miércoles, 8 de agosto de 2012

En bici por Setenil



¿Puede una imagen contar una historia? Ya lo hemos hablado en más de una ocasión refiriéndonos a alguna fotografía que transciende el mero hecho testimonial y deja de ser un simple documento visual. Por unas Cuevas del Sol limpias y nítidas donde no se ve ni por asomo la presencia de mesas ni vehículos de motor, este niño hace alardes con una bicicleta mientras un paisano pasea junto a la albarrá que da al río, cigarro en mano y esbozando media sonrisa.
A mediados de los sesenta un niño podía recorrer Setenil de esta guisa sin temor a ser atropellado o incluso improvisar un campo de fútbol en cualquier ensanchamiento de la vía. ¡Una bici! Antes no todos podían permitirse el lujo de tener una, quizás alguien se la prestara, no lo sabemos. El niño más simpático y feliz no puede aparecer en la imagen, hábil y decidido, radiante diría yo.
La instantánea no tendría nada de particular si no reparáramos en el hecho de que al protagonista le falta el bracito derecho, con lo cual el saludar al fotógrafo con la izquierda tendría un valor añadido realzando de hecho la empatía que sentimos por el chaval.
Una imagen viva, nostálgica y alegre a la vez, con pellizco y que, al menos en mi caso, no puede dejar de producirme una sincera ternura.

1 comentario:

  1. Ese niño de la foto es mi tio,fue un carro lo que le pillo el brazo de mas pequeño aun,en la actualidad es un hombre tal y como se ve en la foto,súper alegre y una buenisima persona,hijo de belen y jose,dos personas que tenian en esa epoca una churreria y jose fue herrero alli. Me considero una persona muy afortunada por tener unos abuelos como ellos y otros 3 tios como ese niño alegre de la fotografia. Y ole la familia flores flores!!! @dansareri

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