
No tengo claro quién fue el primero que se dio cuenta.
Quizás mucha gente las hubiera visto antes pero nadie se percató de lo extraño
que hacían en lo alto del tajo. Las cruces desde luego llevan mucho tiempo ahí,
desde siempre, pero claro, alguien tuvo que atisbar que aquello resultaba, cuanto menos,
extraño.
¡Una cruz en el tajo! Gritó aquel hombre, y entonces todos
empezaron a hacer fotografías con sus móviles.
Bueno, así empiezan las cosas, de la manera más simple que
podamos imaginar. Luego todo siguió
como
ya sabemos. La voz se corre, la gente del pueblo se acerca a ver de que se
trata y empiezan a circular los rumores; la clásica leyenda del tesoro
escondido por los moros, que si es una cruz que conmemora algún terrible suceso
(infidelidad, muerte e incesto, no falla), que si algo de apariciones y
espíritus…en fin. Primero los blogs locales, el
Imagina, el
Numismática, el
Rural, que son de lo más enteradillos, y luego la noticia corre como la pólvora
por las redes sociales:
¡Aparecen misteriosas cruces en los tajos de Setenil!
De la curiosidad
inicial se pasa a la rumorología más diversa no existiendo setenileño que no se
pasara por esa calle y estirara el pescuezo para buscar la cruz. Los turistas
ya se sabe, si ven a un grupo de paisanos mirando para arriba pues miran ellos
también y fotografía al canto con
selfie incluido.
La cosa se disloca y ante la relevancia del asunto, el
Ayuntamiento, siempre tan atento a este tipo de cuestiones que interesan al
bienestar de los vecinos, decide tomar cartas en el asunto.
Mañana de verano. La comisión en pleno, escoltada por la
policía local y el perito municipal, se planta bajo las susodichas cruces.
Pues si señor, parece una cruz…
Y blanca, apunta el alcalde.
Todos asienten con la cabeza.
En la mente de alguno quizás vislumbrara la posibilidad de
sacarle rendimiento a tamaño descubrimiento, un acicate turístico,
¡cruces en
las cuevas! quizás una escuela taller…
bueno, poquito a poco. Lo primero es lo
primero. Hay que llamar a los entendidos, que para eso se les paga, y que se
realice un informe previo para enviarlo a Cultura con el fin de pillar alguna
subvencioncilla que haya por ahí suelta. Estas cosas funcionan así.
Dicho y hecho. Teléfono,
¡aquí y ahora! ¡ya!
¡Han llamado al Equipo D! ¿El Equipo D? Un grupo de élite de especialistas
en diversas materias cuya misión es…bueno cosas de estas, así como al estilo de
Expediente X.
En cinco minutos llega una furgoneta con los cristales
tintados de negro. El público se agolpa expectante;
¡El Equipo D! Han llegado
los del Equipo D!
Entonces se baja de la furgoneta un hombre de mediana edad
vestido a modo de explorador que sin mediar palabra se dirige hacia el lugar
mismo donde está la corporación local en pleno.
¡Corten la calle! Acordonen cuatro metros en derredor del
perímetro crucífero…una escalera, ¡rápido!
Un operario trae la extensible y ante la mirada de un
público expectante arma los cuerpos articulados de la susodicha, retrocede unos
pasos y cruza los brazos.
Toda suya señor.
El técnico del
Equipo D saca unos utensilios de la mochila,
coge aire, mira a los ojos del alcalde y comienza ascensión. Uno, dos, cinco, nueve,
catorce peldaños hasta veintitantos que es la altura máxima. Luego, como
Miguel
Ángel en
la Capilla Sixtina,
brazos arriba y cuello casi en horizontal para recoger algunas muestras. Metro
para medir la longitud del fenómeno y finalmente fotografías desde diferentes
perspectivas. Descenso, con cuidado de no caer que la altura es considerable,
hasta el salto final a metro y medio del suelo.
¿Alguna consideración inicial? prorrumpe el excelentísimo
munícipe.
