martes, 23 de febrero de 2010

Dichos y palabras de Setenil (5)

De Fotos Antiguas 1
Una imagen que tengo grabada en la memoria, es la de los anafres (anafe) chisporreteando en las puertas de las casas en las frías tardes invernales, cuando las señoras preparaban el cisco para la copa con su chimenea. Las ascuas se movían con la badila y sobre la tarima quizás dormitara un perrillo. Bajo las enaguas todos bien tapaditos mientras retransmitían el "Un, Dos, Tres". Son recuerdos de un tiempo que casi todos conocemos, cuando los braseros eléctricos aún eran raros, y los setenileños, como tantos serranos, combatían el frío con ropa, leña y carbón. Eran tiempos de cabrillas en las piernas y sabañones en las orejas mientras unos dibujitos animados en blanco y negro se empeñaban en mandarnos a la cama a las siete de la tarde.
Preparar la copa o hacer el bracero era todo un ritual que requería de cierta habilidad. Crucial era convertir el carbón en brillantes ascuas incandescentes, para evitar una peligrosa combustión (tufarse siempre ha sido un accidente muy común en las zonas rurales). Para ello se ponía el combustible sobre el anafre y se venteaba en la calle, y cuando estaba en su punto se pasaba a la copa bajo la mesa. La copa estaba rematada por una chimenea metálica llena de rendijas, aunque en algunas casas ponían la jaula, para evitar que las enaguas prendiesen. Para remover el carbón se usaba la badila.
Sentarse en la mesa de camilla al calor de una buena copa era más que combatir el frío de invierno, pues como los antiguos que se agrupaban en torno al fuego, al calor de las ascuas se organizaban faenas, se jugaba y se contaban historias. El brasero de carbón representaba el calor del hogar y la familia.
Anafre, badila, copa, cisco, enaguas; Son palabras que han quedado en una especie de limbo léxico, pues representan objetos que ya no se usan y que llevan décadas cubiertos de polvo en los desvanes. Antiguos oficios o faenas que han dejado de practicarse, nombres con los que se denominaba a animales o plantas, y dichos y refranes que pierden su significado en alguna olvidada anécdota.
Nada torpes y si bastante diestras tenían que ser las manos que hicieran la copa, y si no somos capaces de hacerla puede que nos dijeran que “tenemos las manos mandadas a un recado”, algo así como decirnos torpes o que somos poco habilidosos. La verdad es que hay que tener imaginación para idear similitudes tan rebuscadas que rayan el surrealismo.
Se imaginan que tienen que enviar a alguien para recoger a la mismísima muerte…seguro que mandaban a alguien muy lento y que se olvidaba por el camino del cometido de su misión. Así se dice en Setenil “eres bueno para ir por la muerte”, lo cual equivale a llamarte lento y distraído, dicho que me recuerda a la película el "Séptimo Sello" de Ingmar Bergman, donde el protagonista esquiva durante semanas a la muerte que viene a recogerlo, retándola a una partida de ajedrez.
La mayoría de estos dichos llaman la atención por la gran expresividad que encierran, ya que son capaces de recalcar una determinada circunstancia con una corta pero determinante sentencia. Después de recibir alguna de estas prendas todo queda dicho y no hay discusión que valga.
Quedan por hoy estos dichos y palabrejas muy usadas de siempre en Setenil (y en todas las zonas rurales de Andalucía), que hacen que nos vengan a la memoria esos pequeños anafres con sus ascuas venteadas en el frío aire de la sierra, y las copas de las mesas de camilla de nuestra niñez, por lo menos mientras dure este áspero invierno.

Para saber más:

Apadrina una palabra. Reserva de palabras
Anafre/anafe. Diccionario de la RAE.
El Septimo Sello. Ingman Bergman.

2 comentarios:

  1. Repasando los archivos de tu blog, he releído el correspondiente a los "Dichos y palabras de Setenil", haciéndome recordar una de las frases que al llegar a Setenil me llamaron la atención y que expongo con bastante retraso como simple comentario. La primera vez que la oí fué cuando al intentar echar una carta, las oficinas de correos estaban cerradas, preguntando el motivo al primero que por allí pasó me dijo: si, es que "el correo" suele llegar un poco más tarde. Posteriormente comprobé que “el correo” era el cartero, que dicho sea de paso, por aquellas fechas era Francisco Galán, tío "mú apañao" y gran amigo.

    Un saludo Rafa.

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  2. Al hecho de remover las ascuas y cenizas de la copa para reavivarla y producir más calor de nuevo, se le solía decir "echar una firma"

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