miércoles, 21 de octubre de 2009

El Vivillo en Setenil (2ª parte)






















Que esto del Internet es un medio de comunicación muy dinámico ya lo sabemos, tanto como para tener que revisar muchos de los datos que ayer fueron publicados sobre las fechorías y andanzas de Joaquín Camargo, alias el Vivillo.
Quien la sigue la consigue, y eso me ocurrió cuando modifiqué los canales de búsqueda y encontré algunos textos, que aunque fueron citados en la anterior Entrada, no teníamos en nuestro poder. Así, una vez leídos, podemos retomar el tema, y tratar de dar claridad a estos acontecimientos.
La fecha exacta de los hechos producidos en Setenil, fue el mes de Septiembre e 1905, haciéndose eco de inmediato la noticia en los periódicos nacionales. De esta manera se relata en El Imparcial de Madrid, el 23 de Septiembre del mismo año: "El relato oficial sobre lo acaecido en el camino de Villamartín a varios vecinos de Setenil tiene el sabor de las viejas leyendas del bandolerismo andaluz. No un hombre sólo y desprevenido, sino unos cuantos acostumbrados a aquellas sendas, gentes sin duda, como tratantes y vendedores de feria, con muy escasa timidez, los que sufrieran en el término de El Gastor secuestro, golpes y despojo. Iban los vecinos de Setenil con el pensamiento en sus negocios, y guardando en el pecho billetes y monedas, cuando ocho hombres a caballo (y parece natural que bien pertrechados de armas), saliéronles al paso y cortándoles ánimos y camino.Ya dueños del campo, los bandidos cayeron sobre los infelices asaltados, y luego de amarrarlos, los dejaron sin una peseta y sin un billete (39000 reales en papel y 280 pesetas en billetes formaron el botín de aquel criminal vencimiento), y como los continuadores del viejo bandidaje no estaban de prisa, invirtieron las horas de siesta en aumentar el número de prisioneros con cualquier caminante, que por acaso fuera llevado allí de su mala suerte."
El artículo continúa con las declaraciones ofrecidas por el mismísimo Gobernador de Cádiz que dice que "no se trata de nada político." Recientes estaban entonces años de revueltas y conflictos como para dar pie rumores de convulsión en el campo andaluz. Sentencia finalmente el periodista de esta manera: "Sequía, hambre, emigración, bandidaje: Cada mal va engendrando otro mayor, y ante el crecimiento de todos, unidos en una grande calamidad, sorprende que el gobierno haya olvidado la gráfica máxima con que Romanones describió la situación diciendo; -Hay en España un problema aparte, el problema de Andalucía- ¿A que nuevo horror se espera para afrontarlo?"
Desde luego que el periodista es un poco catastrofista, y seguramente, por la coyuntura que le dan los sucesos de Setenil, aprovecha para atizarle un poco al gobierno de turno. El Caso es que lo acaecido en Setenil, resulta la gota que colma de vaso de la tensa situación que se vive en el campo andaluz debido a la inseguridad y la delincuencia.
Otro periódico, Siglo Futuro, publica el 26 de Septiembre un artículo que aporta nuevos datos y muchos detalles sobre estos sucesos: El robo se produjo el 20 de Septiembre, sobre las diez de la mañana, a la altura del Cortijo de Cabaña, propiedad por aquellos entonces de Don Fernando Troya. Se trataba de una amplia partida bien armada, que fue reduciendo durante horas a todos los que pasaban por ese camino. En total 18 personas acabaron amarradas, entre ellos los setenileños Pedro Guzmán y Antonio Ortiz, que pierden unos 39000 reales, aunque desde luego, la peor parte se la lleva el corredor alcalareño Juan el del Horno, al que le cambian los 60 duros que llevaba por un buen par de guantazos.
Los bandoleros, se dedican a merodear por aquellas tierras durante unos días, llegando incluso a intentar el asalto del cortijo Cabañas, defendido a punta de escopeta por Fernando Troya, Enrique Martí y Pedro Marín. Luego, el artículo ofrece un parte de la Guardia Civil, así como detalles de la fisonomía de los bandidos. La cosa adquiere tal calibre, que el gobernador de Cádiz manda al Teniente Coronel de la Benemérita, Don Manuel Díez Piné, al mando de dos secciones de infantería y caballería, y tratar de organizar de esta manera batidas para dar con los forajidos.
De esta amplia información que nos da el periódico Siglo Futuro, sacamos varias conclusiones: Evidentemente los feriantes iban a la Feria de Villamartín, tratándose de hasta 18 personas reducidas. Los ladrones andan varios días por la comarca, no un día como hablan otras crónicas, llegándose a pensar que incluso podría tratarse de varias partidas bien organizadas que daban golpes simultáneos en lugares diferentes. Otro dato curioso es que aquí se menciona a Juan Camargo como el Vivito, y no como el Vivillo. Por último el corredor apalizado, Juan el del Horno, es nombrado en otras crónicas como José, y siendo de Alcalá del Valle no puede tratarse de mi tatarabuelo Don José Ramírez Torres, que al ocurrir estos hechos, muy probablemente, se encontrara tranquilamente amasando pan en la Calle Ronda (fíjense que mal rato le hemos evitado pasar al buen hombre).
Los hechos siguen dando mucho de que hablar, y el Sábado 7 de Octubre de este 1905, el Periódico Época publica una entrevista con Don Pedro Guzmán realizada por el Sr. Weis. La transcribimos de corrido porque puede ser muy esclarecedora:
