lunes, 29 de noviembre de 2010
viernes, 26 de noviembre de 2010
Setenileños en la Junta de Energía Nuclear
La historia de la energía nuclear en España comenzó en octubre de 1948 cuando un grupo de militares y científicos españoles se reunieron en el LTIEMA (Laboratorio y Taller de Investigación del Estado Mayor de la Armada) con el objetivo de constituir un organismo denominado Junta de Investigaciones Atómicas.
Dentro de la Junta se puso en marcha la actividad extractora de mineral de uranio, necesaria para las investigaciones iniciales de la sociedad. Se seleccionó una zona de la Sierra Albarrana, en el término de Hornachuelos (Córdoba). Además se incorporaron otros distritos mineros en las provincias de Burgos, Zamora y Salamanca. Esta ampliación de actividades en las áreas geológicas y mineras llevaron a considerar que no debían ocultarse por más tiempo las actividades de la sociedad.
Mediante Decreto Ley de 22 de octubre de 1951 se crea la Junta de Energía Nuclear (JEN), a partir de esa fecha las investigaciones nucleares comienzan a hacerse públicas y el desarrollo de los trabajos científicos españoles se lleva a los foros internacionales. El 28 de noviembre de 1951 se acordó que el emplazamiento de la JEN sería en Madrid, en la Ciudad Universitaria, así nace un nuevo organismo investigador.
En los difíciles comienzos de los años 50 muchos españoles encontraron un grave obstáculo en el tema laboral y la zona de la Serranía de Cádiz no era exenta a esos problemas. La emigración al extranjero y a ciudades como Madrid, Barcelona y Bilbao, resultó ser el destino de muchos andaluces, la salida a muchas inquietudes.
Juan Marín Ortega, a finales de los 40, estaba haciendo el servicio militar en Algeciras, destinado en transmisiones, y uno de sus mandos le propuso la integración en el equipo de prospección de uranio de la Junta de Energía Nuclear, una vez finalizado su servicio militar.
Quizás nadie preveía el giro que esa propuesta cobraría en un pueblo como Setenil, y lo importante que fue para un numeroso grupo de gente.
La seriedad de Juan Marín, el buen hacer en las responsabilidades que contraía y las necesidades de ampliar los equipos de personal obraron el resto. Los jefes de Juan Marín le encomendaron la tarea de nuevas contrataciones de personal, y él pensó enseguida en muchos jóvenes de su pueblo.
Muchos hijos de setenileños viven ahora en Cáceres, Salamanca, Madrid y Barcelona, hijos de esos prospectores de tierras y minas, que estuvieron en Ciudad Rodrigo (Salamanca), Don Benito (Badajoz), Cardeña (Córdoba), Andújar (Jaén), Albalá (Cáceres), Alburquerque (Badajoz), Molina de Aragón (Guadalajara) y Calaf (Barcelona), por citar los más importantes yacimientos de nuestro país.
La prospección creó un grupo de personas que compartieron vivencias y se sintieron como una gran familia, cualquier momento difícil era menor, cualquier alegría era de todos. Los traslados eran participativos, en el embalaje de los muebles y los trastos, el corazón se llenaba de nostalgias de unos que se marchaban o de otros que llegaban. Y en medio, la casa de cada uno era la fonda de paso de otros, hacia Setenil, o de vuelta, de nuevo al destino, un rato de descanso, una comida compartida, “¿cómo están por el pueblo?”.
No se puede calcular lo que representó para aquellos jóvenes y sus familias la estabilidad laboral y los sueldos generosos que suponían para aquella época.
Siento nostalgia de Juan Marín, de mi cuñado Antonio Fernández, de cada uno de los que ya no se encuentran entre nosotros, sirva como homenaje especial a todos ellos mi recuerdo y mi cariño, y ya que no tengo hermanos ellos han formado parte de mi familia, así los he sentido.
