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Una cruz de forja se perfila en el azul del cielo |
Una visita fortuita, improvisada y fugaz al Cortijo del Tejarejo nos ha dado la ocasión de conocer
in situ uno de los monumentos más desconocidos y extraordinarios que hay en el término de Setenil, y estoy seguro que en toda la Serranía.
Ubicado en el poniente de Setenil, allá donde la sierra empieza a hacerse campiña, remarcado por la solemnidad de esos pinos gigantes que rozan el cielo como ancestrales altares, se presenta El Tejarejo en superior altura al casco urbano del pueblo cercano, entre Acinipo y Setenil, desafiante, destacando desde una privilegiada posición su porte aristocrático y patricio, pero sin perder la esencia rural y agraria que le es propia.
Se mezclan tanto en el interior como en el exterior los estilos y las épocas, sincretismo y mestizaje de razas y formas de vida en un lugar común; Portadas clásicas o dieciochescas, patios empedrados, salas, cocinas, atrojes, palomares típicamente serranos, maquinaria, molinos, instrumentos de principios de siglo... ¡sobre sillería romana!
Constante en referencias documentales, citas, repartimientos, testamentos, catastros, El Tejarejo romano, la villa agrícola cercana a Acinipo se funde con la alquería musulmana para dar paso al palacete cristiano, clásico y rural a la vez. Una capilla perfectamente abastecida de santos y objetos litúrgicos que conviven con elementos propiamente agrarios, mientras por alguna de sus puertas podemos imaginar la salida del hidalgo manchego
en rocín flaco a
desfacer agravios, enderezar entuertos y proteger doncellas por esos mundos de Dios.
En su día ya conocimos el interior del Cortijo del Tejarejo gracias a
Rafael y su blog
Setenil, Historia y Numismática, seguramente el
CISB nos ofrecerá una aproximación científica y documentada del lugar, mientras tanto, yo me quedo con la esencia del sitio, su exclusividad y las connotaciones que evoca cuando deambulas por esas vetustas estancias, sabiendo en todo momento que estamos andando sobre las entrañas mismas de la historia Setenil.
Gracias a los propietarios de El Tejarejo por recuperar y mantener este auténtico museo y su amabilidad e ilusión en mostrárnoslo.
Bravo Rafael muy bonito articulo , un gran saludo.
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