viernes, 31 de agosto de 2012

Los pleitos de Setenil con Ronda en los papeles de Pérez Aguilar

Siguiendo los interesantísimos apuntes que el erudito Alfonso Pérez Aguilar dedica a Setenil, encontramos notas y comentarios que nacen tanto del estudio de los archivos históricos municipales como de los de su propia familia, que no son pocos.
Sus estudios se hacen especialmente relevantes conforme el Setenil recién conquistado entra en la edad moderna, periodo histórico del que hemos tenido la suerte de conservar uno de los mejores archivos de la comarca y que dan fe de las vicisitudes de nuestro pueblo y sus gentes.
Sin pretender en la presente entrada hacer una relación pormenorizada de los hechos, si quisiera comentar algo sobre los pleitos de Setenil con la vecina localidad de Ronda, en tanto en cuanto, estos asuntos conforman en gran medida el devenir histórico e idiosincrático de Setenil y son sintomáticos de sus ansias de libertad y autonomía.
Durante todo el siglo XVI y los siguientes existió una pugna entre el Cabildo de Ronda y los pueblos que tenía bajo su jurisdicción, pleitos y litigios que dieron no poco trabajo a la Real Chancillería de Granada, llegándose incluso a que la mismísima corona tuviera que intervenir para dilucidar algún asunto.
En el fondo de estos pleitos, aparte de un claro contenido económico y competencial, subsiste un matiz personal que se adentra en el ámbito de la honra y la propia identidad de los setenileños como pueblo, como bien señala Pérez Aguilar: “así tenemos la tirantez entra Ronda y la villa más rica de su comarca, pues Setenil se sentía orgullosa ante aquella, y Ronda celosa de la última, porque la misma sangre de los conquistadores corría por ambos y no querían sentirse en situación de inferioridad...Son curiosísimas las lecturas de los legajos existentes en el ayuntamiento de Setenil, documentación abundantísima que nos reseña con todo lujo de detalles los interminables expedientes sobre estas controversias”.
De esta manera se refiere como en 1544, el emperador Carlos I expide una carta ejecutoria al corregidor de Ronda, el licenciado Antonio de Alfaro, para que ponga en libertad a los ediles de Setenil que habían ido a dar “cuenta de los propios é rentas del dicho concejo”. La raíz del problema estaba en que el cabildo rondeño quería obligar a la comisión de Setenil, con sus oficiales al frente, a que fuese a Ronda a hacer efectivos los impuestos, a lo que los setenileños se oponían por el avasallamiento que esto suponía y argumentaban que si querían cobrar, que se desplazasen ellos mismos a Setenil.
Otra ejecutoria de 1550, interpela para que Ronda se inhiba de administrar justicia en Setenil, competencia que tenía atribuida desde tiempos de los reyes Católicos, en relación sobre todo a determinados delitos contra la propiedad; “...la tala e daño en los montes vedados... y así se lo comunico a vos, licenciado Ynojosa, juez de residencia de la cibdad de Ronda e a cada uno e cualquiera jueces e justicia que agora son e serán de aquí en adelante..., para que se abstenga de intervenir por los muchos agravios que la dicha ciudad e justicia e guarda Della le hacía yendo contra la jurisdicción que la dicha villa tenía...ordenando que sean devueltas las prendas cogidas por lo que la autoridad rondeña tiene que acatar, dando, a su pesar satisfacción a Setenil”.
Ya en 1520, se requiere a un tal Porras, de Setenil, y que era el encargado de llevar los pleitos con Ronda, para que “diese cuenta sin dilaciones de los 16000 maravedíes tomados para gastos de dicho pleito”.
Pasan los años y son otros los nombres que aparecen en los legajos: en 1557 el corregidor de Ronda ordena prender a los oficiales setelineños que han ido a satisfacer los impuestos. Pese a ser puestos en libertad al poco tiempo, una comisión de Setenil, entre los que se encontraban los agraviados Orozco y Pedro López Montero, junto con Pedro Mir Quixada y Miguel Zamudio de Lizarazu, se desplaza a Granada a pedir justicia; “movidos por la pasión que tienen a la justicia e jurisdicción de Ronda por los pleitos que de ordinario sostienen...”
Siguen los pleitos sobre rentas, impuestos, cantidades, tierras de realengo, como que se desarrolla por la dehesa del Burgo que abarca desde 1564 a 1652, donde se conserva una carta con sello real donde se autoriza a Setenil a sacar los papeles que necesite del Archivo de Málaga para demostrar sus derechos sobre esta propiedad.
En 1607, aparece que Setenil adeuda al cabildo rondeño la cantidad de ocho millones de maravedíes en concepto de impuestos insatisfechos. No sabemos si Setenil saldaría esa deuda, pero si que en 1630 reúne la cantidad necesaria para pagar a Ronda y eximirse por tanto de su jurisdicción, en virtud de una Real Pragmática que le concede la independencia económica, quedando aún la jurisdicción militar subordinada al partido de Ronda, como figura en algún legajo de 1640.
Así en 1631, Pedro Díaz de Peraza se desplaza a Madrid como diputado de la Villa de Setenil para la compra definitiva a la Real Hacienda de la jurisdicción ordinaria. Consigue por tanto Setenil su independencia de Ronda, haciendo real un anhelo que setenta años antes, el 2 de abril de 1557, se expresa en un acuerdo del cabildo.
Queda así mismo reflejado este último punto en el monográfico de los Hermanos de las Cuevas, detallando que la cantidad para la compra de la independencia se eleva a 23000 ducados para la corona y “una buena suma de maravedises a Ronda”, haciéndose mención a que el heraldo setenileño ostenta el mismo apellido que el conquistador de Canarias, nota que también aparece en los apuntes de Pérez Aguilar, como bien se indica en las apuntes adicionales.
No se nos escapa por tanto, como ya hemos dicho en alguna otra ocasión, que los Hermanos de las Cuevas tiran para realizar su monográfico sobre Setenil de los apuntes de Pérez Aguilar, sin desdeñar por ello el trabajo de recopilación e investigación de los de Arcos, así como la calidad literaria que impregnan a sus escritos.
De esta manera, los estudios de Alfonso Pérez Aguilar representan un eslabón necesario entre las primeras investigaciones conocidas sobre Setenil, como la del erudito local José Pérez Benítez, que ya a principios del siglo XX se dedicara a organizar, cotejar y anotar gran parte del archivo, y la labor recopilatoria de los Hermanos de las Cuevas en la década de los años sesenta, hasta llegar a estudios más recientes, científicos y especializados de las últimas décadas. Reitero por tanto mi agradecimiento a los propietarios de estos papeles, no sólo por permitirme echarles un vistazo, sino también por haberlos conservado durante tanto tiempo, y dar de esta manera el sitio que sin duda merece su autor entre los estudiosos de la historia de Setenil.