"El día 20 del pasado mes me dirijo a caballo por el camino de Villamartín acompañado por los vecinos de Setenil, Antonio Ortiz y Martínez, a quien llevaba como mozo a mi servicio (evidentemente, los hermanos de las cuevas confunden los términos cuñado y criado) Iba yo a la feria de Villamartín para comprar cerdos, a fin de engordarlos en los bellotares de la sierra, industria que ejercemos y que es la base de nuestra vida. Llevaba sobre mi 39000 reales en billetes del banco de España y en moneda de plata 280 pesetas.Al llegar al extremo del cortijo de Cabañas, a dos leguas de Setenil, vimos aparecer de repente a varios hombres a caballo, armados todos de escopetas. Surgieron cuatro por delante como para cortarnos el paso, y cuando nos apercibíamos para la defensa, vimos presentarse por la derecha otros cuatro, caballeros también y no menos bien armados.Al ver como se presentaba aquella gente, de cuyo objeto y propósito no podíamos dudar, intentamos hacer uso de nuestras armas... Aseguro a usted que me eché la escopeta a la cara, y tuve encañonado a un hombre que era sin duda el jefe de la partida, el Vivito (aquí también lo llaman el Vivito). Si hubiese apretado los gatillos habría muerto a aquel hombre, pero comprendí que era inútil la resistencia. A mi descarga hubiera seguido la de los bandoleros. Preferí resignarme al despojo de todas maneras inevitable. Los bandoleros eran ocho, y para resistirlos sólo dos: yo y Antonio Ortiz...¡Las escopetas al suelo! Nos dijeron. Depositamos sobre la tierra nuestras armas. Uno de aquellos forajidos trató de violentar a mi acompañante, golpeándole en el pecho con el cañón de su escopeta. En aquel momento, el que parecía jefe de la partida, y que ustedes los periodistas llaman el Vivito, exclamó, interrumpiendo la acción del que violentaba a Ortiz:¡A ningún hombre se le debe maltratar!No era necesaria la violencia, porque había que rendirse. A mí aquellos bandidos me registraron, y tuve que entregarles cuanto llevaba."
Después de la entrevista, el Sr Weis, autor del artículo, hace su comentario: "¿Es que los dueños de la tierra no están aquí tan seguros de su dominio, que no quieren mezclar la queja con el vituperio? ¿Es que el daño sufrido en su indefensión no advierte de peligros nuevos: la quema de sus mieses, el degüello de sus rebaños, la pérdida de todos sus bienes?¿Es que podría existir el bandolerismo en Andalucía si el propietario, si el hombre honrado, se viera seguro en sus intereses y en su persona."
Evidentemente, el problema de la inseguridad en el campo andaluz estaba bastante politizado.
La cosa, como vemos, produce gran alarma en la opinión pública española. Es entones, que aprovechando lo candente del asunto, el fotógrafo y reportero José Campúa se dirige a Setenil para dar cuenta de los hechos. Los resultados son las seis páginas publicadas en la revista Nuevo Mundo el 19 de Octubre, casi un mes después de los acontecimientos. Significa este reportaje la primera referencia fotográfica de Setenil aparecida en la prensa, que por su contenido y amplitud, resulta un verdadero tesoro para nuestro pueblo.
El intrépido reportero jerezano, (uno de los padres del periodismo gráfico español, no hay que olvidarlo), llega a Setenil de incógnito. Se entrevista con una pareja de la Guardia Civil que se encuentra por la calle y que le dan referencias. Le comentan que le será difícil entrevistar a nadie y mucho menos retratarlos, pero nuestro aventurero reportero es obstinado: Fotografía a los once guardias de reconocimiento por la sierra y al cabo Romano. Se dirige a la Posada de La Victoria, con su fachada de nueve ventanas. Precioso nombre para una posada; ¿Tendrá algo que ver el hecho de que la dueña se llame Dña. Victoria Vargas Valencia, que aparece en la Guía como regente de la Casa de Huéspedes (que útil nos está saliendo la lista). José Campúa, hace fotos tanto del exterior, como del interior. Yo pondría la mano en el fuego de que se trata de nuestra conocida discoteca La Pozá, en la Calle Ronda, por la curva que coge la casa. El reportero explica que hay testigos de que El Vivillo se alojó allí no hacía mucho. En esta posada se entrevista y retrata el alcalde, Don Sebastián Guzmán, que se libró por casualidad de sufrir la misma suerte que su primo Pedro. Luego realiza unas impresionantes instantáneas de la calle Triana y las Cuevas del Sol, prácticamente al nivel del río. Entrevista a José el del Horno, aún convaleciente de la paliza que se llevó el día de autos. José Campúa se agencia un caballo y recorre la sierra en busca de información, entablando contacto con una partida de ocho Jinetes, muy bien armados todos, y que se dejan fotografiar de una manera muy flamenca. Don José regresa a Setenil dispuesto a retratar al principal protagonista, Don Pedro, junto con Don Antonio Ortiz y el señor Pilar, libertador de los secuestrados. Supongo que todo esto lo haría en unos cuantos días, porque de otra manera mucho le habría cundido la faena. El resultado como digo es estupendo y merece la pena que lo disfruten íntegramente.
Aquí dejamos por lo pronto las historias del Vivillo o Vivito, y a estos arrojados setenileños que viajaban con las escopetas en ristre, valientes como corresponde a los hombres de estas sierras antiguas cargadas de historias y leyendas. El arrogante Fernandarias y el intrépido Alcaide Cordi, no podrían tener mejores herederos.
Por cierto, en todos estos reportajes y artículos periodísticos, no mencionan nada de lo que me contó mi amigo, tataranieto de Don Pedro, sobre si olvidó o no el dinero en su casa. De todas formas, retratado el rico labrador setenileño, ¿No les parece que tiene una extraña y enigmática sonrisa? Quizás no le hubiera contado al periodista todo lo que ocurrió. Quién sabe, Hay cosas que siempre quedarán en la leyenda.

