domingo, 29 de abril de 2012

Una correspondencia muy taurina



Tío y sobrino, una bonita amistad y una afición común a la fiesta nacional. No sabemos quién es el primero que le envía la foto al otro, ni siquiera si una postal responde a la otra inmediatamente. Lo más seguro es que recibida por el tío la imagen de su sobrino disfrazado de esa guisa, tocado con montera y envuelto en el capote de paseo, este rebuscaría en los cajones un antiguo retrato de cuando hizo la mili para enviársela. Toro negro azabache, bien armado y con trapío. El pase de pecho de impecable factura. Lo cierto y seguro es que ambos son los autores y destinatarios de esta especie de disparate.
En la primera, escrita en Pamplona a una semana de iniciados los San Fermines, ¡ojo! el protagonista con pañuelo al cuello, leemos lo siguiente:
"Se prohíbe reírse, peligra la vida del artista.
El que lo coja, para él y el que lo vea que se calle.
Con mucho cariño para mi tío José Villalón
Fdo: Alonso Tornay
Pamplona a 15 de Julio de 1955"



Su tío José, que no quiere ser menos, le responde:
"En prueba de mis últimas actuaciones, te mando esta foto,
pensando en volver otro día para que aprecies el valor de tu tío.
Fdo: José Villalón Ramírez"
Con guiños de complicidad que quizás sólo ellos conocían, estos dos setenileños compartían parentesco, una entrañable amistad y, además de su afición a los toros, mucha guasa y la sangre muy gorda. ¡Dos tíos flamencos!

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