3 comentarios:

  1. El que la busca la consigue, pero en este caso amigo Rafael nos costo a los setnileños/as el ojo de una cara.
    23000 Ducados, en esta época(siglo XVII) Rafael , en España y sus colonias la moneda ducado solamente se utilizaba como unidad de medida, no como moneda acuñada , se denominaban ducados de plata , para que nos hagamos una idea de lo que pagamos a la Corona , por cada ducado que tuvimos que pagar , estábamos soltando la suma de 375 maravedíes de plata, en total 8.625.000 maravedíes de plata, una inmensa fortuna para la época que seguramente dejaron muy tocadas nuestras arcas, precioso artículo Rafael, un gran saludo.

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  2. De verdad Rafael que la numismática es otro mundo, y sois muy pocos los que lo conocéis.
    deberías hacer una entrada de las equivalencias económicas de sumas de dineros que tengan que ver con Setenil. se me ocurre por ejemplo las cantidades exigidas para los rescates de los bandoleros, lo que hizo falta para construir la iglesia, algunas reformas más modernas, la compra de los terrenos para la estación y esta misma de la compra d ela independencia.
    me refiero a poner en €uros lo que costó entonces.
    un saludo

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  3. Hola Rafael lo tendre en cuenta aunque he de decir que no es facil dependiendo de la época, porque por ejenplo un maravedí del año 1480 equivaldría hoy día a 16 euros más o menos, si hablamos de la compra de la independencia el artículo presente que se refiere al año 1631 y por tal 150 años despues ya existe debido a la fuerte crisis que sufre España en esa época un declive importante y un maravedí de vellón pasa a valer 0,24 euros o 3 pesetas . Si volviéramos a la peseta tuvimos que pagar a la Corona 25.875.000 pesetas, y en euros subiríamos un poco más hasta los 206.000 euros , una suma nada mal para aquella época.
    Total :
    Año 1631 Setenil, España : 23.000 ducados : a 8.625.000 maravedís : a 25.875.000 pesetas : a 206.000 euros.
    Un gran saludo.

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