lunes, 8 de abril de 2013

De restauraciones, justificaciones y "alta política"

Me hubiera gustado poner en este blog algo sobre la charla “Restauración del Patrimonio de Setenil: La Iglesia de la Encarnación” organizado por el Exmo Ayto.de Setenil , pero lamentablemente la falta endémica de tiempo que padezco me lo impidió. Me hubiera gustado hacer alguna entrada previa anunciando el acto, al menos poner una imagen y un horario como la de este cartel anunciador de invitación a los blogs que encabeza la entrada y que nos entregaron en la puerta del salón a pocos minutos de que se iniciara el evento pero, como digo, no ha sido posible.
Me hubiera gustado que muchos setenileños hubieran subido este pasado viernes a los salones del Ayuntamiento para presenciar ese acto, al menos, unos pocos más de los que nos presentamos el pasado viernes en ese salón de Plenos hubieran sido testigos de ese evento de tintes surrealistas y berlanguianos con el que nos obsequiaron nuestros representantes municipales.
El caso, y es lo que importa, es que allí se celebró el acto; representantes del Obispado, el arquitecto encargado de la restauración y representantes municipales, todo bien adobado con una cámara de vídeo y gran cantidad de digitales encargadas de plasmar el evento para la posteridad; Una cuidada puesta en escena para un acontecimiento que no pude disfrutar en su totalidad pues la hora escasa de permiso de la que disfrutaba solo dio para escuchar cuarenta y cinco minutos de justificaciones, propaganda, actos florales y adulaciones varias, y sólo quince minutos del inicio de la ponencia de don Fernando Visedo, la única persona que tenía que haber hablado esa tarde.
Así pués, hablo de oídas, de la gente que durante el fin de semana me contó lo que pasó, de los que fueron abandonando los salones antes de que acabara la “conferencia” y de los que allí aguantaron con estoica y resignada paciencia. El personal, al menos gran parte de los allí congregados, nos presentamos para escuchar a Don Fernando sobre las obras de restauración de nuestra Iglesia mayor, y después hacerle preguntas sobre las cuantiosas dudas que tiene la ciudadanía sobre las mismas pero, ni una cosa ni la otra.
Dos enormes cuadros de un Setenil antiguo en blanco y negro jalonaban las alas del salón. Se nos invitó a comparar el Setenil de ahora con el Setenil antiguo, “hechos objetivos” como se dijo, luego llegó lo de que era el momento de la "alta política”. Siguieron las adulaciones, en algunos casos sonrojantes dadas las críticas que en público o en privado algunos de los ponentes habían hecho sobre las obras de restauración de la iglesia y el propio encargado de las mismas y, cuando ya llevábamos cuarenticinco minutos como digo, empezó Don Fernando a hablar de lo suyo.
Lamentablemente me tenía que ir y lo dejé divagando entre las ruinas de esa Baelo Claudia que me tría aromas a mar y salitre y una añorada adolescencia entre dunas y pinares. Me hubiera gustado de veras terminar de escuchar la ponencia de don Fernando Visedo, aguantar al instante en el que dejara esas antiguas piedras que miran a África y de una vez llegara a esa Iglesia Nuestra de La Encarnación que de la mañana a la noche parece otra, como nueva y remozada pero que tanto trabajo nos está costando digerir al verla vestida de blanco, como de traje de comunión.
Hubiera deseado hacerle algunas preguntas, escuchar sus explicaciones que seguro las tiene, oír  las razones por la que se han tapado algunas pinturas murales, las nervaduras de la bóveda, ese blanco de mortero tan artificial, la falta de presupuesto y el resultado final de la obra,  la luz, el sincretismo arquitectónico, la teoría de la “iglesia enchufada”. Quizás Don Fernado hubiera podido defender su trabajo…pero no fue posible. ¡Cuarenta y cinco minutos de presentaciones previas a su ponencia lo impidieron!
Quizás no era el momento de la “alta política”, como se dijo allí esa tarde, era el momento de que hablaran los técnicos, que ya viene siendo hora en este país, de que se explicara el responsable de las obras de restauración de la Iglesia de Nuestra Sra. De la Encarnación, era el momento de la divulgación y no de la propaganda, de la información a la ciudadanía y no de la justificación de quimeras y ensoñaciones vacías que ya nada significan. Simplemente era el momento para que el arquitecto hablara de nuestra iglesia, de que nuestros responsables políticos en definitiva nos traten como a mayores de edad y no como a niños.
En fin, ni el mismísimo Jose Luis García Berlanga hubiera imaginado un guión como este para una de sus películas.
¡Salud amigos!

4 comentarios:

  1. La conclusión que yo vi es que se llevan de maravilla todos y, que al final el visado este, ara lo que le den ganas de hacer y nadie se lo impedira por que se llevan ta bien , que verguenza de autoridad y de sus pelotas.

    ResponderEliminar
  2. Muchas personas que fueron me han transmitido su decepción porque el acto estuvo mal organizado desde el principio. En la convocatoria del Cisb no se especificaba quiénes intervenían y sí el objeto: informar sobre la ejecución de las obras de la Iglesia de la Villa, que ocupó un lugar secundario. Los asistentes no pudieron preguntar hasta... las 21 horas, en un acto convocado a las 18:30h. Finalmente, claro, solo hubo dos preguntas y no por falta de interés como se ha demostrado en el "chat" previo de Imagina Setenil con el arquitecto Fernando Visedo. http://bit.ly/XrNFEn

    El alcalde se explayó en un discurso largo y fuera de contexto, quizá porque son tan pocos los actos públicos en los que contrasta sus proyectos con la ciudadanía que quiso aprovechar la ocasión para reivindicarse (?) personalmente, sin opciones a un debate posterior. En eso me recordó a Rajoy refugiado en el plasma de TV.

    La intervención del arquitecto, que no pude escuchar en su integridad por lo anterior, me pareció muy interesante, oportuna y merecedora de un mayor protagonismo en su primer encuentro directo con los ciudadanos de Setenil. Visedo no necesita lisonja sino tiempo y feedback para explicar sus proyectos, que sabe defender muy bien. A unos les convence y a otro no, pero se gana el respeto de aquellos que quieren entender por qué se hace esta transformación tan importante de los dos principales monumentos de Setenil. El alcance de la restauración del Torreón merece un tratamiento propio.

    Lamentablemente, imperó la sensación de una oportunidad perdida y un mal precedente para el futuro.

    ResponderEliminar
  3. Para mi , como nos dijo "nuestro alcade", pura estrategia. No aguante hasta el final, yo creo que lo hicieron así para cansar al personal, al fin y al cabo hacen lo que les da la gana.

    ResponderEliminar
  4. Sea como fuere, que suerte que por primera vez en la historia reciente de nuestro pueblo, se tengan que empezar a sentir obligados a dar explicaciones, ni que sea para autodefenderse de la critica mas constructiva que he visto nunca. Todo esto es gracias a tod@s los que estais empezando a presionar sobre la base de la piedra misma... gracies por compartir vuestras visiones y vuestros pensamientos...

    ResponderEliminar