viernes, 23 de noviembre de 2012

Setenil en el Semanario Pintoresco Español


En alguna otra ocasión hemos hablado en este blog de la representación de la toma de Setenil por los Reyes Católicos en la sillería de la Catedral de Toledo, junto con el resto de plazas que fueron tomadas en el contexto de la Guerra de Granada y la conquista del reino Nazarí.
En una digitalización del Semanario Pintoresco Español de 2 de Septiembre de 1855 podemos encontrar un excelente dibujo que copia el original en madera así como una explicación más o menos significativa del mismo. El ejemplar, dado su antigüedad de más de 150 años, puede resultar una joya en si mismo, pese a que la información que aporta es más bien justita. Así se puede leer en el texto:
Bajo relieve De la sillería baja en el coro de la catedral de Toledo, que representa la rendición de la villa de Setenil en el Reino de Granada.
Uno de los monumentos artísticos é históricos de los muchos que encierra la catedral de Toledo, primada de las Españas, es sin duda la bella sillería baja en el coro. Los respaldones de dicha sillería representan las plazas fuertes tomadas a los moros por los insignes y memorables reyes Católicos D. Fernando é Isabel, sin duda para perpetuar tan grandes hechos de armas. Esta sillería baja es de nogal y de estilo gótico, y empezó a construirse en el año 1493 bajo la dirección del artista Maes Rodrigo, y se concluyó en tiempo del célebre cardenal Cisneros. Es notable además de que constituye un poema mudo y sublime de nuestros gloriosos hechos de armas, porque dicha sillería encierra un rico y bello depósito para el curioso, y artista, en trajes, ceremonias militares y armas, en el siglo XV. En el año 1484 se puso sitio a la villa de Setenil por los cristianos, situada sobre un peñasco escapado é inexpugnable, porque en vano se había intentado tomarla en épocas anteriores. Habiendo sido de poco efecto el resultado destructor de las lombardas y otras piezas de batir (que comenzaron a usarse en España por los reyes Católicos), contra la dicha villa, púsose a dirigir el marqués de Cádiz por si mismo los tiros, consiguiendo apostillar las puertas y abrir una brecha tan grande que obligó a los moros a rendirse. El dibujo que va al frente, representa el acto de hacer la entrega de la villa al rey Católico, el alcaide moro que rodilla en tierra, con sumisión y respeto quitándose el turbante le entrega las llaves (1). A este le acompañan algunas gentes de la guarnición, y un pajecillo le está teniendo el caballo. El rey se muestra a caballo con su cetro en la mano, llevando a su derecha al gran cardenal Mendoza, a su izquierda un personaje que lleva una cruz tremolada, y gran séquito de caballeros y soldados con sus lanzas levantadas.
(1) Este bajo relieve está algo deteriorado, faltándoles las guardas de las llaves que entrega el moro, parte del cetro del rey Católico, las bridas y algunas otras cosillas”
Como siempre los Hermanos de Las Cuevas salen al rescate y dedican en un artículo de su monográfico, titulado “Testigo en madera”, unas notas explicativas de la obra siguiendo siempre los textos de Juan de Mata Carriazo en “Los relieves de la guerra de Granada en el coro de Toledo”. Archivo Español de Arte y Arqueología. T. III. 1927. “...La conquista de Setenil ha quedado fijada para siempre en un tablero de madera de 56 cm de ancho por 37 de alto, nada menos que en la catedral de Toledo. Se concertaron con un tallador alemán por 10000 maravedises la silla, (y aquí difieren con el semanario) en 1489, o sea, con cinco años de diferencia de la toma de Setenil...”
Sigue la crónica del manual ahora en palabras del propio profesor Mata Carriazo:”...ante los fuertes muros de Setenil, tras los cuales asoman algunas casas de la ciudad, avanza la plana mayor de la caballería cristiana. A la cabeza marcha Don Fernando, cubierta la armadura con rico y cumplido ropón, con corona y al cuello un pesado collar. A su lado, en primer término, el cardenal Mendoza, con las ropas de su dignidad, cabalga en una mula de cola corta y orejas erizadas. Dialoga con el cardenal un musulmán de distinción, cadena al cuello. A la izquierda del Rey, también adornado con su collar, el Marqués de Cádiz. En segundo término, la cruz y el pendón real. Detrás una masa compacta de caballeros. Por la puerta de la ciudad salen a rendirla sus jefes. El primero, ha dejado el caballo, que un peón sujeta la brida y, rodilla en tierra, destocado, presenta a Don Fernando las llaves de la plaza. Detrás del alcaide, otros moros, todos ellos cubiertos, no con turbantes, sino con una especie de gorro o bonete con el que luego se representaría a los moriscos. En lugar visible el nombre de la plaza: Setenil...”
En el mismo texto se apunta que el jinete que prepara el caballo podría tratarse del moro que tiene la misión de comunicar a Ronda la toma de la villa y la solicitud de asilo para sus pobladores, quedando en prenda cuatro rehenes de entre los principales moros, tal como apunta Mosén Diego de Varela en su Crónica de Los Reyes Católicos: “E venido el mensajero, el martes que se contaron veinte e uno de septiembre, se entregó la villa al Rey”
Nos sirven estos dibujos y textos para conocer mejor a los protagonistas de los hechos que se relatan, las ceremonias, los usos militares y políticos y quizás las armas y ropajes de la época, aunque la información que puede aportar para conocer mejor aquel Setenil recién tomado por los cristianos sea escasa pues la ciudad representada tiene poca similitud con lo que podríamos entender sería la villa en aquellos entonces, pero no cabe duda de que el dibujo tallado en recia madera de nogal personifica una instantánea más o menos fidedigna de la toma de Setenil por los Reyes Católicos, quizás el hito más significativo de la historia de nuestro pueblo.
Fuentes:
Semanario Pintoresco Español de 2 de Septiembre de 1855. Biblioteca Nacional.
Setenil de las Bodegas. Hermanos de las Cuevas
“Los relieves de la guerra de Granada en el coro de Toledo”. Archivo Español de Arte y Arqueología. T. III. 1927. Juan de Mata Carriazo.

1 comentario:

  1. Una de las cosas que me gustaría hacer algún día es visitar la sillería de esta Catedral. Muy buena suma la que cobro este tallador por la silla, ya que en el año 1480, un maravedís equivalia aproximadamente hoy día a 16 euros reitero en 1480, ya que en 1600 pasó directamente a o,20 céntimos de euro un maravedí, en definitiva un buen sueldo por un buen trabajo, lo que más coraje me da es que el tallador fué alemán.
    Un gran saludo Rafael.

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