lunes, 19 de octubre de 2009

El Vivillo en Setenil

Como avisé en la presentación de este blog, hace cerca de un año, no quería en el apartado de Historia hacer una relación lineal de los acontecimientos, sino ir saltando conforme la actualidad o la información disponible lo impusiera. Así, después de la última entrada relativa a la Guía de Setenil de principios del siglo XX, y tras conversación con el descendiente de uno de los señores que aparece en la lista, me cuentan la anécdota del famoso bandolero Joaquín Camargo, alias El Vivillo, por tierras Setenileñas. Se trata del famoso robo que la partida de bandidos, perpetra a unos vecinos de Setenil.
Nació Joaquín Camargo en la localidad sevillana de Estepa en 1865, en el seno de una humilde y numerosa familia. Desde joven, por lo impetuoso de su carácter y su agilidad fué apodado El Vivillo, mote que no hizo más que acrecentarse con el paso de una vida dedicada al contrabando y al robo. Representa este bandido de los albores del siglo XX, un heredero de esos bandoleros que a principios del siglo XIX, cabalgaban por la Serranía de Ronda con la navaja en la faja y el trabuco en ristre; la manida imagen que los viajeros románticos dieron de Andalucía al mundo.
El radio de acción de este Vivillo nuestro, viene a ser la parte más occidental de la Serranía, es decir Setenil, Alcalá del Valle y el camino que le lleva a su Estepa natal, dedicado al robo y sobre todo al contrabando, actividad muy común dada la cercanía a Gibraltar. Aparece Setenil como un punto estratégico de esta ruta: "...No olvidemos tampoco que había sido contrabandista y que se había hospedado muchas veces, camino de Gibraltar, en la vieja posada de Setenil, una casa blanca y encalada con nueve ventanas."
Fuente: Setenil de las Bodegas. Hermanos de las Cuevas.
El salto a la fama de el Vivillo se da en 1893, con el robo a los feriantes que volvían de la feria de Villamartín. Un artículo de Francisco Rodríguez Marín, publicado el 21 de Febrero de 1909 (16 años después de los acontecimientos), da fe del suceso, cuando trata de dar una semblanza del bandolero capturado en Argentina y extraditado a España: "Si en el tiempo, todavía no remoto, en que perpetraba sus fechorías, la Guardia Civil hubiera capturado al Vivillo y llevádolo del campo a la cárcel, todos hubieran visto en ello la causa de un mal vivir, y nadie, fuera de lo estrictamente cristiano, habría sentido, ni pizca, que se aplicase es más severo castigo, pero preso en la República Argentina cuando, al lado de su familia, libraba su pan el el trabajo y no en el crimen, sacado de aquella tierra, en donde su ignorancia de las leyes internacionales le persuadió de que no corría riesgo sus libertad, y entregado en frío a los tribunales de España, el temible bandido de otras calendas hácese objeto de lástima y una grande oleada de piedad invade los corazones". Además, como le cuenta el propio bandolero a un periodista a su vuelta a España; "Mi existencia aventurera podrá tener alguna mancha, pero ninguna gota de sangre." Cuenta dicho artículo, como a la vuelta de la feria de Villamartín, un grupo de caballistas esperan a los feriantes que volvían con las carteras repletas de las ventas de ganado. Al recibir el alto, unos ocupantes del segundo coche responden disparando a los bandidos e hiriendo a alguno de ellos. Viajaba en uno de los coches un rico hacendado malagueño, que viendo como se ponía el asunto, guardó su cartera bajo el asiento del carro. Finalmente los bandoleros dominan la situación, desvalijan a los feriantes y los atan. Cuando le llega el turno al malagueño, es conocido por el Vivillo, que con mucha guasa, le pide a uno de sus lugartenientes que le traiga un cojín para que pase la noche más comodo. Al levantar el asiento da con la cartera y con unos miles de pesetas que había dentro. Todas los indicios se volvían contra la partida del Vivillo, aunque no pudieron encontrar ninguna prueba concluyente que inculpara al bandido estepeño, es más, consiguió este excelentes coartadas, tales como que gentes de diversa condición social lo habían visto la noche de autos en su localidad natal. El caso es que, constituido el tribunal que debía juzgar los hechos, en la sala de espera, uno de los abogados conoce al malagueño robado y le pregunta si llegó a reconocer esa noche al Vivillo. Este le responde así: " Yo no estoy cierto de que lo fuera, porque estaba oscura la noche, y yo no tenía el espíritu para ir reparando en fisonomías. Pero valgan verdades: Aunque lo hubiera conocido y fuera ése, yo no lo diría, no por miedo ni cosa semejante, sino porque al que mandaba en los otros, le debo la vida, después de debérsela a Dios y a mis padres." Sigue contando el malagueño, que cuando los de la segunda carreta repondieron con disparos al alto de los bandoleros, uno de los heridos gritó: ¡A matarlos a todos!, otro gritó: ¡Eso! ¡A matarlos a todos! ¡Creo que nos han conocido!¡Hombre muerto no habla! Y de seguro nos hubieran matado, pero entonces su caporal se impuso diciéndoles: ¿Qué va aquí juzgado? ¿Quién habla de matar? ¿Venimos por sangre o venimos por dinero? Estos hombres están entregaos, ¡Dios les ayue y nos ayue a nosotros, que güena farta nos ace! Y a esta actitud debemos todos la vida."
Sigue el artículo Don Francisco Rodríguez Marín, pidiendo que se tenga en cuenta esta anécdota a la hora de enjuiciar los hechos. Nosotros que no pretendemos enjuiciar a nadie, podemos al menos hacernos una idea de la pasta de la que estaba hecho Joaquín Camargo.
Como dijimos al principio, la relación del Vivillo con Setenil era muy estrecha, pues era punto obligado en su ruta contrabandista. Se alojaba en la posada setenileña, y pese a no conocer bién el juego del dominó, era común verlo dándole a la fichas y alternando en el pueblo, lo cual le sirvió en no pocas ocasiones como excelente coartada; "¿Cómo podía haber cometido ese delito del que me acusan, si pasé la noche jugando con estos señores?"
Así, el bandolero conoce las constumbres del pueblo, a sus gentes y lo que es más importante; la pasta que tienen. Dar un golpe en Setenil sólo era cuestión de tiempo.
En 1903, el Vivillo roba 2000 duros al rico propietario Pedro Guzmán, y deja atados a otros siete hombres. En 1905 viene a Setenil el famoso fotógrafo y periodista jerezano José Campúa para dar cuenta de los hechos, realizando un reportaje que es publicado el 19 de Octubre en la revista Nuevo Mundo (Año XII, Nº 615). Significa este, la primera aparición de Setenil en la prensa, con fotografías del Puesto de la Guardia Civil, el cabo Don Mariano Romano Escribano liándose un cigarrillo y dando instrucciones a un guardia, además de diferentes instantáneas del pueblo y del río. Los hermanos de las Cuevas lo cuentan de esta manera: "Campúa retrata también la Cañada del Boquerón (¿?), donde el Vivillo robó la cantidad de 2000 duros a Don Pedro Guzmán, de Setenil, y dejó a siete hombres amarrados, entre ellos a Antonio Ortiz Plata, que era cuñado de Don Pedro. Por cierto, el Señor Pilar que pasaba, libró a los siete presos de sus ligaduras. Entonces era alcalde de Setenil un primo hermano del robado, Don Sebastian. Campúa visita, además a José el del Horno, igualmente robado por el Vivillo. El Tema es de tal actualidad que ocupa siete páginas enteras en couché de una revista nacional que tiene veinte." ¡Siete páginas nada más y nada menos! (Por más que he buscado no he dado con la revista).
Ahora es cuando podemos tirar de la Guía: Don Pedro Guzmán aparece en la lista como uno de los mayores contribuyentes de Setenil (Un descendiente suyo me comenta que era dueño de varias fincas, entre ellas La Limosna Alta y La Limosna Baja). El alcalde no coincide con el de la lista, cosa muy normal si tenemos en cuenta que entre las dos publicaciones (guía y reportaje), puede haber una diferencia de cuatro o cinco años. José el del Horno, puede tratarse de Don José Ramírez Torres, cuya foto fué publicada en la anterior entrada, y que era dueño de un horno de pan en la Calle Ronda (era además tatarabuelo del que les escribe).
Un descendiente de Don Pedro Guzmán, comenta de esta manera los hechos en su blog El Almirante Ruina: "La cantidad no era desdeñable, 2.000 duros en el año 1893(¿?), producto de la venta de bestias en la feria de Villamartín; el propietario de esa cantidad era Pedro Guzmán, vecino de Setenil de las bodegas y tatarabuelo materno mío. La partida del "Vivillo" , famoso bandolero de la sierra de Cádiz, sabía lo que robaba y a quién robaba; cuentan las leyendas familiares, que el rico labrador y el bandolero, compartían amante y que ella se encargó de informar al mismo, del éxito en la feria ganadera.
Joaquín Camargo Gómez, murió en Argentina y apenas pisó la cárcel. El maestro de escuela que le puso el apodo, no se equivocó al decir que el niño era "vivillo en demasía" y él se encargó de confirmarlo.
Leo historias de bandoleros e imagino esas vidas, de monte, jaramagos, trabucos y candela."

