martes, 10 de julio de 2012

Diccionario setenileño (X): De compras

En aquella casa de un campo de Setenil se criaban cuatro mocitas casaderas, así que esa huerta era visita obligada para el ditero; Cacharros de cocina, ropa y menaje de casa para el ajuar, vestidos y pinturillas para la feria... El ditero no cabía en sí de gozo pues haría buenas ditas con las niñas a las que todo les parecía poco. Luego venía la señora de la casa, mujer austera donde las hubiera, y haciendo criba devolvía todo lo que sus hijas habían cogido. Su gozo en un pozo.
El ditero era un vendedor ambulante que, primero en bestia y luego en furgoneta, recorría pueblos y campos y hacía ventas por encargo que luego cobraba a plazos, la dita.
En aquellos años donde el dinero era escaso y circulaba con dificultad, más o menos como ahora, la gente ideaba sistemas alternativos de compra-venta donde funcionaba la palabra y la confianza en las personas.
En las panaderías y otros comercios era usual el crédito, es decir, permitir que el cliente retirara el producto para pagarlo cuando entrara dinero en la casa, bien por el cobro del jornal o el pago de la cosecha. Un curioso método de control de estas transacciones era la taja, tablilla de madera, normalmente higuera, a la que se le hacía una mella cada vez que el cliente retiraba un kilo de pan, por ejemplo. Este sistema me lo contó mi tío según lo hacían desde siempre en la panadería de sus padres y abuelos.
El recuerdo de esa antigua panadería que horneaba en su horno de leña junto al río, nos trae de vez en cuando palabras ya en desuso. Así nos encontramos con zaramalla (¡gracias Consuelo!), algo así como ramaje de encina lo suficientemente fino como para no llamarlo leña y que bajaba del monte en su burra un tal Nicolás, hombre simplón y sin muchas letras al que los niños mortificaban con sus bromas y burlas.
Por afinidad, zaramalla también puede referirse a cosa de poca importancia, sin mucho valor e incluso algo mal hecho, mal cosido o desordenado.
Aún se usa en los pequeños comercios el término vecero, referido al chorreito constante de clientes que se pasan por el establecimiento a comprar con regularidad. “la cosa está mala, pero yo con mis veceros voy tirando”. La palabra deriva de “vez”, algo así como turno, cuyo origen se remonta a la sucesión más o menos cíclica de cargos y puestos de responsabilidad en determinadas instituciones, normalmente cabildos y concejos comunales. De ahí pasa a la voz que todos conocemos hoy.
En una tienda de Setenil, de esas de las de toda la vida donde puedes encontrar de todo, escuché hace unos días a unas mujeres hablar de que tenían prisa, que tenían la casa como una chacalaca, es decir, desordenada, todo manga por hombro, algo parecido a la otra acepción de zaramalla.
Busco la palabra en un diccionario pero lo más parecido que encuentro es chachalaca, referido a un pájaro americano similar al pavo. En Setenil se dice cuando algo está desordenado o mal hecho que parece el nido de una abubilla, un bonito pájaro que podrás ver saltando por los árboles de rama en rama. ¿Tendrá algo que ver nuestra chacalaca con una desviación de chachalaca? La verdad es que no lo sé. Lo cierto, y ya que hablamos de pájaros, es que para chacalaca buena la que ha liado la casta política en este país durante tantos años de despipote y locura. ¡80.000 cargos políticos en España entre la administración central, autonómica y local! Quizás, lo que tendrían que recortar sería a ellos mismos si no queremos volver a vernos vendiendo zaramalla por las calles. ¡Que desatre!
Perdón amigos pero hay días en los que voy a reventar.
¡Salud!


La foto, aunque no tiene nada que ver con el tema del que hablamos, estuvo colocada en un antiguo establecimiento de Setenil. Además, la pinta del paisano es un auténtico poema, ¡y las manos! Miren con que cara de delectación mira la copa de vino. El eslogan publicitario decía algo así como que "con fino Soto siempre serás uno de nosotros". Sin palabras.

7 comentarios:

  1. Rafael Domínguez Cedeño.10 de julio de 2012, 13:18

    Motivos no faltan para reventar desde luego, la de zaramallo es la que más se usa en plan insulto aún hoy día , chacalaca y vecero nunca antes las había escuchado, muchas de estas palabras nuestras, después de cientos de años han o están desapareciendo, por tal me parece muy importante recordar todas estas palabras ya que detras de cada una hay una historia, gracias Rafael por compartirlo , un gran saludo.

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  2. Hola Rafa- Aprovecho para quizás añadir, el nombre que se le daba y supongo que aún se dará a la abubilla en ese nuestro pueblo. Cagajonera, o al menos ese es mi recuerdo.

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  3. Efectivamente, cagajonera, un pájaro muy bonito pero con muy mala fama. ahora los veo mucho porque vienen en busca de moras a un moral que hay al lado de casa.
    Yo conocía todas las palabras exepto chacalaca, que nunca la había oído. pregunté a algunas personas mayores y más o menos todas le daban el mismo significado, pero desde luego es una palabra rara.
    un saludo

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  4. Si señor, un desatre, y mientras tanto acabando con todo, pero ellos ni se quitan sueldo,ni prevendas, ni privilegios y muchas veces no sabemos ni lo que hacen.
    gracias Rafael

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  6. En Argentina dicen que el país se mantiene porque los políticos duemen por la noche...que si no acabarían con todo. Pues en Andalucía estamos igual.

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  7. Mi buen amigo Pepe Molinillo me da otra acepción del término "vecero", referido al olivar que carga en años alternos, es decir, una vez si y otra vez no, o algo parecido.
    Gracias Pepe

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