrarlas, sino qué las tapiaron,y cerraron con muy firme obra de yeso y piedras. EI católico Rey mando que se dispusiera la batería: la qual comenzó muy rezia batiendo con los tiros gruesos las murallas, y torres y con los menores asolando las casas y haziendo mucho daño dentro del pueblo . Duró esta batería, tres dias enteros con sus noches sin descansar, hauiendo derribado grandes pedazos de los muros, y hecho muchos grandes portillos por donde se descubria el pueblo. Y como le apercibieron los chriltianos para dar el asalto conociendo los moros que no lo podrían resistir, ni defenderse por ser en numero fuerza y armas muy interiores, comcertaron tratar de entregar la villa con partido.Otorgoles el catholico Rey Jtt que pidieron por no se detener,y hazer colla pareciendole que mas gastaua el campo vn dia que alli se deruuiefie, que se podría grangeac en todo el despojo quando dicha villa se entraííe por fuerza.Y asi -concedió a los de Setenil,que pudiesen cargar fus haziendas, y salirse luego libres para donde quisiesen. Salieron pues los moros, y dioles el Rey gente que los guardasen, y acompañasen hasta ponellos en el Termino de Ronda. Entrando el Rey don, Fernando en el pueblo mando reparar luego los portillos,y partes arruynadas de la muralla. Y dexando a don Francisco Enrique con doscientas Iancas de presidio, y con suficiente cantidad de provisiones, y de otras cofas necesarias se partió el Rey don Fernando de Setenil con el campo corriendo los campos de la ciudad de Ronda dla qual quisiera cercar, y tenia comodidad para hazello, sino .que temió el invierno que ya entraba por lo qual dexo giua se atrevio el capitán de los mo el cerco y se partió para SeuilIa".
Para saber más:
Grandezas y Cosas Notables de España. Pedro de medina. 1595. Google Libros
La Impresa Española en el Siglo XVI. Humanismo y Renacimiento. Universidad Complutense de Madrid.
Historia de la Configuración Territorial de Andalucía. Diferenciación e identificación entre el Reino de Granada y Andalucía. Wikipedia

viernes, 5 de noviembre de 2010

Jugando a palos por las calles de Setenil

¿Recuerdan ustedes los juegos de su niñez? Las bolas, la lima, el trompo, hacer cocheritas y pasarelas en el río, corridas de toros, el fútbol, ¿cómo no?, en las Cuevas, en el río o en la misma Calle Ronda cuando aún no había tanta circulación. ¡Que algarabía de chavales jugando en las calles!, las niñas con sus cosas y los niños con las nuestras que sólo nos juntábamos para salir los unos detrás de las otras y cosas de esas, que antes no existía eso de la paridad de sexos ni tanta corrección. Eran otros tiempos.
Pues eso, que eran otros tiempos y se me viene a la cabeza lo de jugar a palos, un juego de lo más peculiar y primitivo, aunque créanme, no había nada tan divertido y emocionante, como muy bien sabrán aquellos que lo han practicado.
Una buena tarde, a alguien se le ocurría que ese día se jugaría a palos. La noticia corría cómo la pólvora por medio pueblo y a la hora convenida empezaban a llegar niños de casi todos los barrios. En la Antigua Parada se juntaba gente del Carro, Calle Triana o Las Cuevas para organizar la historia; Palos, sólo palos, quizás alguna correa, nada de hierros, objetos punzantes o utensilios extraños. Los chicos como siempre persiguen a los mayores, y a ser posible nada de lanzadas, sólo el clásico zurriagazo o mandoble... lo tradicional. El campo de juego todo el casco urbano de Setenil sin limitaciones. ¿Necesitan que les dé pistas de cuales eran las reglas?