Manuel Pardillo Dorado (Funcionario retirado e la Junta Nuclear)
Relación de las personas que D. Juan Marín Ortega llamó para ser contratados en la Junta de Energía Nuclear:
Juan Fernández Pérez.
Francisco Linares Ordóñez.
José Marín Ortega.
Antonio Fernández Pérez.
Pedro Guzmán Ortega.
Manuel Pardillo Dorado (Alcalá del Valle)
Diego Morales Gutiérrez.
Juan Marín Hormigo.
Sebastián Aguilera Anaya.
Francisco Aguilera Anaya.
Antonio Aguilera Anaya.
José Aguilera Anaya.
Sebastián Torres Villalón.
José González Sánchez.
Marcos Melgar Pimentel (Arriate).
José Luis Gallego Sánchez.
Francisco Guzmán Ortega.
Pedro Andrades Porras.
Rafael Carmona Arévalo (Pozoblanco, Córdoba).
Antonio Carmona Arévalo (Pozoblanco, Córdoba).
Juan Luna Peña.
Enrique Guzmán Ortega.
Francisco Gil García.
Juan Luis Porras Ortiz.
José Ortiz Andrades.
Juan Ortiz Andrades.
Juan Ramos Hormigo.
Francisco Guzmán Batmale.
José García Fernández.
Juan Hernández Aguilera.
Jesús Martín Fernández.
Juan Martín Fernández.
Diego Aguilera Domínguez.
Miguel Oliva Fernández.
Santiago Marín Ortega.
Jesús Marín Ortega.
Jesús Lao Guzmán.
José Avelino Lao Guzmán.
Antonio Menacho (Olvera).
José Parras Aguilera.
Eduardo Hidalgo Delgado.
Antonio García Martínez (¿?).
Nota: he estado haciendo ejercicio de memoria para nombrarlos a todos, pero mi memoria ya no es tan buena como antes y sentiría haberme olvidado de alguno. En el homenaje que le tributamos a Juan Marín Ortega cuando se jubiló acudimos los que vivíamos en Madrid y alrededores, y él, como siempre lleno de generosidad, nos obsequió con un cuadro que representaba la entrada a La Villa de Setenil.
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Homenaje a Juan Marín Ortega. Junio 1988 |
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Homenaje a Juan Marín Ortega. Junio 1988 |
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De setenil |
Los números se corresponden con el contorno de la persona a la que le corresponde.
Nº en foto Nombre y apellidos Origen
1 Pepín García Fernández Setenil
2 Jesús Martín Fernández Setenil
3 Águeda Martínez Escalante Teba (Málaga)
4 Pedro Guzmán Ortega Setenil
5 Juan Hernández Aguilera Setenil
6 Diego Morales Gutiérrez Setenil
7 Carmen Rubio Espejo Dos Torres (Córdoba)
8 Ana Laos Guzmán Jaén
9 Diego Pérez Cano Belmez (Córdoba)
10 Santiago Marín Ortega Setenil
11 Lourdes Orense
12 Jesús Marín Ortega Setenil
13 Casilda Morales Núñez Alburquerque (Badajoz)
14 Isidoro Santos Vázquez Belmez (Córdoba)
15 Dolores Porras Ortiz Setenil
16 Paco Aguilera Anaya Setenil
17 Juan Martín Fernández Setenil
18 Josefita Jiménez Molinillo Setenil
19 Mª Carmen Domínguez Rodríguez Cáceres
20 Ascensión Ruiz Arroyo Pozoblanco (Córdoba)
21 Juan Fernández Pérez Setenil
22 Francisca Gámez Anaya Setenil
23 Josefa (Pepita) Corral Hormigo Setenil
24 Josefa Romero Fregenal de la Sª (Badajoz)
25 Juan Luis Porras Ortiz Setenil
26 Francisco Orden Palomino El Carpio (Córdoba)
27 Antonio Fernández Pérez Setenil
28 Juan Marín Hormigo Setenil
29 Pedro Andrades Porras Setenil
30 Francisco (Paco) Gil García Setenil
31 Ceferina Marín Hormigo Setenil
32 Dolores Mena Andújar (Jaén)
33 Carmela Ortiz Setenil
34 María José Aceituno Muñoz (Navalmoral Mata) (Cc)
35 Mercedes Porras Ortiz Setenil
36 Isabel Moreno Aguilar Setenil
37 Paco Linares Ordóñez Setenil
38 Sebastián Aguilera Anaya Setenil
39 Miguel Oliva Fernández Setenil
40 Milagros Ramos Márquez Valencia de Alcántara (Badfajoz)
41 Valeriano Larrubia El Carpio (Córdoba)
