sábado, 22 de octubre de 2011

Las Casas Cuevas de Setenil (I): La Esquimona


Sólo es agua que cae del cielo, como dije alguna vez, pero que bien sienta sentir la lluvia después de tanto tiempo. Olor a tierra mojada y pasto húmedo, no ha llovido mucho, pero al menos parece que cambia el ambiente.
No es mal día para salir a pasear. Dejo el coche y camino por la Variante. A los pies mismos del Tejarejo, disfrutamos de uno de los espacios más singulares de Setenil; Los Escarpes del Trejo, tres o cuatro kilómetros jalonados de tajos, abruptas pendientes, sinuosos meandros, barrancos y cuevas. No es de extrañar que en estos parajes nos encontremos con algunas de las casas cuevas que aún quedan en Setenil, casi todas usadas como corrales y en la mayoría de los casos en ruinas, aunque alguna se encuentre en perfecto estado.
En la carretera me cruzo con un señor mayor
¿Qué pasa amigo, necesita ayuda?
No, sólo he bajado para hacer algunas fotos
Pues has elegido buen sitio, porque esto es bonito ¿Conóces el pueblo?
Entonces le explico que soy de Setenil, y que sólo quería fotografiar algunas de las casas que hay en La Variante.
Esta zona se llama La Esquimona, antes vivían en esas casas algunas familias, pero ahora son corrales, me cuenta el paisano. Por los años cincuenta, prosigue, cayó una greera que atrapó a una gente. Murió un muchacho y a otro le cortaron un brazo, y las casas quedaron bastante dañadas...ten cuidado si andas por ahí. Me cuenta
Ten mi paraguas y ya me lo das en otra ocasión.
Rehúso el ofrecimiento de José, y tras unos saludos sigue su camino mientras yo me acerco a La Esquimona.
Antiguas viviendas o corrales bajo los imponentes tajos que cortan de manera abrupta con las tierras del Tejarejo. Arriba algunas encinas y abajo chumberas, todo parece desolado, como abandonado. Se nota el efecto de los desprendimientos.
La vivienda no puede dar mayor sensación de rusticidad; piedras toscas conforman una fachada blanca mientras el mismo tajo hace de techo, suelo y pared trasera, característica típica de las casas cueva setenileñas donde la oquedad es en gran medida natural y sólo se le añade de fábrica la parte exterior. Quicios de madera, pequeñas oquedades para las ventanas, solana en el exterior. Dentro, la luz entra por los huecos de la pared dibujando extrañas formas y sombras. Desde allí las vistas no pueden ser mejores; Setenil se divisa como emergiendo de entre las piedras.
Hábitat troglodítico, anacrónico y primitivo. Una visita a la casa cueva de La Esquimona, aún en ruinas, es como viajar a otra época.


















3 comentarios:

  1. Bonito reportaje Rafa. Te felicito.

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  2. Hola Pacorbe
    Es un gusto tenerte de nuevo por aquí

    Un saludo

    Rafa

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  3. Como siempre sigues sorprendiendome,un abrazo.

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