Aún es pronto para asegurar nada. Necesitamos analizar las
muestras obtenidas, pero nos atrevemos a pensar que hablamos de una datación
aproximada de entre mil a mil quinientos años, posiblemente del periodo
medieval o quizás anterior, de tipología religiosa o incluso mágica. Algún
asentamiento cristiano previo al 711, sin descartar un origen mozárabe. Se han
encontrado inscripciones de procedencia templaría en algunas iglesias
castellanas ubicadas en cañones fluviales como este que nos alberga, aunque
quizás y no lo descarto, se podría hablar de inscripciones rúnicas de origen
escandinavo. Rus, mayus…todos lo miran perplejos
… vikingos, para que todos nos
entendamos, cuyo radio de acción hacia el siglo IX de nuestra era comprendía
ciertas áreas del Mediterráneo occidental e incluso el Valle del Guadalquivir,
quedando determinadas zonas de la
Serranía de Ronda a mano de hipotéticas depredaciones.
El público que se agolpa entorno al técnico no puede dar
crédito a lo que oyen sus oídos; ¡Templarios, vikingos símbolos mágicos!
Entonces el alcalde le echa la mano sobre el hombro al
técnico y se lo lleva a parte.
Bueno, bueno, ante todo precaución…templarios, ¿eso tiene
algo que ver con la inquisición?
No jefe, nada que ver. Hablamos de monjes guerreros que
montaban monasterios para guardar caminos y parajes para defender a los files
en sus peregrinaciones a lugares santos. Quizás por aquí hubiera algún lugar
sagrado...
Para, para…¿y lo de los vikingos? No se, pero suena algo
violento e incluso racista, y lo de los monjes me parece algo inverosímil,
además, una cruz, una cruz no veo yo tan clara. Son más bien cuatro bolas. Ya
sabes que Setenil es un lugar multicultural y una cruz aquí en un sitio tan
turístico…
Claro, claro señor alcalde, balbucea el técnico.
Quizás,
prosigue el eminente político,
unas inscripciones musulmanas en todo caso.
¿Unas suras del Corán por ejemplo jefe?
Claro, claro, a eso me refería, unas suras, como los moros
estuvieron tanto tiempo aquí en el pueblo.
Dejemé pensarlo, Sr alcalde, ya sabe como son estas cosas.
Claro, hijo mío, claro, piénsatelo, pero calladito con lo de
los vikingos y mucho menos con lo de los monjes y los templarios, que Setenil
es un centro multicultural. Que no se te olvide.
El técnico le comenta al oído algo al alcalde, recoge sus
cosas y se marcha tan rápido como llegó.
Tele Alcalá termina el reportaje
pasando de un panorámico de la calle a
un
zoon de la cruz en toda regla. De libro, vamos.
La delegación municipal se reúne en corro, alguna consigna y
dos palmadas.
Bueno señores, el espectáculo ha terminado. En breves días
tendrán cumplida noticia del asunto en la gacetilla local previo a un informe
técnico emitido por los especialistas.
La multitud se dispersa en grupos que charlan animadamente
del asunto.
La cosa permanece candente por unas semanas.
Calderón
pasó un día y dejó caer de soslayo algo de los extraterrestres y el fin del
mundo, hasta que la cosa fue perdiendo paulatinamente interés.
A las pocas semanas aparece la gacetilla local, pulcra y
aseada, con el membrete municipal del escudo y el yugo en el centro.
En portada y con letras mayúsculas se hace referencia al
asunto de las cruces:
"Inscripciones musulmanas en las Cuevas del Sol. Otro
hallazgo del Equipo D." y una imagen del alcalde dirigiendo los trabajos con las inscripciones de fondo.
