miércoles, 4 de enero de 2012

Esteban Vilches; De Setenil a Arriate

Un hecho tan corriente y normal en la actualidad como puede ser el trasladarse de una localidad a otra, era en momentos pasados una situación de cierta complejidad y que requería la cumplimentación de una serie de requisitos y formalidades, como veremos en el caso que a continuación nos ocupa, sacado a la luz por Sergio Ramírez González en su monográfico de Arriate.
Viajamos al Setenil del siglo XVIII, entorno al año 1780. Esteban de Vilches Jiménez, hidalgo de Setenil, pretende trasladarse a vivir a la vecina localidad de Arriate. Para conservar su estatus de hidalgo, Don Esteban remite carta a la Real Chancillería de Granada el acuerdo de aceptación del concejo arriateño y las peticiones correspondientes para que ratifiquen su hidalguía.
Los informes prestan especial atención a los aspectos genealógicos, lo cual sirve para conocer su ascendencia hasta los mismos días de la conquista de la villa por los Reyes Católicos. Así Don Esteban es descendiente por línea directa y legítima de aquel Sebastian de Vílches, que fuera nombrado alcalde de Setenil en 1628 y que recibiría el cargo en calidad de perpetuo veinte años después. Otro Vílchez, Pedro Ximénez Montero, adoptó como escudo del pueblo el propio de su apellido, tal como cuentan los hermanos de las Cuevas en su monografía:
"Pérez Aguilar sostiene que fue el alcalde, Pedro Ximénez Montero de Vilches, quien adoptó o simplificó como escudo de su villa, el propio de los Vilches, que no es mal escudo. Recientemente se descubrieron en los legajos del archivo unos escudos con flechas y yugos como los de los RR.CC sobre Setenil. ¿Habrán concedido también los Reyes Católicos su escudo a Setenil? Difícil parece la cosa para que don Pedro Ximénez Montero intentara cambiarlo, aunque fuera por el de Vilches. Quedémonos mientras tanto con el conocido, que es bonito de suyo."
Fuente: José y Jesús de las Cuevas. Monografías "Pueblos de las Provincia de Cádiz" Nº11. Setenil de las Bodegas. 30 de Noviembre de 1962.
Se trata desde luego de un apellido muy setenileño, uno de tantos que se han mantenido desde los tiempos de la conquista, y que ramificado en varias líneas diferentes, pasó con su privilegiado estatus a localidades vecinas como Alcalá del Valle, Torre Alháquime (quizás hoy un apellido mucho más numeroso en estos pueblos que en el propio Setenil, de donde es oriundo) o Arriate, como este caso que tratamos, acaparando importantes cargos en sus nuevas vecindades, como cuenta Sergio Ramírez en su obra:
“...Esteban de Vílchez, miembro de una de las familias más destacadas de Setenil. Prueba de ello, la tenemos en la vivienda que allí habitó antes del traslado, en una calle que curiosamente llevaba el nombre de su mismo apellido. Y no cualquier casa, pues sus dimensiones de diecinueve varas de frente y catorce de fondo anunciaban un espacio interior mucho más grande de lo habitual, compuesto de tres bajos, dos altos, cocina, corral y caballeriza...flanqueada además por las casas de Alonso Quijada y Juan Mingolla” ¿Puede tratarse esta casa de la misma donde hoy está el Centro de interpretación de Setenil? Aunque esa casa parece algo más moderna, por su planta y localización pudieran haber pertenecido a esta familia que dio nombre a la propia calle. Curioso además la presencia en la calle de un Alonso Quijada, muy posiblemente también hidalgo, al igual que nuestro universal Don Quijote antes de hacerse caballero andante (Quijada, Quixada o Quijano) El apellido Quijada es otro de los antiguos de la villa, muy posiblemente también del tiempo de la conquista, aunque hoy prácticamente extinguido en el pueblo.
Don Esteban, nuestro protagonista, hereda el cargo de sus ancestros y llegó a ser alcalde ordinario en los años 1763 y 1777.
La carta se remite a la Real Chancillería de Granada el 26 de abril y en noviembre del mismo año ya hay respuesta de confirmación de los datos aportados por Vílches, con lo cual deben ser validados en Arriate todos los privilegios que ya tenía en Setenil; “...le hiziérais guardar y guardaréis todas las exenciones, franquezas y libertades que según leies de estos nuestros reinos práctica y estilo de esa villa se acostumbraban guardar a los hijosdalgos notorios de sangre, no le incluyerais en carga alguna conzejil, le anotarais como hijosdalgo en los padrones que con el vezindario le inducierais, le propusierais para los empleos propios de la nobleza habiendo mitad de oficios, y no le impedierais usar de el escudo y blasón de sus armas en sus portales y donde tuviera por conbeniente” (ARCHG, leg.136 pieza 174, Hidalguía de Esteban de Vilches, 1780 s/f)
Como podemos comprobar, la idiosincrasia propia de la sociedad del Antiguo Régimen era la división estamental en clases o castas, de manera que era primordial para un hidalgo como Don Esteban que quisiera cambiar de vecindad, apechar no sólo con sus pertrechos y bienes materiales, sino también, y quizás más importante, con sus privilegios y reconocimientos que por sangre y parentesco le eran propios.
Por otro lado, en este cambio de residencia de Setenil a Arriate por parte de un miembro de la hidalguía setenileña, el autor de la obra ha querido ver un trasfondo de luchas de poder entre la jurisdicción arriateña y los Moctezuma, representantes de la alta aristocracia rondeña, asunto en el que subyace el origen de la vecina localidad malagueña y que desde luego escapa a las indagaciones de esta entrada. Quizás, y esto lo digo yo, el cabildo de Arriate buscaba con el fichaje de Vilches una persona con prestigio y experiencia en pleitear con Ronda, habilidad que desde luego los alcaldes setenileños hubieron de practicar en numerosas ocasiones y en los que eran expertos, como demuestran los archivos.
En el mismo capítulo se trata otra incorporación, ya en el siglo XIX, de Rodrigo Valencia, otro setenileño de “buena familia”, aunque la abolición de la hidalguía a principios de siglo hace que el traslado sea menos ceremonioso que el de su paisano décadas atrás.
Fuente:
Realidad social, grupos de poder y vida cotidiana en una villa del siglo XVIII. Arriate en las respuestas generales del Catastro de Ensenada. Editorial La Serranía. Ronda 2009. Sergio Ramírez González.

2 comentarios:

  1. Hola Rafa.
    La casa donde está el Centro de interpretación perteneció a mis bisabuelos y creo que ya vivían allí por esas fechas.SALUDOS

    ResponderEliminar
  2. Interesante artículo Rafael, espero que los Reyes magos te regalen una bonita pipa, Un saludazo y feliz año.

    ResponderEliminar