domingo, 23 de octubre de 2011

Las casas cueva de Setenil (II); Por los Caños



Seguimos nuestro camino por debajo de La Variante, el cañón se estrecha, nos acercamos al cajón del río. Estamos en mitad de los escarpes.
Un antiguo molino reconvertido en... ¿camping?, un vertedero, gracias a dios sellado. Por aquí había un camino acondicionado y señalizado que nos conducía hasta La Molinilla, pero ya no existe. Las peñas se superponen en estadios, estas más humanizadas, con una mezcla de colores entre ocres y negruzcos. Viejos olivos se retuercen en la tierra pedregosa.
Justo en la curva, antes de enfilar hacia Los Caños y Las Calañas hay algunos habitáculos incrustados en los tajos. Tengo la llave de uno de ellos, su dueño la dejó olvidada en mi coche y aún no he tenido ocasión de devolvérsela, así que aprovecho la ocasión para entrar. Subo los escaloncitos que forman las lajas de piedra en la roca, las ramas de la higuera casi taponan la entrada. Parece como si el monte estuviese devorando la casa.
Me quedo perplejo...desde fuera no parece tan grande. Está limpia, sólo un suave polvillo, casi lunar, cubre el piso. Las huellas de mis botas quedan marcadas. Es mucho más amplio de lo que parece desde fuera pues la cueva se mete hacia dentro, mucho más de lo que abarcan los muros de piedra tosca del exterior. El techo y el suelo de piedra caliza mientras un muro divide la estancia en dos. Hasta no hace mucho aquello fue un corral de cabras.
Desde dentro veo llover, pero allí dentro no cae una gota de agua. No digo que aquello sea un lugar acogedor para vivir, ni mucho menos, pero esa antiquísima vivienda está en perfecto estado; Limpia, saneada, con los muros y tajos intactos, sin señales de desprendimientos. Quizás su posición en esquina de sensación de estabilidad.
Frente a la desalentadora impresión de abandono y ruina de la casa de La Esquimona, esta vivienda cueva, gracias al uso y mantenimiento rutinario de sus dueños, te deja un buen sabor de boca.
Cierro la vieja puerta de madera, bajo los escalones naturales y me dispongo a coger el coche, que por El Tejarejo vienen asomando más nubes negras. En frente, La Molinilla y Peña Caída, más viviendas incrustadas en los tajos. Otro día nos daremos una vuelta por allí, que tengo que visitar a un viejo amigo.




























4 comentarios:

  1. Bonitas fotos Rafael , yo siempre que paso por el lugar que nos enseña , me preguntaba como seria esa casa convertida hoy dia en corral por dentro , y por lo que veo esta muy bien cuidada y limpia , enhorabuena por el reportaje y por compartirlo con nosotros .
    Un saludazo.

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  2. Hola Rafa. Antiguamente, acondicionaban las cuevas de los tajos para encerrar el ganado caprino, el ganado humano lo guardabamos en el pecho la plaza, la villa y en el cerrillo. Discupadme la broma. Bajando por el Boquetón estaban las cabras de Mariquita la de la leche, y mas abajo a la izquierda creo que eran las casas-corrales cuevas de las Escalañas?. (cuando yo era niño, así me enseñaron su nombre, como "estijeras"). Gracias Rafa, por ser el cronista de la villa.

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  3. Hola Rafa. Es verdad que he estado un tiempo sin participar en tus entradas, lo siento, te leo y no escribo, es que ahora hago mas uso del mundo virtual y tengo que repartir los tiempos. Pues me faltan horas del dia. !!!Y eso que estoy jubilado¡¡¡. Oye he intentado contactar contigo por tu correo electrónico, pero no lo he conseguido. Donde pone Contacto ¿sabes?. Bueno saludos amigo.

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  4. Hola Pacorbe
    Dos veces he tenido que corregir lo de Calañas, porque sin darme cuenta también yo ponía Escalañas. El Boquetón, si no me equivoco, es la calle que está entre las "Es"calañas y los pisos de los maestros, que suben hacia el Carro ¿no?
    puedes contactar conmigo en el correo rvvillalon@hotmail.com
    Rafa

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