Don pedro debió de tener gran descendencia, pues otro tataranieto suyo me contó el pasado fin de semana una nueva versión de los hechos: Era este señor un hombre rico que tenía gran cantidad de tierras en Setenil. Poseía además un caballo que no sólo era conocido en el pueblo, sino en toda la comarca. Un día en que Don Pedro se dirigía a no se que feria, fué atracado junto a su cuñado y otros feriantes por la partida del Vivillo. Fueron devalijados y atados, y el bandolero se llevó además el renombrado caballo en cuyas alforjas Don Pedro llevaba su cartera y demás pertenencias. Cuando fué liberado, compungido, el rico labrador le explicó a su mujer como perdió el caballo y el dinero: "¿El Dinero?", le responde su mujer. "¿Te refieres a la cartera que te dejaste encima de la cama?". Cuenta mi amigo, que Don Pedro atinó a decir: "Anda que si me llego a la feria sin un real, buen viaje hubiéramos hecho". Fué por este descuido por el que Don Pedro se ahorró de perder 2000 duros, ¡10000 pesetas de 1903! En esta última historia, el robo se produce cuando los feriantes salen de Setenil, en la de su pariente del Blog, los feriantes regresan con dinerito fresco de las ventas en la feria. Sea como fuera, me gusta esta segunda versión que viene a rebatir el final de una historia que tiene más de cien años. Nos queda la duda de ver la cara que se le quedaría a Joaquín Camargo el Vivillo, cuando comprobara que las alforjas de Don pedro estaban más secas que el ojo de Benito.
Vean de que manera tan romántica y estereotipada, nuestro Setenil se asoma a la nueva era: Una historia de Bandoleros del Siglo XX. No podía ser de otra manera.

