lunes, 8 de agosto de 2011

Dos setenileños en los Paises Bajos



Ya hace algunos días que llegamos de los Países Bajos, aunque entre unas cosas y otras no me ha dado lugar a asomarme por las páginas de este blog. Quizás fuera el estruendoso y molesto ruido de esa megaferia del Alambique capaz de ahogar todos los sonidos de la noche en kilómetros a la redonda, puede que la falta de costumbre o lo más seguro, la pereza natural de estos calurosos días de verano, el caso es que de nuevo heme aquí por estas secas tierras cuando aún mis ojos conservan en la retina la memoria de verdes praderas, bucólicas campiñas y esos cielos grises que parecen sacados de una paleta de Rembrandt.
Que sano resulta viajar, conocer otras gentes otros parajes, ver cuanto de bueno y malo hay por el mundo e inevitablemente compararlo con lo nuestro. Gente educada, preciosas ciudades y pueblos de sobrio estilo e interminables praderas verdes surcadas por canales. Como amante del mundo rural, no dejo de admirarme por esos paisajes agrarios y ganaderos de los antiguos territorios de Flandes y Brabante, aunque he de reconocer que son las infraestructuras del país lo que más llaman la atención del visitante: Nada de ostentación banal y superflua, nada de colosales construcciones destinadas a alimentar la vanidad de políticos derrochadores, sólo utilidad, eficacia y sentido común.
Basta con visitar los diques y esas compuertas que son capaces de mantener el nivel del mar para evitar que media Holanda quede a merced de las mareas, para comprender esto de lo que hablo. Un auténtico monumento a la tenacidad del hombre por defender su tierra. Junto a una de esas estructuras en la provincia de Zeeland pudimos leer esta oda escrita en neerlandés antiguo; "Hier gaan over het tij de maan de wind en wij", que viene a significar algo así como que "sobre el mar y las mareas, solamente la luna, el viento y nosotros".
Ahora más que nunca estas palabras deberían servirnos de acicate para que, como si fuéramos experimentados marinos, pudiéramos capear el temporal que asoma en el horizonte. Al menos nosotros vivimos sobre una recia tierra y vemos el mar desde altas cumbres.
¡Salud amigos!

6 comentarios:

  1. Bienvenidos y mejor regresados, que has dejado el blog sin piloto automático. Me alegro que te lo hayas pasado bien y que saques conclusiones, como buen observador, de los sitio por donde pasas. Cuando hablas de éstas nuestras recias tierras, me ha venido a la memoria, (Qué estupidez) que en esas nuestras, añado yo, secas tierras, le llamamos chicharra, a ese saltamonte verde, gordinflon y zancudo, cuando en los demás sitios del reino la chicharra es otra cosa, que te da el cante, como lo de el Alambique. ¿Y a cuento de qué contaré yo ésto?. Se te olvidó comentar tus contactos con la rubia, la cerveza. Saludos querido Rafa.

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  2. Un abrazo para los que salen en la foto

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  3. Los de la foto te mandan un fuerte abrazo

    ¿Para cuando te dejarás caer por aquí?

    Elo y Rafa

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  4. Hola Pacorbe
    Cerveza y de la buena, y en cantidades industriales. En Bélgica incluso es mejor que en Holanda, pero un fallo, no te ponen un platito de quicos ni nada parecido y cuando llevas dos o tres te sale por las orejas.
    Ya pondré alguna foto.

    Rafa

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  5. Estupenda crónica-reflexión, es un placer leerte...

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  6. Hola Rafael, 1º decir que me gusta tu blog. Lo descubrí hace poco. Gracias por el elogio sobre Holanda, aunque ya sabes, si se va de vacaciones, se ve, o se quiere ver, solo lo bueno! Pero bueno, lo has disfrutado, y eso es lo que cuenta.2º Quisiera rectificar algo, lo que pone en Zeeland, es literalmente; Aqui mandan sobre la marea; la luna, el viento y nosotros. Un Saludo.

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