Mientras nos reponemos de las fuertes tormentas que se han presentado de sopetón a mitad de agosto y que tanto daño han ocasionado en el campo y algunos pueblos vecinos, presentamos hoy una perspectiva en el tiempo de
Las Cuevas de la Sombra, una de las calles más fotografiadas y señeras de Setenil, con una diferencia entre ellas de cerca de cincuenta años, pues mientras la primera es de los 60 las otras son de este mismo verano.
Como suele ser habitual, la diferencia está en las casas y el empedrado de las calles, mientras la fisonomía viene a ser la misma. En la antigua podemos observar como unas señoras se acercan a recoger agua a la fuente que baja de La Cantarería, actualmente en desuso.
En todas las imágenes sobresale el negro tajo, que bajando desde El Carril y La Ventosilla, viene a cubrir la calle convirtiéndola en un auténtico túnel natural, a cuya sombra y cobijo se ubican las casas.
Quizás para los setenileños, Las Cuevas de la Sombra, al tratarse de una calle de paso cotidiano pueden pasar inadvertidas a nuestros sentidos, aunque si nos detenemos a pensar y observarlas detenidamente, resultan un lugar único y espectacular.
Es lo que tú dices Rafa, la cotidianidad a veces hace pasar inadvertida algunas cosas que para el foráneo son excepcionales. A menudo comento con gente de Setenil lo peculiar de este pueblo, lo especial que es (por lo menos para mí) y me contestan que no es para tanto, que si la estrechez de sus calles para la circulación, que si los aparcamientos, que si la humedad, que si el frio, que esto, que lo otro; es decir, el residente percibe más los inconvenientes cotidianos que la singularidad y belleza del pueblo. Desde mi punto de vista eso es comprensible, pero si algún día al pasar por la calle Herreria, Las Cuevas de la Sombra, del Sol, Jabonería, Cabrerizas, Triana... se detuviesen un momento, mirasen detenida y pausadamente a su alrededor, sin prisas, en la soledad del amanecer o anochecer, quizás caerán en la cuenta de que lo que están viendo, del lugar por el pasan en esos momentos no lo encuentran en otros sitios y se percaten del lugar tan extraordinario en el que viven. También depende, claro, de los gustos de cada uno, pues quizás a algunos les gusten las grandes Avenidas con muchos carriles, grandes centros comerciales, bloques de 20 pisos, aglomeraciones de gente, etc.
ResponderEliminarEra solo un comentario. Un saludo para todos los Setenileños.
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarCreo que la mayoría de los setenileños valoran las cosas únicas de su pueblo, pero sólo cuando se vive fuera y nos acercamos a estos lugares más de vez en cuando es cuando nos sorprendemos. es lo que tiene la cotidianidad.
es lógico que la gente piense que Setenil es complicado para conducir, pero hay que pensar que es lo que hay, que es un pequeño núcleo rural, muy especial en su conformación, y eso es lo que lo hace tan distinto y peculiar. no podemos pretender que sea igual que una ciudad, por que no lo es.
un saludo
Efectivamente. Las sinularidades del pueblo hay que aceptarlas como son. Es mas yo seria partidario quizás de enriquecerlas, porque es la salsa de la ciudad. Yo, setenileño, que paso muy de tarde en tarde, la última vez me quedé impresionado de ese "monumento de la natulareza" que son Las Cuevas de la Sombra, y por lo bajini pensaba, mira que si éste tajo se cayera...
ResponderEliminarEso es lo que piensan los turistas cuando llegan a Setenil...que ya sería mala suerte que le tocara a uno que sólo ha estado un ratillo en el pueblo, cuando la piedra lleva milenios donde está.
ResponderEliminarRelativo a lo que estamos hablando resultan en mi opinión las obras de algunas calles, donde de una manera agresiva se está acabando con los tajos. cierto y verdad que es útil darle amplitud a las calles, pero no hay que olvidar que lo que tiene de setenil de interés son los tajos, nada más, y si nos lo cargamos, estamos matando la gallina de los huevos de oro. todos los tajos de setenil deberían estar protegidos como monumento natural, y si para pasar en coche tardamos 1 minuto más, eso es lo que hay, y deberíamos aceptarlo. es desde luego mi opinión.