jueves, 14 de abril de 2011

La patirroja


Pocas cosas hay tan bonitas en el campo como cruzarte con una pareja de perdigones a la carrera, sólo quizás una pasada a tu vera en vuelo rasante, buscando la protección de los trigos o del cercano olivar.
La patirroja, la salvaje y montaraz perdiz, alma y esencia de la caza menor, se ve cada vez menos por esas verdes campiñas. Dicen las gentes de campo que era normal encontrarte una nidada de 10 ó 12 perdigones, cuando hoy apenas se ven un par de ellas detrás de la madre. Los pesticidas y plaguicidas tienen en gran medida la culpa pues debilitan su capacidad reproductiva y la calidad de los huevos, así que sería estúpido achacar su descenso a sus depredadores naturales.
Esperemos que se tomen las medidas adecuadas para conservar la especie y que esta perdiz que se envalentona en su jaula ante la cámara, no sea la única manera de disfrutar de este pájaro tan señero y tan nuestro.

2 comentarios:

  1. Tú los has dicho Rafa, sería estúpido achacar la disminución de la población de perdiz roja a los depredadores, entendiendo por depredadores a aquellas especies de fauna silvestre, mamíferos o aves, que se alimentan de otras para subsistir. Estos solo contribuyen a mantener un equilibrio ecológico natural, equilibrio que solo rompe de manera salvaje un superdepredador llamado hombre, incidiendo de manera destructiva, a veces irreversible, sobre las demás especies.
    En el caso concreto de la campiña de Setenil, si la observas detenidamente podrás constatar la poca vegetación natural que existe, pues la ignorancia, a veces una mal entendidas prácticas agrícolas intensivas, hacen que los agricultores eliminen de manera sistemática todo lo verde que crezca en bordes de caminos, lindes, arroyos, tierras incultivables, alrededores de cortijos, etc., destruyendo con ello el hábitats natural de las aves de campiña y sus posibilidades de reproducción. Lo curioso del caso es que la mayoría de estos agricultores también son aficionados a la práctica de la caza u obtienen beneficios por la explotación cinegética de sus tierras.
    Hace diez/doce años se dio una mortandad inusual de perdices adultas en la campiña; tras los correspondientes análisis a los cadáveres recogidos en la zona, resultó que la causa de las muertes fue la ingesta de semillas de cereales (trigo y cebada) tratadas con un insecticida llamado Lindano, hoy prohibido en agricultura por sus efectos tóxicos tanto para personas como para el resto de animales.
    Un saludo.

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  2. Hola Vespertinus
    Toda la razón: prácticas agrícolas insostenibles con el medio ambiente, y sin embargo, me da la sensación de que en muchos casos no son necesarias, provocan un gasto y además redundan en detrimento de la producción, es decir, que se podrían evitar.
    Hablo del laboreo excesivo (más laboreo=más horas de trabajo+ gasoil+deswertización etc). Luego está lo de los pesticidas, que debilitan la cáscara del huevo y provocan infertilidad. el monocultivo etc.
    si los agricultores pusieran en una balanza estas prácticas que en cierto modo parecen obligadas y su contínua pérdida de rentabilidad, se darían cuenta de que por este camino no hay salida.
    me gustaría saber lo que opinan los agricultores.
    un saludo

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