Se solía empezar al atardecer; los mayores huían y los pequeños los buscábamos para pegarles. Cuando pasábamos por otras calles más niños se unían al grupo y aquello parecía un verdadero ejército. Se subía a San Benito, la Calle Vilches, por esas escaleras que todos conocemos hasta La Ladera y desde allí hasta San Sebastián, a la misma portada del cementerio donde nos esperan los mayores y nos daban un buen susto. En el juego, como en una cacería, había lances especialmente intensos y emocionantes, como aquella vez que bajando por El Peñón de los Enamorados perseguimos a los huidos Ventosilla abajo, pasamos por El Carril y por el Puente de Zamudio se vuelven hacia Las Cuevas donde preparamos una emboscada. Mientras unos los persiguen por las Cuevas del Sol otros corremos por las de las Cuevas de la Sombra para esperarlos en el Puente de la Calle Ronda y pillarlos desprevenidos por la espalda. Ya los tenemos, gritando salimos a su encuentro y con todas mis fuerzas le pego un varazo a uno en las rodillas, que soltando un aullido me arrea una bofetada. Sigue la persecución por Jabonerías y Las Cabrerizas, pero ya estamos cansados y mandamos a tomar por saco a los mayores.
Por regla general, al existir diferencia de edad, era difícil enganchar a los perseguidos y la sangre nunca llegaba al río, pero otras veces, con las fuerzas más igualadas, había "escalabrados" y heridos. La guerra es la guerra.
En esto más o menos era en lo que consistía el juego de palos, algo impensable hoy día pero que por aquellos entonces era lo máximo; Se hacían amigos, mucho ejercicio al aire libre y nada de malos rollos. El palo o la bofetada quedaban dados y luego cada uno a su casa tan contento. Era lo que había, quizás fuéramos más básicos que los niños de hoy.
Preguntándome por los orígenes de este juego tan peculiar, me entero de que ya nuestros abuelos lo practicaban, quizás como evolución de algún otro más violento aún, donde los muchachos quemaban adrenalina persiguiéndose los unos a los otros para zumbarse sin contemplación, y se me viene a la cabeza aquella cita que ya por 1595 escribiera Pedro de Medina en su obra “Grandeza y cosas notables de España”;

“...Son los de Setenil hombres robustos de muchas fuerzas las cuales exercitan de ordinario en la labor de sus haziendas, y en otros exercicios y trabajos voluntarios. Son belicosos, arriscados,y de su naturaleza inclinados a las armas, a pendencias y pleytos.De aqui es que de ordinario han tenido,y tienen disensiones,y pesadumbres”


miércoles, 3 de noviembre de 2010

la Mano Negra en Setenil

Ejecución de anarquistas en Jerez. Le Pogrés Illustré
La Mano negra en Setenil... que título para una entrada; fantasma, espíritu o fenómeno paranormal. ¡No! Se trata de algo más prosaico que todo esto; Una organización terrorista de ideología anarquista, que actuaría por las tierras de Andalucía durante las últimas décadas del siglo XIX. ¿Llegó la Mano Negra a Setenil? ¿Había setenileños adscritos a esta criminal organización? Según parece la prensa de la época así lo afirma y un repaso a la hemeroteca puede hacernos pensar que nuestro pueblo era cuna de terroristas anarquistas que se dedicaban a sabotear y quebrantar su apacible vida. Pero ¿cuánto hay de verdad y cuanto de mentira en estas afirmaciones?
Así se cuenta en Marzo de 1883 en el diario madrileño La Correspondencia de España la noticia sobre detenciones de miembros de la Mano Negra en Setenil:
La mano negra.
De nuestro corresponsal especial
Isabel Luna, presa hace dos días en Setenil y conducida a las cárceles de Jerez, después de breve estancia en la de Arcos, es una joven de 18 años, de facciones sumamente bellas, de mediana estatura, negros cabellos, ojos grandes y vivos, boca pequeña, dientes blanquísimos, linda nariz y una armonía de líneas que envidiarían muchas hermosas.
Su natural desenvoltura la acusaría si se ignorasen sus antecedentes, de haber sido una de esas mujeres más habituadas a los placeres de la vida y al trato del gran mundo que a las labores propias de su sexo y de su condición. Su carácter es franco, expansivo, imperturbable. Habla con corrección exquisita, tendiendo á conquistarse la confianza de su interlocutor; más fijándose atentamente, se observan en su fisonomía indicios de que exprime el pensamiento antes de contestar á una pregunta que ella juzgue intencionada.
Declara que ella no ha querido jamás nada contrario á las leyes de la virtud y que por ello siente tranquilidad de espíritu.
No sabe por qué le han preso. De Benaocaz, que es su pueblo, se trasladó hace 30 días á Setenil, en donde se colocó como sirvienta.
“No sabía nada de lo que pasaba, ni que se hacían prisiones, cuando a los 10 días de estar sirviendo me cogió la Guardia Civil y me dijo; vente con nosotros, obedecí, y aquí me tiene presa sin saber la causa”
“Me han asegurado, la dije, que se halla aquí preso también su novio de Vd. Y que está complicado en la Mano Negra.”
“No tengo novio, no señó: me habló de amores alguna vez, pero no había nada formal, por conocernos hacía tiempo”.