Para saber más:

Museo del bandolero. Nombres: Joaquín Camargo "el Vivillo"
ABC Sevilla. 14/08/2008. La Épica del Bandolero.
ABC Sevilla. 4/09/1964. El Hombre del Saco.
El Almirante Ruina. Blog de un rondeño en le exilio. El Vivillo.
Blanco y Negro. 24/09/1911. El Vivillo de Picador
José Luis Campúa. Periodista y reportero. Ateneo de Córdoba.
Nota: Gran parte de la vida del Vivillo se desenvuelve entre el mito y la realidad, así como muchos de los hechos que aquí se describen. La bibliografía sobre el célebre bandolero es inmensa, y no tendrán dificultades en encontrar cualquier manual con datos más contrastados. Yo en ningún momento he pretendido quitar ese velo de misterio que envuelven los acontecimientos que aquí se relatan.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Guía de Setenil de principios del S.XX

Transcribimos a continuación un extracto de la Guía de La Provincia de Cádiz, de principios del siglo XX, donde se hacía una relación de los cargos públicos y principales actividades profesionales de cada pueblo. Mientras leemos los nombres y oficios, damos un auténtico salto en el tiempo y nos imáginamos como serían esas gentes y esos oficios de los que nos habla la guía. ¿Cómo sería esa época que les tocó vivir?, ¿cómo sería ese Setenil de principios de siglo? Quizás fuera bonito, pero seguro que también pobre y duro, tanto como esa España que conocemos por los libros y por las viejas fotos que se pudren en los desvanes.
Estas gentes que aparecen en la guía, nacieron en el siglo XIX; conocieron una España de pronunciamientos, guerras y revoluciones, vivieron la pérdida de Cuba y nuestras últimas colonias oceánicas, quizás alguno viviera la Guerra Civil, pero la mayoría ya era demasiado mayor. Hoy no puede quedar nadie que haya conocido en persona a alguien de esta lista (bueno, eso creo), aunque seguramente, por fotos o comentarios de nuestros mayores, se podrá conocer a algún familiar. Yo en mi caso he podido distinguir el nombre de mi Tatarabuelo, es decir, el abuelo de mi abuelo (mi quinto ascendiente), que aparece en la foto junto con su mujer y su nieta (el año de la foto es 1910 aproximadamente).
Seguramente, en sus mentes de campesinos y artesanos provincianos, sería inconcebible que más de cien años después, sus nombres y sus profesiones aparecieran en un medio tan ajeno a sus vidas como es Internet. Sinceramente, no deja de conmoverme el hecho de imaginar la vida de otras personas que nos han precedido en la tarea de vivir y de los que hoy en día, nosotros, somos lo único que queda de ellos. Quizás sus frustaciones, sus anhelos e ilusiones no sean tan diferentes a las nuestras.
Si alguien conoce a un familiar que aparece en la lista, y quiere contar algo o publicar una foto suya, no duden en usar el apartado de comentarios.


Guía de la Provincia de Cádiz (año de 1900) Villa de Setenil (pág. 16 y 17)


SETENIL DE LAS BODEGAS.-Villa): Derivase según unos de xat (ribera) al de nil (gozo o contentamiento), y según otros se septe (siete) nil (nada), que significa haberle puesto site veces sitio y no poder conquistarla: también los cristianos de la reconquista le dieron el nombre de Satanás por lo indomable y bravío del carácter de sus habitantes.
Perteneció a la provincia de Málaga hasta la nueva división territorial que pasó a la de Cádiz.
Tiene señalados para su feria de ganados los días 24,25 y 26 de Agosto de cada año, y atraviesa la población el río Guadalporcún.
Dista la estación del ferrocarril de la línea de Bobadilla a Algeciras unos dos kilómetros.
Existe un manantial de aguas sulfurosas, con preparación para baños, dentro de la localidad.
Ayuntamiento
Alcalde: D.Antonio Barriga Anaya
Teniente 1º:D.Manuel Sánchez Serrano
Idem 2º: D.Juan Marín Vargas
Concejales: D. Pedro Porras Benítez, D.Blas Camacho Jiménez, D.Diego Valencia Pérez,D.José Zamudio Higuero, D.José del Río Ortiz, D.Francisco R. González Ríos y D. Juan J. Porras Ríos.
Secretario: D.Celestino de Castro y Castro
Oficial:D. Gerónimo Roldán Candial
Juez Municipal: D. Juan Pérez Vargas
Suplente: D.José Becerra Zamudio
Fiscal: D.Juan Molinillo Guzmán
Secretario del Juzgado: D.Gerónimo Roldán Candial
Cura propio: D.Bartolomé González Marín
Coadjutor: D.Francisco Guzman Zamudio
Presbítero beneficiado: D.José Zamudio Sánchez
Sacristán sochantre: D.Francisco Jiménez Anaya
Maestro de niños: D.Antonio Fierro Martín
Maestra de niñas: Dª Raimunda Fernández Monge
Auxiliar de niños: D.José Jiménez Ortega
Maestro de la sección nocturna de adultos: D.José Jiménez Ortega
Médico titular: D.José Pérez Vargas
Idem particular: D.José Troya Atienza
Mayores contribuyentes: D.Francisco Guzmán Anaya,D.Francisco del Río Calvente,D.Juan Jiménez Anaya,D. Sebastian Guzmán Zamudio,D.Pedro Camacho Benítez y D.Pedro Guzmán Zamudio
Traficantes en granos: D.Alonso Quijada Domínguez,D.Bartolomé Camacho Anaya, D.Diego Valencia Pérez, D.Juan Valencia Guzmán y D.Pedro Camacho Benítez
Comercio de tejidos: D.Juan Carrasco García,D.Francisco J. Domínguez Alvarez y sucursal de D.Salvador Ruiz Morillas.
Idem de comestibles: D.José Vargas Valencia, D.Antonio Avila Camacho, D.Francisco Sánchez y D.José Pérez Benítez
Café y vinos: D.Pedro Molinillo Domínguez
Café y billar: D.José Domínguez Camacho
Zapateros: D.Cándido Peña Fernández,D.Joaquín Arroyo, D.JuanGarcía, D.Manuel López Feriva, D.Antonio Puya González, D.Juan Peña Jiménez,D.Francisco Peña Fernández, D.José Peña Fernández, D.Diego Peña Fernández.
Talabartero: D.Fernando Fernández Naranjo
Carpintero y ebanista:D.Antonio Alvarez Becerra
Herrador: D.José Guerrero Domínguez
Lampistero: D.José L. Scoto Mota
Armero: D.Juan Marín Valle
Herrero: D.Francisco Navarro García
Fotógrafo y dentista: D.José Luna Martín
Cirujano menor: D.Emilio Cubiles González
Maestro de música: D.Juan Moreno
Tablajero: D.Pedro Porras Valencia
Contratista de pesas y medidas: D.José Porras Ortega
Comercio de drogas: D.Juan Pérez Vargas
Casa de huéspedes: Dª Victoria Vargas Valencia
Corredor: D.Diego Domínguez Camacho
Panaderos: D.José Ramírez Torres, D.Diego Nuñez Ortiz, D.Francisco Jiménez Anaya
Molinos harineros: D.José Anaya Marín, D.Sebastian Aguilera Porras,D.Antonio Tirado Aguilera, D.Antonio Porras Aguilera y D.Manuel Ortiz Martínez
Fábricas de aceite: D.Francisco Guzmán Anaya, D,Francisco Quijada Domíguez y D.Sebastian Ortega Guzmán.

Nota: Salvo la primera foto, que es de la famosa colección de Miguel Martín de los años 20, el resto puede ser perfectamente de los años 50, casi medio siglo más modernas que la fecha en la que se publicó la Guía que hemos conocido.

De Fotos Antiguas 1



De Fotos Antiguas 1



De Fotos Antiguas 1



De Fotos Antiguas 1

De Fotos Antiguas 1

Puente de la Hispanidad en Setenil

Este pasado puente del 12 de Octubre no he podido estar en Setenil, pero según los testimonios, hemos tenido "overbuking", es decir, se ha puesto el cartel de completos. La crisis achucha, pero la gente se anima a coger el coche y darse un paseo para conocer esta Andalucía nuestra tan bonita. Además, el tiempo acompañó de lo lindo, que ya llevamos dos semanas de un veranillo del membrillo más que pasado de rosca. Con la afluencia de visitantes, los Blog de viajeros domésticos han disparado las alertas por palabras en Google para Setenil. He seleccionado este que me parece muy curioso y que la autora (creo que es mujer) titula: mi toma de Setenil, dentro del su Blog A Vuela Pluma. A parte del original comentario, que se sale un poco de lo tradicional, nos coloca una presentación por diapositivas de diferentes instantáneas del pueblo, de muy buena calidad por cierto.
Pues nada, lo dicho, os dejo con A Vuela Pluma y su particular Toma de Setenil.

