Posiblemente cualquier día de la feria de hace muchos años. Una charlotá en Las Cuevas del Sol, donde con maderos y carretas se ha levantado una plazoleta portátil, que por la estrechez de la calle adquiere una extraña forma. El gentío se agolpa en la misma plazuela, desde las calles aledañas e incluso desde las pitas del Cerrillo, arriesgando la propia vida para presenciar el espectáculo. Quizás fueran los tiempos del hambre, cuando un tal Manolete triunfaba por las plazas de una España sumida en la pobreza. Puede que fueran los tiempos de Dominguín o Antonio Ordóñez, quién sabe. Lo que está claro es que estas figuras no llegaron a pisar el coso setenileño, a lo sumo se acercarían como turistas curiosos a tomar unos vinos, entre amores y faenas, y estos setenileños que vemos en la foto se conformarían con ver algún novillerillo local, cualquier aventurero como El Niño de Camila, que buscaban en estas plazuelas un éxito que les llevara a escenarios de más relumbrón.
Una foto que podría haber inspirado al mismísimo Berlanga para su legendaria "Vaquilla"
La Vaquilla. Luis García Berlanga.
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