miércoles, 29 de mayo de 2013

Aquellos maravillosos años

Hace ya algunos años desde que fue tomada esta fotografía en la que Felipe González, por aquellos entonces presidente del gobierno, posa junto a unos niños en alguna visita que hizo a Setenil. Hoy es uno de esos jarrones chinos que, como él mismo dice, tienen mucho valor pero nadie sabe dónde colocar y los niños son ya unos hombres.
Eran años felices, la crisis ni se atisbaba en el horizonte, los alemanes eran gente que no paraba de enviarnos subvenciones y no esa señora tan seria que no hace más que preguntarnos en que puñetas nos hemos gastado todo ese dinero. Los políticos gustaban de retratarse con la chavalería en plan "dejad que los niños se acerquen a mí" y los chavales querían hacerse una foto con ellos, aunque sólo fuera por tener un recuerdo de ese señor que salía todos los días en el telediario.
Eran otros tiempos como digo, cuando la clase política aún no era considerada como el principal problema de los españoles junto al paro y la corrupción y que la visita de un personaje tan célebre era todo un acontecimiento ciudadano.
De aquella visita siempre nos quedará la frase del líder socialista, no sabemos si real o ficticia, de que le gustaría ser alcalde de Setenil cuando dejara la alta política, como una especie de retiro dorado después de las altas cotas de responsabilidad que ejerciera durante tantos años.
Eran otros tiempos como digo, no sabemos si maravillosos o no pero, viéndo la fotografía hoy día, resultan muy lejanos.

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