sábado, 10 de octubre de 2009

Setenil de las Bodegas; de los Hermanos de las Cuevas





Seguramente habréis visto en el apartado de fuentes o bibliografía, muchas referencias al libro de Los Hermanos de las Cuevas dedicado a Setenil. Creo que puede ser considerado como uno de los libros de cabecera de este blog, sobre todo en los temas referidos a historia, ya que nos ofrece una completa recopilación de hechos y acontecimientos acaecidos en nuestro pueblo. Pertenece este libro a una colección de monografías titulada "Pueblos de la Provincia de Cádiz", publicadas por el Departamento de Publicaciones de la Diputación de Cádiz, correspondiéndole a Setenil el nº11. En concreto, la edición que yo tengo es de 30 de Noviembre de 1962, impreso por Editorial Jerez Industrial. Hoy día es muy difícil encontrarlo, por la sencilla razón de que fue una edición limitada que se circunscribió al ámbito local y comarcal, y que debido a la mala calidad de la encuadernación, la mayoría de los ejemplares están rotos o descosidos.
Yo recomiendo que cada cual lo busque en el desván de su casa, y que después de limpiarlo le eche un vistazo. Merece la pena leer esa prosa barroca y añeja que los hermanos de las Cuevas dan a sus textos, muy alejados de la fría, distante y científica, propia de los ensayos históricos actuales (también se puede encontrar en cualquier biblioteca de la provincia).
Eran estos señores naturales de Arcos de la Frontera, a cuyo estudio dedicaron gran parte de su obra, que por suerte se extendió a otros pueblos de la provincia. La mayoría de su producción literaria la realizaron juntos, destacando la novela Historia de una Finca, considerada como una de las obras más importantes de la narrativa andaluza de la mitad del franquismo.
Los hermanos de las Cuevas hablan de Setenil con el respeto que les da su conocimiento de la comarca, de los pueblos de Cádiz que como el suyo, aún conservan vestigios de un pasado glorioso que perdura en sus legajos. Hablan del Setenil del romancero, de las hazañas de la vida en la frontera; de asuntos de capital interés y de los detalles más insignificantes, de los hidalgos y los bandoleros, olvidándose muchas veces de la contrastación científica de los hechos, para abandonarse en la bruma del misterio.
Además, resulta impresionante la bibliografía que los autores recopilan en este libro, tanto moderna como antigua, que nos brinda la oportunidad derealizar un estudio más detallado de los asuntos tratados.
Los hermanos de las Cuevas, andaron por el Setenil de los años 60 realizando sus estudios. Por lo que cuentan en su libros fueron bien tratados tanto por las autoridades locales como por los vecinos. Ya en aquel entonces eran escritores de prestigio, cuanto menos en el ámbito provincial, y el salvoconducto de la Diputación de Cádiz tenía su peso (Hay que recordar que José y Jesús de las Cuevas formaban parte de ese elenco de intelectuales que recorrieron la provincia de Cádiz durante las famosas Jornadas Literarias).
En ese ambiente intelectual propio del tardofranquismo, donde todo era cortesía y parabienes para los visitantes, los hermanos de las Cuevas agradecen a todas aquellas personas que les han prestado ayuda, que les han dejado papeles "de sus casas",que les han contado historias y leyendas y en premio, nombran sus ilustres apellidos en el libro (eso siempre da mucho lustre).
José y Jesús de las Cuevas recomiendan a las autoridades un cuidado más exaustivo del patrimonio setenileño, tanto de edificios históricos como del famoso Archivo Municipal, del que seguramente extrajeron gran parte de su información. Así recomiendan que se guarde en un lugar acondicionado y seguro para impedir que la humedad, los ácaros o manos curiosas den al traste con tan preciado tesoro. Así mismo, son los primeros en proponer una especie de protección para los ya de antaño, famosos bosques setenileños:
"...sin embargo, y aquí está la tragedia, los encinares de Setenil han empezado a talarse tristemente. Los propietarios sin dinero piden créditos para repoblar los encinares por olivos y vivir mientras del carbón. Cada día las calvas en el encinar famoso son mayores. Ya se ven incluso en los aledaños de Setenil, desde la carretera de El Gastor. Habría que hacer algo urgente para salvarlos".
"El Diccionario Geográfico Ilustrado de 1883, nos proporciona otro dato curioso: Setenil goza de grandes y copiosos nogales. ¿dónde estaban esos nogales? En la Provincia de Cádiz, hace veinte años, sólo quedaban 1850 nogales sin cortar. ¿Cuántos de esos nogales eran los supervivientes de Setenil?
Bueno, como casi siempre, tuvieron que venir de fuera para decirnos como había que hacer las cosas.
Para entender la escritura tan particular de los autores, vean de que manera tan graciosa nos hacen un recorrido por nuestros campos: "El término de Setenil tiene actualmente 4647 hectáreas. Olivares, encinares, tierra calma y alguna que otra viñita todavía (Setenil tiene 783 edificios. Las cortijadas y los caseríos en el término son: Ahumada Alta y Baja, Las Armas, Arroyo de Alcalá, Arroyo de El Calle, Arroyo de El Burgo, Arroyo de El Trejo, Arroyo Hondo, Campiña, Cruz Blanca, El Chorrero, Las Higueras, El Higuerón, las huertas de el Río, Las Limosnas, El Manchón de Las Rosas, La Mata, La Mata de Vargas, La Molinilla, El Molino de Vargas, Los Molinos del Río, Los Montes, El Nogalejo, Pagodulce, Perpiñán, Serna, Los Toriles, Trejo con diez edificios, La Venta de Leche con ocho edicios a 1300 m. eterno cruce de caminos.) En los archivos, en los legajos, aparecen nombres de fincas con olor al medievo o al XVI. Muchos de estos nombres perviven aún con su viejo aroma. Verbigracia: Cortijo de la Boca de Alcuxca, Fuente del Hombre, Florida de Martel, Venta de Leches, Las Limosnas, El Manchón de las Rosas, La Umbría, La Mata del Marqués, La Manzana, Girón, Cortijo de Don Fernando, Doña María- ¡que bonito, una finca que se llama Doña María!-, y no digamos nada de las huertas: Huerta del Caballero, Huerta de la Mariposa, y luego las huertas de los viejos apellidos: Huerta Gavilán, Huerta Villalón, Huerta Zamudio..."
Los comentarios de los autores conservan ese tono tópico y sensacionalista de otros escritores-viajeros de la época; "Lo curioso es que no se le ve hasta que lo tenemos encima, casi asomados a su borde en la carretera, como un viejo tesoro que hubiera aparecido en el fondo de la tierra... Setenil es como la antítesis, el revés de Arcos. ¿Por qué no? Arcos está construido hacia arriba, de la tierra a la torre, mientras Setenil está construido hacia abajo, de la torre a la cueva, de una manera inverosímil". Finalmente, una impresión de los autores aparecida en Blanco y Negro (nº 2461, de 4 de Julio de 1959), y apuntada en nuestro libro: "...después de una de esas tormentas rápidas de primavera, en las que el sol brota después de la lluvia, el río hierve entre chiquillos, puentecillos, barro, siete u ocho patos perezosos. Los cristales de las casas, de los miradores, de los techos, de las calles, de las cuevas, gota a gota. Setenil tiene, entonces, una morbosa belleza oscura y violeta, que tardaremos muchos años en olvidar."
Si tienen oportunidad de pillar este libro, no duden en dedicarle un rato y verán como les atrapa desde los primeros párrafos. Para los que ya lo hemos leído, siempre hay ocasión de darle un repaso.
Les pongo un enlace para descargarse parte de la novela Historia de una Finca.
Gerardo Diego: Un Poeta en Setenil (jornadas literarias en la provincia de Cádiz). Setenil Rural. 5 de Junio de 2009. (ver apartado de cultura de este blog, o acudir a las entradas del mes de junio).
Portada de la foto de cabecera: "Setenil de las Bodegas" de Enrique Isasi.
En estos enlaces de la Hemeroteca ABC Sevilla, hay entrevistas a los hermanos de las Cuevas y noticias sobre la publicación de la colección "Pueblos de la Provincia de Cádiz":














miércoles, 7 de octubre de 2009

El escudo de Setenil de las Bodegas.


