En esa noble villa del antiguo Reino de Granada, de cuevas horadadas por el río y chozas de piedra, alguien quiso ver, quizás buscando esa “Andalucía recóndita” que fascinara a románticos viajeros que llenaron esta tierra de tópicos e imágenes de postal, la verdad de esta vieja gitana junto a su nieto.
Pepe, el hijo de Carmela, con su abuela en un escampado del Carril, atrás y fuera de la escena un zagal desarrapado y que no es otro que Antonio Francés, cuya destartalada figura no parece interesar al fotógrafo.
Fotografía de postal, de museo diría yo, deteriorada por el tiempo pero digna de portada de ensayo etnográfico, tan diferente… y que sin embargo también es Setenil.
Nota: Agradezco a Pedrín (padre) la contribución de material fotográfico y la impagable aportación de su inmenso caudal de recuerdos.
preciosa la instantánea Rafael.
ResponderEliminarSaludos.