miércoles, 20 de febrero de 2013

Oscuridad

Hoy he paseado por Setenil en una total oscuridad. En algunos tramos de La Calle Ronda y Las Cuevas no había luz, sólo trazos iluminados que llegaban desde las ventanas de las viviendas. No había nadie en la calle, sólo yo.
Al pasar bajo los tajos de Las Cuevas de la Sombra me acordé de aquella vez que bajé a la Cueva de los Murciélagos y el guía, después de apagar las lámparas que servían para iluminarnos, nos dijo;
Oír y disfrutar los sonidos y silencios de la cueva.
Entonces hice lo mismo que aquel día; He cerrado mis ojos para escuchar los sonidos y silencios de esta calle atrapada en el tiempo, he oído el goteo constante del agua, su discurrir por canales invisibles, he sentido el olor mineral y calcáreo de la piedra, su química primigenia.
Muchas veces, sólo en la más absoluta oscuridad se puede ver lo elemental.

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