No hacen más de diez días desde que terminó la Semana Santa, y cuando aún chirrían las gomas de los coches en nuestras calles, ya estamos pensando en la Romería. Son las cosas de esta sociedad tan vertiginosa en la que vivimos.Pero antes debemos hacer un recuento de lo vivido en nuestra fiesta emblemática, ahora que parece que nos vamos relajando y las emociones de los últimos días parecen
diluirse.
En primer lugar los Blancos han presentado un nuevo Hermano Mayor, Don
Sebastián Luque, como ya adelantaba la crónica de El País Viajero, y que le hace el relevo a Don Rafael Corral, que después de mucho tiempo deja esta labor. Suerte al nuevo mandatario y un saludo especial al saliente, que ya en la revista anual que publica su hermandad lleva cumplido homenaje. Ser Hermano Mayor de una Cofradía en un pueblo tan pequeño como el nuestro, viene a ser como una especie de institución conferida de una responsabilidad y respeto fuera de toda duda. Por otro lado, Los Negros, después de cuatro años de arduo y exitoso trabajo de la "Nueva Junta", toma como reválida la elección de una cabeza visible que otorgue cierta y necesaria estabilidad a su organización.
En otro orden de cosas, las dos hermandades han hecho un soberano esfuerzo por desplegar sus mejores galas, como es natural. Los Blancos, en una apuesta decidida por ampliar su ya rico patrimonio ornamental, han presentado una serie de enseres que unidos al trono de madera adquirido el año pasado, confirma su política de renovación y estreno, consiguiendo una sobria y cuidada puesta en escena. Destaco además su procesión de Silencio, única e inigualable, soberbia expresión de lo más antiguo y puro que hay en
Setenil, sólo empañada por el hecho de que no todos comprenden el significado de las palabras silencio y respeto. Los Negros, por su parte, han apostado por la espectacularidad que en S
etenil no puede venir más que por la música, sin olvidar el estreno de algunos enseres y una especial cuidado en la ornamentación. Destaco el hecho de que a pesar de que son La Legión y Regulares las que se llevan la palma por la espectacularidad al desfilar y por ser militares, son bandas como la de
Benaoján y sobre todo la de
Trebujena las que más han gustado, y ha sido todo un placer escucharlos tocar una marcha tras otra durante toda la procesión. La banda de
Trebujena estrenó la marcha “
Soledad de Setenil”, especialmente dedicada a nuestra virgen, aunque el momento antológico fue en la Plaza cuando la misma banda le tocó “
Madrugá”. Se me ponen los pelos de punta, y viene a ser buena señal que son cada vez más los
setenileños que aprecian la música en estado puro por encima de todo lo demás. Mis amigos
banderos siguen esperando un rearme de la guerra de las bandas, que parece un poco olvidada en los últimos años, y que aunque polémica, no hay que olvidar que forma parte de lo mejor de nuestra semana santa, nos guste o no.He dejado para el final lo de la banda del pueblo. Han tocado para Blancos y Negros y su entrada el viernes por la tarde en S
etenil ha sido de lo mejor que he visto en mucho tiempo. Nos han ilusionado y emocionado a todos, y esperemos que lo sigan haciendo por mucho tiempo. Gracias a todos los componentes de la banda por que sabemos que han hecho un soberano esfuerzo por llegar a la Semana Santa en tan buenas condiciones.
Por último me gustaría dejar unos deberes para el año que viene: tanto Blancos como Negros debemos acompañarnos en nuestras respectivas procesiones. Me consta que esta bonita y sana costumbre volverá cuando la primera luna llena de la próxima primavera aparezca por el firmamento. Sería una buena señal.
En breve publicaré unos vídeos, que por razones técnicas no podemos poner hoy (Incluida la entrada de nuestra banda en la Plaza)
el tintin ta rebentao
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