42 Teresa Revuelto Delgado Encinasola (Huelva)
43 Carmen Gómez-Bermúdez (Jerez de la Frontera)
44 Diego Aguilera Domínguez Setenil
45 Juan Marín Ortega Setenil
46 Manuel Pardillo Dorado (Alcalá del Valle)
domingo, 21 de noviembre de 2010
Por la ermita de San Sebastián
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Cartel realizado para el evento |
Cúpula apuntalada |
Tres siglos de urnas del Cristo |
Antigua casa de la santeral |
el piso de la ermita |
De Setenil |
De Setenil |
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Antigua entrada a la ermita |
Parte trasera de la ermita |
martes, 16 de noviembre de 2010
Inscripciones en las paredes del campanario
De Setenil |
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Inscripción de una campana de la iglesia de La Encarnación
De Setenil |
lunes, 15 de noviembre de 2010
Desde el campanario de la Iglesia de La Encarnación de Setenil
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jueves, 11 de noviembre de 2010
Recuerdos del viejo Torreón
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Setenil desde la Cantarería. Foto: Ismael Robles |
“RECUERDOS DEL VIEJO TORREÓN”
Cuando voy entrando en la Cantarería, me encuentro con una de las vistas más bonitas y maravillosas de Setenil, y ésta no es otra que la del “Torreón”, ¿a quién no le llama la atención ver este monumento que posee Setenil?, pero del que desconocía tanto...
Actualmente lo están restaurando, y esperemos que pronto llegue a su fin, después de tantos años, pero no voy a entrar en estos detalles, pues ya se ha hablado de ellos en una entrada en este blog en mayo de 2010, sino que me gustaría, tirando de nostalgia, que se mantuvieran aquellos recuerdos que se tienen del Torreón, el cuál sirvió de cárcel en los años 70 y donde, para aquellos niños de los años 80 y principios de los 90 era un lugar misterioso, de juegos, imaginación, y también, como no, de contacto con la naturaleza a través los singulares “Calices” de Setenil.
Pero este “Torreón” derruido que recuerdo, en nada se va a parecer, afortunadamente, al que vamos a poder visitar en breve, donde incluso, el gran agujero que presentaba en su cubierta, resultado del asedio que sufrió por los cristianos, ha sido tapado con una cúpula visitable, desde donde vamos a poder apreciar singulares vistas de Setenil.
Por otra parte, profundizando ya en el aspecto técnico, dicen los expertos que el Torreón o Torre del Homenaje, como prefieren nombrarla, formaba parte del interior del Alcázar, que hoy conocemos como la Villa, siendo una construcción de estricto carácter militar, y donde el último alcaide nazarí de la Fortaleza Musulmana de Setenil se alojó para defender “Septenilium” de la reconquista de los cristianos. Estaba enlucida y decorada en tres de sus costados con representaciones florales y geométricas, que aún hoy pueden apreciarse, aunque muy debilmente, y que la hacen singular, pues es una de las pocas Torres del Homenaje que han conseguido conservar sus enlucidos y pinturas originales, las cuales tienen más de 500 años. A sus pies nos encontramos con el aljibe, cuya función principal fue la de depósito de agua para la villa, y que actualmente está en un estado deplorable. De este aljibe se decía que formaba parte de un pasadizo que llegaba a los cortinales, y que servía como medio de evasión, pero ésto es algo que no está confirmado, y que supongo que forma parte de una leyenda urbana de finales de la década de los 80.
