domingo, 21 de abril de 2013

Setenil, una buena meta



Una carrera popular como escaparate de Setenil, como evento turístico, económico y social. Esa es la idea que queremos lanzar. Uno se mete en el blog de Artanaca y los ve continuamente cargando bicicletas en la furgoneta de Rafael Durán camino de Los Palacios, Montejaque, Chiclana, Ronda. Vemos a Los Saltalindes dando volantazos por la Sierra de las Nieves… ¿Por qué no aprovechar el empuje de estos colectivos para organizar la Carrera Cuevas de Setenil o la Rompepiernas de Setenil? Las carreras se han convertido en un fenómeno popular. Antes el que corría porque quería ser Mariano Haro. Ahora la sociedad ha asimilado los saludables beneficios del deporte y son miles las personas que se apuntan a estos hitos deportivos: carreras de 10 km, medias maratones, pruebas cicloturísticas, duatlones… Los Palacios reúne a 3.500 corredores; Los 101 kilómetros de La Legión a 7.800 participantes… y así podemos enumerar decenas de carreras populares en toda Andalucía. Setenil tiene una geografía excepcional. ¿Por qué no ponerla en valor? Se nos ocurren muchos itinerarios asequibles y atractivos por el perímetro urbano del pueblo y sus alrededores (Escalante, por ejemplo) que harían las delicias de los corredores o los ciclistas, y que convertirían a Setenil (Cuevas del Sol, Cabrerizas, La Molinilla, la Plaza…) en punto de salida y llegada. Con apoyo municipal y de las empresas del pueblo, estamos convencidos de que Setenil puede ser una buena meta y atraer a miles de corredores de fuera. Le hemos hecho esta pregunta a un veterano runner y periodista de El País, Raúl Limón, que nos cuenta por qué correría en Setenil.

Rafael Vargas Villalón, Rafael D. CEDEÑO y Pedro ANDRADES

Por RAÚL LIMÓN. Corredor y periodista de El País.
Salvo unos pocos y excepcionales profesionales, los demás corremos sin razón o, mejor, sin una causa que justifique llevar al cuerpo más allá de lo que este está habituado. Se empieza a correr por salud y se sigue por tesón, porque es un diálogo permanente entre el cerebro y las piernas, entre el corazón y los pulmones. Y tienen que ganar los primeros. Además, una carrera es un catálogo de sensaciones poco habituales: el rumor nervioso previo a la salida, el silencio inmediato, el ruido de los pies sobre el asfalto, que se asemeja al de las gotas de una lluvia amable, la solidaridad de los compañeros y la vista; rara vez se pueden ver los pueblos y las ciudades desde el centro de las calles, sin tráfico, sin la urgencia por cruzar. Raúl Limón, acompañado de sus hijas Raquel y Enma en la carrera Valor Ecológico de Almonte. Cada año recorro unos 2.000 kilómetros, por los caminos junto a mi casa y en carreras más menos oficiales, como la Nocturna del Guadalquivir, los maratones de Sevilla y Madrid, las medias maratones de Los Palacios y Marchena o los 10 kilómetros de Valor Ecológico que organiza el incombustible Paco Casero en Almonte, entre otras muchas. A quienes corremos por esas sensaciones y por la superación personal nos da igual el tiempo, aunque respetemos los límites para evitar que la marcha sea un paseo. Y por eso todo el proceso, desde que se piensa hasta que se celebra, es festivo. Y por eso, también, Setenil merece una carrera: porque es una excusa perfecta para recorrer sus calles, para disfrutar de su paisaje humano y físico, para saborear el simple triunfo de haber llegado en sus bares, para oler su sierra, para reencontrar amigos y porque no hacen falta razones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario