domingo, 26 de agosto de 2012

El Arco de la Villa



Esta fotografía tan conocida podría ser la única imagen del primitivo arco de la Villa, la puerta que protegía la entrada de la fortaleza nazarí de Setenil. Miguel Martín, el fotógrafo rondeño autor de la instantánea, supo ver en este rincón un resquicio de un Setenil añejo y antiguo, un icono que representaba como ningún otro el pueblo de los hechos y hazañas de las crónicas y el romancero. Pese a que el arco de la Villa se mantuvo algunos siglos después de la conquista cristiana, su rústico y recio porte está ligado a la historia del Setenil musulmán que durante siglos resistió encaramado en la peña los reveses de la historia.
No veo razón para que tras la conquista los cristianos lo echaran abajo y construyeran otro de similares características, toda vez que el pueblo, décadas posteriores a la conquista, se desparramaba ladera abajo. Quizás como mucho alguna reforma para evitar su ruina, algún adorno que le diera algo de apariencia cristiana. Así pues me atrevería a decir que esta imagen representa el arco bajo el cual salían a cabalgar las huestes de El-Cordi; los esforzados moros setenileños que se distinguieron en tantas cabalgadas y correrías fronterizas.
Presenta este arco las características propias de una construcción defensiva; fabricado en piedra tosca, se le aprecia un grosor de unos dos metros aproximadamente y no cabe duda de que formaba parte del que quizás fuera el lienzo de muralla más recio de la ciudad. Ubicado en un acceso en rampa, quizás en tiempos necesitase de una pasarela o puente que salvase un cortado del terreno. Detalle curioso es el codo que hace la calle para llegar al arco, estrategia defensiva que servía para evitar el uso por hipotéticos asaltantes de arietes u otras armas ofensivas.
Imaginen lo difícil que tenía que resultar ganar Setenil a través de su puerta principal, lógico por tanto que la mayoría de lo intentos de toma fueran con escaladores por los tajos o la intentona final por medio de artillería, cuando los moros, tras salir malparados al presentar batalla al Marqués de Cádiz, vuelven a la fortaleza y sellan con argamasa la puerta; “...los moros como siempre salen a escaramuzear, pero sólo con los tiros de pólvora de la artillería el Marqués los confunde. Entonces, se reúnen en cónclave en la torre del Homenaje y toman la decisión de no salir más, cerrar las puertas de la villa e incluso tapiarlas por dentro. En el fondo tapian su tumba”.
Con el tiempo, los cristianos descendientes de los conquistadores cubrieron de yeso las recias piedras, lo blanquearon con cal y en el mismo centro se incrustó una hornacina con una imagen que he tenido la oportunidad de ver en persona y que rápidamente identificamos como la misma que aparece en la fotografía; un lienzo de madera o pizarra muy gastado y oscuro con una estampa de algo parecido a una virgen dolorosa. La familia que lo guarda quizás lo recogiera de los escombros del monumento derruido, y que muy posiblemente hubieran acabado rellenando los cimientos de alguna construcción moderna.
Algunos años después de que se derribara este monumento, Alfonso Pérez Aguilar, el médico y cronista rondeño se lamenta del deterioro sufrido por el patrimonio setenileño en general y el mismo arco en particular; “...Igual podemos decir de la manía de las reformas de los edificios particulares, que tan clásicos existían en Setenil, con las obras de albañilería efectuadas en sus fachadas que contrasta con la estructura medieval de sus pinas callejuelas y la cimera de los restos del castillo; por ello no sería nada extraño que el único edificio que queda, el del Ayuntamiento, con su espléndido artesonado mudéjar, sus inscripciones góticas, con su patina de tantos siglos en sus tejados, una piqueta mal dirigida eche por suelo esas sagradas piedras que tantas generaciones vieron. Esto ha ocurrido con el precioso arco de la villa, con la desdichada restauración a base de argamasa de cemento”.
En el capítulo que Pérez Aguilar hace en sus estudios a los inicios del siglo XV, refiere la descripción que de Setenil hace el cronista : ".. en la descripción que se hace de Setenil en la Crónica de Juan II se dice: ...es muy fuerte, la cual está asentada entre dos valles en una gran peña, que es hecha como manera de trévedes, y está toda ciega, sino los pretiles o almenas que están sobre la peña, la cual es toda tajada de altura donde es de dos lanzas de armas, e corre cerca della un poequeño río, e tiene una puerta al cabo de la villa... y a continuación hace el siguiente comentario; "esta puerta lamentablemente, la han agrandado y reformado con cemento, quitándole todo su sabor medieval"
Hoy, el arco bajo el cual accedemos a la Villa no llega siquiera a una réplica de aquel que defendiera la ciudad. Aquel arco, aquellas piedras, aquella puerta recia y guerrera, se perdió para siempre como tantos restos de un Setenil noble y heroico.
Fuentes:
Setenil de las Bodegas. Hermanos de las Cuevas.
Papeles de Don Alfonso Pérez Aguilar. Archivo particular.

3 comentarios:

  1. Me gusta, me parece en ocasiones increible la circunstancia de que conozcas y seas los nombres de las familias y las gentes que rodean a cada imagen... en ocasiones puede ser fácil, pero en otras las cosas no lo son tanto;... la presente imagen de Miguel Martín de qué año es y por cierto la imagen de la entrada a la villa estás diciendo que se conserva... gran alegría, sería interesante poder verla... creía que estaba perdida.
    Por otro lado... el arco de entrada: efectivamente nuestro arco de entrada ocupa el lugar que antiguamente ocupaba una torre puerta de acceso a la fortaleza nazarí. Esta tenía una entrada en recodo que conforme entrabas te pegaba a la derecha de la calle, entre la oficina de turismo y la "Torre Puerta" había un foso,actualmente ocupado por dos puentes. Así mismo quedan restos de los pasos de ronda en rededor de la Torre Puerta hoy desaparecida. La Calle a la cual da acceso era a la Calle Pública del Rey o Calle del Rey. Saludos, Jesús López.

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  2. A ver. Recuerdo que cuando yo era niño y tenia que ir a misa, atravesaba aquel arco, pero en uno de sus muros ¿ ? creo que vivia una persona mayor. Aquella vivienda, era diminuta, como de gnomos. Lo que son los recuerdos Rafa. Y en el arco la imagen de alguna virgen. Saludos.

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  3. Alfonso Pérez Aguilar comenta en sus escritos que la puerta de Setenil tenía la misma estructura que otras fortalezas de la época; con un foso (que debía ser donde estaría el balcón), acceso en rampa, calle en forma de codo y algo así como una doble puerta, como en el Gibralfaro, donde al acceder por una de ellas los "visitantes" se quedaban en medio, a merced de los ocupantes de esa torre, aunque este último aspecto no lo tengo muy claro.

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