Con este pequeño artículo me gustaría concienciar de la importancia que tiene el Torreón en sí y el patrimonio de Setenil en general, y me gustaría conservar.
Ya por último, y agradeciendo la magnífica oportunidad que me ha ofrecido el autor de este blog de expresarme, me gustaría reconocer la importante labor que está llevando nuestro amigo Rafa, que además de la intensa labor de investigación y revelación de datos históricos de Setenil, que en él se hacen, también nos permite, a los que estamos lejos, sentir a SETENIL más cerca.
GRACIAS
Ismael Robles
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Setenil en "Grandezas y Cosas Notables de España"
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Portada de la Obra |
viernes, 5 de noviembre de 2010
Jugando a palos por las calles de Setenil
Pues eso, que eran otros tiempos y se me viene a la cabeza lo de jugar a palos, un juego de lo más peculiar y primitivo, aunque créanme, no había nada tan divertido y emocionante, como muy bien sabrán aquellos que lo han practicado.
Una buena tarde, a alguien se le ocurría que ese día se jugaría a palos. La noticia corría cómo la pólvora por medio pueblo y a la hora convenida empezaban a llegar niños de casi todos los barrios. En la Antigua Parada se juntaba gente del Carro, Calle Triana o Las Cuevas para organizar la historia; Palos, sólo palos, quizás alguna correa, nada de hierros, objetos punzantes o utensilios extraños. Los chicos como siempre persiguen a los mayores, y a ser posible nada de lanzadas, sólo el clásico zurriagazo o mandoble... lo tradicional. El campo de juego todo el casco urbano de Setenil sin limitaciones. ¿Necesitan que les dé pistas de cuales eran las reglas?
Se solía empezar al atardecer; los mayores huían y los pequeños los buscábamos para pegarles. Cuando pasábamos por otras calles más niños se unían al grupo y aquello parecía un verdadero ejército. Se subía a San Benito, la Calle Vilches, por esas escaleras que todos conocemos hasta La Ladera y desde allí hasta San Sebastián, a la misma portada del cementerio donde nos esperan los mayores y nos daban un buen susto. En el juego, como en una cacería, había lances especialmente intensos y emocionantes, como aquella vez que bajando por El Peñón de los Enamorados perseguimos a los huidos Ventosilla abajo, pasamos por El Carril y por el Puente de Zamudio se vuelven hacia Las Cuevas donde preparamos una emboscada. Mientras unos los persiguen por las Cuevas del Sol otros corremos por las de las Cuevas de la Sombra para esperarlos en el Puente de la Calle Ronda y pillarlos desprevenidos por la espalda. Ya los tenemos, gritando salimos a su encuentro y con todas mis fuerzas le pego un varazo a uno en las rodillas, que soltando un aullido me arrea una bofetada. Sigue la persecución por Jabonerías y Las Cabrerizas, pero ya estamos cansados y mandamos a tomar por saco a los mayores.
Por regla general, al existir diferencia de edad, era difícil enganchar a los perseguidos y la sangre nunca llegaba al río, pero otras veces, con las fuerzas más igualadas, había "escalabrados" y heridos. La guerra es la guerra.
En esto más o menos era en lo que consistía el juego de palos, algo impensable hoy día pero que por aquellos entonces era lo máximo; Se hacían amigos, mucho ejercicio al aire libre y nada de malos rollos. El palo o la bofetada quedaban dados y luego cada uno a su casa tan contento. Era lo que había, quizás fuéramos más básicos que los niños de hoy.