Correspondencia de España.
Diario Universal de noticias.
Madrid. 13 de Marzo de 1883


Setenil, como tantos pueblos de Andalucía, enfila las últimas décadas del siglo XX pobre y arruinado, como convaleciente de una larga enfermedad que acabará por finiquitarlo.
¿Qué ha pasado desde aquellos días en que los inspectores del Catastro se asomaran por estos pagos allá por el 1752?
Ya en el Catastro de la Ensenada, Setenil se presenta como un pueblo pobre, aunque noble y digno en su decadencia. Las tierras son ricas, el término grande, son muchos los hidalgos que aún moran en la villa y algo de tierras comunales pertenecen aún al cabildo. En la entelequia jurídica que supone la propiedad de la tierra en el Antiguo Régimen, nos encontramos con haciendas valoradas en una renta determinada que son pagadas anualmente a sus propietarios, mientras son gestionadas por el Común, de manera que se establece un uso por la ciudadanía; arrendamientos para el cultivo, uso de pastos, leña, ganados por familia etc, es decir, una serie de usufructos que son disfrutados por los vecinos del Cabildo en exclusiva frente a los foráneos. Así ocurre en fincas como El Burgo, El Tejarejo, Escalante o la Huerta de los Llanos, propiedad esta última del Hospital de Santa Catalina.
Los setenileños, en su mayoría, son pobres pero al menos pueden hacer uso de gran parte de las tierras del término, llevando sus caballos o bueyes a pastar, recogiendo leña y frutos silvestres, soltando un rebaño de cabras o una piarilla de cochinos por los montes. En fin, vivían, pobres, pero vivían.
Con el triunfo paulatino de las ideas liberales durante las primeras décadas del XIX las circunstancias cambian. La entelequia jurídica de la propiedad e la tierra propia del Antiguo Régimen, chirría en la lógica liberal como una rémora a las tesis mercantilistas. Había que generar riqueza y para ello había de dar entrada al capital privado.
De esta manera, no sólo se expropian las tierras propiedad de las manos muertas, es decir, de la iglesia, sino también muchas tierras de naturaleza jurídica endiabladamente controvertida. Así, gran parte de las tierras de Setenil pasan a manos de capitalistas particulares, dueños ahora si, sin ningún derecho que ceder, de la propiedad. Ya no hay posibilidad de gestión municipal ni de que los vecinos puedan usar los recursos disponibles. El nuevo dueño delimita las tierras, arregla el cortijo y pone en la cruz de la portada el año de la compra: 1854, 1864 etc.
Si extrapolamos este fenómeno al total de Andalucía podemos hacernos una idea del desastre que para la población rural supuso el fenómeno desamortizador. Guerras civiles, revoluciones, nefastas políticas económicas, que se traduce en desigualdades económicas, jurídicas y sociales; Este es el legado de un siglo XIX terrible para los hombres y mujeres de nuestra región. A este proceso político habría que sumar además para nuestra comarca el paulatino deterioro de determinadas actividades agrícolas y comerciales, como la producción y distribución del vino, que supuso la ruina de determinadas explotaciones agrícolas.
Setenil a finales de siglo es pobre y las autoridades locales no pueden, no saben o no quieren paliar la caída en picado de las condiciones de vida de sus convecinos. Las revueltas sociales están a la orden del día, como se desprende de las noticias de prensa, una situación que se mantendrá hasta los años treinta del próximo siglo. El campo andaluz es un polvorín donde las ideas socialistas y anarquistas tienen un caldo de cultivo idóneo.
Los gobiernos de Madrid ponen manos en el asunto; represión, más represión y propaganda. ¿Porqué no se plantearon nunca atajar el verdadero problema; la miseria? Quizás no interesaba.
Una de las estrategias usadas fue la de inventarse una organización terrorista que desprestigiase ideas o movimientos de tipo social. De esta manera, cualquier acto violento, atentado o sabotaje era achacado a la Mano Negra, y así quedaba prohibido el asociacionismo obrero o campesino, las huelgas y cualquier actividad de corte obrero no violento. La Mano Negra, según estudios recientes, fue un instrumento propagandístico y disuasorio empleado por las autoridades para neutralizar los movimientos sociales en el campo andaluz.
Resulta curiosa desde luego la forma en que este corresponsal de La Correspondencia de España aborda el asunto. Rijoso e incrédulo, seducido quizás por la belleza de la muchacha la exculpa de toda pertenencia a la organización maldita, puede que dejando entre líneas lo descabellado o burdo que le resulta la inculpación por las autoridades de pobres campesinos y lindas criadas como peligrosos criminales.
Su detención se debe á indicios de que era una ferviente propagandista internacional. Si esto es cierto, Isabel Luna convertiría al socialismo muchas gentes. Cien mil revistas sociales no harían tanta propaganda como ella si tomara la alternativa imitando a Luisa Miehel”.
No es por nada, pero creo que este sagaz corresponsal madrileño no se cree lo de la Mano Negra, o quizás pensara que Isabel Luna, la bella criada benaocaceña de Setenil, bien mereciera una revolución.
¡Salud!
Fuentes:
Correspondencia de España.
Diario Universal de noticias.
Madrid. 13 de Marzo de 1883
La Mano Negra. Wikipedia