Setenil cuenta con un sencillo pero bonito escudo, que tiene en el yugo y la coyunda, sus elementos significativos y diferenciadores, resultado de la incorporación de la divisa de los Reyes Católicos tras la conquista.
En su artículo de 7 de Agosto de 1970 publicado en ABC de Sevilla, Don Jose Antonio Delgado y Orellana, hace un breve pero clarificador estudio de la historia del escudo de Setenil. Así Setenil adoptó como escudo propio el mismo que el de la ciudad de Ronda, a la que pertenecía por privilegio de los Reyes dado en Baza el 20 de Mayo de 1485: "sin que no pueda ser quitada ni apartada de esta dicha cibdad por Nos ni por los Reyes nuestros sucesores por ninguna razón que sea o ser pueda". Claro está, que esta regia orden no se cumplió y tras el pago de 23000 ducados a la corona y al Cabildo de Ronda, en 1630 Setenil consiguió su independencia. Sería interesante saber como se pagó esta suma de dinero, de que manera se consiguió, quienes fueron los donantes y lo que significaba para ellos lograr la independencia de la Ciudad del Tajo, dando por buena, claro está, la información que el bueno de Don Jose Antonio publica en su artículo.
El caso es que Setenil, una vez libre de la jurisdicción rondeña, mantuvo como escudo el mismo que Ronda, como mínimo hasta el 1711, según se puede ver en los sellos de los archivos municipales. Por la razón que fuera, este escudo cayó en desuso, dándose la circunstancia de que un alcalde apellidado Vilches usó el suyo propio como representativo de la villa:
"Pérez Aguilar sostiene que fue el alcalde, Pedro Ximénez Montero de Vilches, quien adoptó o simplificó como escudo de su villa, el propio de los Vilches, que no es mal escudo. Recientemente se descubrieron en los legajos del archivo unos escudos con flechas y yugos como los de los RR.CC sobre Setenil. ¿Habrán concedido también los Reyes Católicos su escudo a Setenil? Difícil parece la cosa para que don Pedro Ximénez Montero intentara cambiarlo, aunque fuera por el de Vilches. Quedémonos mientras tanto con el conocido, que es bonito de suyo."
Fuente: Jose y Jesus de las Cuevas. Monografías "Pueblos de las Provincia de Cádiz" Nº11. Setenil de las Bodegas. 30 de Noviembre de 1962.
La cosa queda clara, los estudios a los que se refieren los hermanos De Las Cuevas, son aquellos de los que habla el Señor Delgado Orellana sobre la aparición de legajos con el sello conocido. Durante el siglo XIX, el uso de dos escudos ocasionó cierta confusión, y aunque a mediados del siglo XX se reconociera al original sobre el de Vilches, ningún documento oficial lo refrenda.
Así, el autor del citado artículo, exhorta al Ayuntamiento de Setenil para que legalice un escudo, que sin perder el significado de sus símbolos, se diferencie del de la ciudad de Ronda (que ya por cierto había modificado del original). Don Jose Antonio Delgado y Orellana propone para nuestro pueblo el yugo de plata y la coyunda de oro (inversos los colores a los de Ronda), y al timbre, corona real abierta, que es la que corresponde a los concejos anteriores a la dinastía borbónica.
Ufano y satisfecho de su trabajo, nuestro erudito concluye de esta manera:
"De esta forma sobria, elegante y expresiva fue sometido a información pública el expediente y aprobado por el Ayuntamiento de Setenil en sesión plenaria y extraordinaria celebrada el 23 de Mayo de 1969, dictaminado favorablemente por La Real Academia de la Historia y, finalmente, aprobado en Concejo de Ministros por Decreto Nº1591 de 29 de Mayo de 1970, publicado en el Boletín Oficial del Estado el 15 de Junio del mismo año."
Les dejo un enlace con el artículo del que sacamos esta información. Curioso de veras.
Otras obras de Jose Antonio Delgado Orellana: Heráldica de la Provincia de Cádiz/Heráldica Municipal de la Provincia de Cádiz (si alguien encuentra alguno de estos libros que me los deje).

De Instantáneas

lunes, 5 de octubre de 2009

El Veranillo del Membrillo en Setenil


Supongo que esta prolongación del verano ya metidos en octubre no puede ser otra cosa que el famoso veranillo del membrillo, porque esto ya es mucho cambio climático. Este fin de semana ha hecho verdadero calor durante el día, de tener que buscar la sombra, aunque por la noche la temperatura han sido de lo más agradable.
Llega un momento verdaderamente rico para la gastronomía local; Es el tiempo de recoger las frutas de otoño; membrillos, granadas, peras, brevas, manzanas tardías, esperar que terminen de madurar las nueces y bellotas, quizás algunas castañas, empezar a endulzar las aceitunas.
Propongo un menú tipicamente setenileño para estos días de octubre: aceitunas frescas recién aliñás, pimientos asados, con ensalada de coles con nueces y granás, alguna codorniz asada de los últimos días de veda y carne de membrillo de postre. Todo regado con un vinillo de esos que conocimos el otro día. ¿les apetece?
En la foto; Alejandro y Alvaro miran sospechosamente los membrillos. No me fio un pelo de estos dos granujillas.


De vendimia 09

De vendimia 09