Preguntándome por los orígenes de este juego tan peculiar, me entero de que ya nuestros abuelos lo practicaban, quizás como evolución de algún otro más violento aún, donde los muchachos quemaban adrenalina persiguiéndose los unos a los otros para zumbarse sin contemplación, y se me viene a la cabeza aquella cita que ya por 1595 escribiera Pedro de Medina en su obra “Grandeza y cosas notables de España”;
“...Son los de Setenil hombres robustos de muchas fuerzas las cuales exercitan de ordinario en la labor de sus haziendas, y en otros exercicios y trabajos voluntarios. Son belicosos, arriscados,y de su naturaleza inclinados a las armas, a pendencias y pleytos.De aqui es que de ordinario han tenido,y tienen disensiones,y pesadumbres”
miércoles, 3 de noviembre de 2010
la Mano Negra en Setenil
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Ejecución de anarquistas en Jerez. Le Pogrés Illustré |
Así se cuenta en Marzo de 1883 en el diario madrileño La Correspondencia de España la noticia sobre detenciones de miembros de la Mano Negra en Setenil:
La mano negra.
De nuestro corresponsal especial
Isabel Luna, presa hace dos días en Setenil y conducida a las cárceles de Jerez, después de breve estancia en la de Arcos, es una joven de 18 años, de facciones sumamente bellas, de mediana estatura, negros cabellos, ojos grandes y vivos, boca pequeña, dientes blanquísimos, linda nariz y una armonía de líneas que envidiarían muchas hermosas.
Su natural desenvoltura la acusaría si se ignorasen sus antecedentes, de haber sido una de esas mujeres más habituadas a los placeres de la vida y al trato del gran mundo que a las labores propias de su sexo y de su condición. Su carácter es franco, expansivo, imperturbable. Habla con corrección exquisita, tendiendo á conquistarse la confianza de su interlocutor; más fijándose atentamente, se observan en su fisonomía indicios de que exprime el pensamiento antes de contestar á una pregunta que ella juzgue intencionada.
Declara que ella no ha querido jamás nada contrario á las leyes de la virtud y que por ello siente tranquilidad de espíritu.
No sabe por qué le han preso. De Benaocaz, que es su pueblo, se trasladó hace 30 días á Setenil, en donde se colocó como sirvienta.
“No sabía nada de lo que pasaba, ni que se hacían prisiones, cuando a los 10 días de estar sirviendo me cogió la Guardia Civil y me dijo; vente con nosotros, obedecí, y aquí me tiene presa sin saber la causa”
“Me han asegurado, la dije, que se halla aquí preso también su novio de Vd. Y que está complicado en la Mano Negra.”
“No tengo novio, no señó: me habló de amores alguna vez, pero no había nada formal, por conocernos hacía tiempo”.
Diario Universal de noticias.
Madrid. 13 de Marzo de 1883
Setenil, como tantos pueblos de Andalucía, enfila las últimas décadas del siglo XX pobre y arruinado, como convaleciente de una larga enfermedad que acabará por finiquitarlo.
¿Qué ha pasado desde aquellos días en que los inspectores del Catastro se asomaran por estos pagos allá por el 1752?
Ya en el Catastro de la Ensenada, Setenil se presenta como un pueblo pobre, aunque noble y digno en su decadencia. Las tierras son ricas, el término grande, son muchos los hidalgos que aún moran en la villa y algo de tierras comunales pertenecen aún al cabildo. En la entelequia jurídica que supone la propiedad de la tierra en el Antiguo Régimen, nos encontramos con haciendas valoradas en una renta determinada que son pagadas anualmente a sus propietarios, mientras son gestionadas por el Común, de manera que se establece un uso por la ciudadanía; arrendamientos para el cultivo, uso de pastos, leña, ganados por familia etc, es decir, una serie de usufructos que son disfrutados por los vecinos del Cabildo en exclusiva frente a los foráneos. Así ocurre en fincas como El Burgo, El Tejarejo, Escalante o la Huerta de los Llanos, propiedad esta última del Hospital de Santa Catalina.