El texto, largo y barroco, insufrible por más señas, hablaba
de los pormenores del descubrimiento, fruto por supuesto de una ardua labor
multidisciplinar de investigación. En principio y resumiendo mucho, venía a decir
el artículo que si en un primer momento se barajó la hipótesis de que las
señales vinieran a representar algunas
suras del Corán que señalaran el lugar
de enterramiento de algún
santón musulmán en lo que antaño fuera un
morabito,
al final se señaló como cierta la hipótesis de que se trataba de caracteres
árabes que conmemoraban la victoria de un caudillo musulmán sobre tropas
enemigas, quizás y muy posiblemente una victoria de las
tropas del emir
Abd al Rahman sobre los invasores normandos,
los mayus, cuando
las tropas setenileñas cabalgaron junto a las huestes del gran
Musa ibn Qasi y
del eunuco
Nasar. Se deja caer además la posibilidad de que en el
mismo partido de Setenil se sucedieran refriegas entre avezados jinetes
serranos y los
mayus que ascendieron
Guadalete arriba hasta sus mismas fuentes.
Divaga el técnico del
Equipo D en esta y otras hipótesis
señalando que
“las disputas constantes entre peninsulares del norte y peninsulares
del sur aceraron de tal manera el talante y el espíritu de estos guerreros que
consiguieron derrotar a los mismos normandos que tenían por aquellos tiempos
aterrorizados a los pueblos atlánticos de Europa.”

Al final solución de concenso; para recalcar la
multiculturalidad de nuestro pueblo, inscripciones musulmanas, y para contentar
al técnico del
Equipo D lo de los vikingos, que ya llevaba unos años dándole
vueltas a la historieta y no sabía dónde colarla. En definitiva, nada de cruces
que eso ya no se lleva y queda muy carca y muy de derechas, y la cosa ahora va
por lo de la
multiculturalidad, que por ahí si que pueden llover las ayudas.
Ahora si se puede ir pensando en subvenciones, escuelas taller y cosas de esas.
De un plumazo, maniobra política de altura…es que el que vale, vale.
Bueno, en eso quedó la cosa…vikingos, batallitas, jinetes
musulmanes…¡que historia! Al final llegó el verano y todo se fue diluyendo. Nada
como tres meses de sopor y calor para anestesiar la mente.
El Carmen, La
Feria, fue una de esas mañanas de poniente en las que los
abuelos aprovechan para estirar las piernas con la fresquita cuando llegó
Rafael que, apoyado en su bastón, se plantó debajo de la cruz. Después de unos
instantes mirando al tajo se dirige al grupo que tomábamos el fresco en la
albarrá y nos dice;
Era mi hermano un niño de unos dieciséis años cuando hizo
eso. Todos nos quedamos perplejos
. Estábamos en la cochera de Ortíz y al
muchacho no se le ocurre otra cosa que lanzar al tajo cuatro peyaitas de yeso
con tan buen tino que hizo una cruz. Aún recuerdo como se reía…pobrecillo.
Rafael permanece unos instantes en silencio mirando la cruz
del tajo, luego nos sonríe y reanuda su marcha oscilante al compás de una
pierna mala y ese bastón de madera que le ayuda en sus andares.
¡Cuatro peyaitas de yeso! Ni tesoros, ni templarios, ni
vikingos ni moros…a tomar por culo el cantarito. Y ahora ¿que hacemos? ¿Se
comunica a las autoridades lo del hermano de Rafael o seguimos para adelante con
lo de la inscripciones árabes? ¿La verdad prosaica de la broma de un
adolescente hace sesenta años o un eslabón más en la multiculturalidad de Setenil? No sabe uno que es
lo mejor para el pueblo, máxime cuando se comenta que ya se han tramitado
los primeros papeles para la pesca de unas ayudas de
la Junta. Dinerito
fresco ahora que está la cosa tan mala y lo que es más importante, votos, que
ya están las municipales a la vuelta de la esquina…Sólo espero que no le ocurra
ningún accidente al bueno de Rafael, que los talibanes de la multiculturalidad
no se andan con chiquitas.
Nota; Las misteriosas formas existen y son fácilmente visibles en las Cuevas del Sol, siendo real el origen que les atribuye Rafael V. Los demás hechos que se relatan así como los personajes que aparecen en este cuentecillo son pura ficción. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Dedicado a los políticos visionarios que ven algo donde en realidad no hay nada y luego son incapaces de ver lo que las demás personas distinguen con claridad.