Los setenileños, en su mayoría, son pobres pero al menos pueden hacer uso de gran parte de las tierras del término, llevando sus caballos o bueyes a pastar, recogiendo leña y frutos silvestres, soltando un rebaño de cabras o una piarilla de cochinos por los montes. En fin, vivían, pobres, pero vivían.
Con el triunfo paulatino de las ideas liberales durante las primeras décadas del XIX las circunstancias cambian. La entelequia jurídica de la propiedad e la tierra propia del Antiguo Régimen, chirría en la lógica liberal como una rémora a las tesis mercantilistas. Había que generar riqueza y para ello había de dar entrada al capital privado.
De esta manera, no sólo se expropian las tierras propiedad de las manos muertas, es decir, de la iglesia, sino también muchas tierras de naturaleza jurídica endiabladamente controvertida. Así, gran parte de las tierras de Setenil pasan a manos de capitalistas particulares, dueños ahora si, sin ningún derecho que ceder, de la propiedad. Ya no hay posibilidad de gestión municipal ni de que los vecinos puedan usar los recursos disponibles. El nuevo dueño delimita las tierras, arregla el cortijo y pone en la cruz de la portada el año de la compra: 1854, 1864 etc.
Si extrapolamos este fenómeno al total de Andalucía podemos hacernos una idea del desastre que para la población rural supuso el fenómeno desamortizador. Guerras civiles, revoluciones, nefastas políticas económicas, que se traduce en desigualdades económicas, jurídicas y sociales; Este es el legado de un siglo XIX terrible para los hombres y mujeres de nuestra región. A este proceso político habría que sumar además para nuestra comarca el paulatino deterioro de determinadas actividades agrícolas y comerciales, como la producción y distribución del vino, que supuso la ruina de determinadas explotaciones agrícolas.
Setenil a finales de siglo es pobre y las autoridades locales no pueden, no saben o no quieren paliar la caída en picado de las condiciones de vida de sus convecinos. Las revueltas sociales están a la orden del día, como se desprende de las noticias de prensa, una situación que se mantendrá hasta los años treinta del próximo siglo. El campo andaluz es un polvorín donde las ideas socialistas y anarquistas tienen un caldo de cultivo idóneo.
Los gobiernos de Madrid ponen manos en el asunto; represión, más represión y propaganda. ¿Porqué no se plantearon nunca atajar el verdadero problema; la miseria? Quizás no interesaba.
Una de las estrategias usadas fue la de inventarse una organización terrorista que desprestigiase ideas o movimientos de tipo social. De esta manera, cualquier acto violento, atentado o sabotaje era achacado a la Mano Negra, y así quedaba prohibido el asociacionismo obrero o campesino, las huelgas y cualquier actividad de corte obrero no violento. La Mano Negra, según estudios recientes, fue un instrumento propagandístico y disuasorio empleado por las autoridades para neutralizar los movimientos sociales en el campo andaluz.
Resulta curiosa desde luego la forma en que este corresponsal de La Correspondencia de España aborda el asunto. Rijoso e incrédulo, seducido quizás por la belleza de la muchacha la exculpa de toda pertenencia a la organización maldita, puede que dejando entre líneas lo descabellado o burdo que le resulta la inculpación por las autoridades de pobres campesinos y lindas criadas como peligrosos criminales.
“Su detención se debe á indicios de que era una ferviente propagandista internacional. Si esto es cierto, Isabel Luna convertiría al socialismo muchas gentes. Cien mil revistas sociales no harían tanta propaganda como ella si tomara la alternativa imitando a Luisa Miehel”.
No es por nada, pero creo que este sagaz corresponsal madrileño no se cree lo de la Mano Negra, o quizás pensara que Isabel Luna, la bella criada benaocaceña de Setenil, bien mereciera una revolución.
Madrid. 13 de Marzo de 1883